El ministro del Interior de Argentina, Carlos Corach, consideró hoy escasa la adhesión a la huelga de 24 horas convocada por el sindicalismo para rechazar las normas de flexibilización laboral.
"El bajo nivel de acatamiento a la huelga revela la madurez creciente de la sociedad argentina, que rechaza estas actitudes", dijo Corach al evaluar el paro de este jueves, que según los organizadores "fue un éxito".
Por su parte, el subsecretario de Transporte Armando Canosa aseguró que la adhesión fue 50 por ciento menor a la del 27 de septiembre, cuando se realizó el último paro, de 36 horas, también contra la flexibilización laboral.
Según Canosa, 58 por ciento de los ómnibus funcionaron con normalidad, y también 41 por ciento de los trenes y 60 por ciento de los subterráneos. Asimismo, informó que hubo 20 buses siniestrados.
La evaluación es muy diferente de la que hicieron los gremios del transporte. El secretario general de la Unión Tranviarios Automotor, Juan Manuel Palacios, aseguró que el paro fue "total" y explicó que algunas unidades fueron conducidas por sus dueños.
El secretario general de la Confederación General del Trabajo, Rodolfo Daer, consideró "un éxito" el paro, que tuvo una alta adhesión principalmente en los gremios del transporte público, claves para el nivel de operatividad de casi todas las demás actividades.
La huelga tuvo adhesión en las principales ciudades del interior del país, aun cuando algunas delegaciones admitieron que hubieran preferido un plan de medidas de fuerza y no un paro aislado, convocado de apuro.
Daer explicó que el paro, decidido el viernes último, fue realizado contra los decretos que firmó el presidente Carlos Menem en favor de la flexibilización laboral y contra la política económica a la que calificó de "salvaje e inhumana".
"Los paros no sirven para nada", dijo el ministro. "Hay que conseguir el consenso de todos los dirigentes para una modernización laboral", añadió. (FIN/IPS/mv/dg/ip-lb/96