ARGENTINA: Cuarto paro contra Menem en menos de dos años

Con alto nivel de adhesión, el sindicalismo de Argentina realizó hoy el cuarto paro general contra el gobierno del presidente Carlos Menem desde su reelección en 1995, para protestar contra los proyectos de flexibilización laboral.

La huelga fue convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), enrolada en el gobernante partido peronista, y tuvo una importante adhesión en el transporte público y los hospitales, aunque fue dispar en la administración pública, los bancos y el comercio.

Los seis gremios aeronáuticos adhirieron, y también los choferes de ómnibus y de trenes.

Los subterráneos funcionaron casi con normalidad en la capital argentina, manejados por personal jerárquico, mientras los hospitales lo hicieron con guardias mínimas y en los bancos y el comercio la actividad fue casi normal.

Las clases ya habían finalizado en escuelas y universidades, por lo que no se pudo evaluar la adhesión de maestros y profesores, aunque lo efectuaron en forma simbólica.

"El paro fue un éxito total", evaluó el secretario de prensa de la CGT, Carlos West Ocampo. Por su parte Juan Manuel Palacios, del gremio del transporte, declaró que el gobierno "no puede seguir ajuste tras ajuste, tiene que entender que hay que gobernar para todo el pueblo".

Los analistas consideraron que el paro no fue tan masivo como los que se realizaron en agosto y en septiembre, a pesar de haberse llevado a cabo un día después de las fiestas de Navidad y a pocos días del inicio de las vacaciones de verano, en enero. Menem había dicho que sería "un paro turístico".

Los sindicalistas atribuyeron esta diferencia al escaso tiempo entre la convocatoria y el paro, pero a pesar de todo evaluaron la huelga como una protesta masiva, en la que participaron trabajadores de todo el país.

El paro se sintió en las principales ciudades del interior, Mar del Plata, Córdoba y Rosario.

El secretario general de la CGT, Rodolfo Daer, advirtió que se avecina "un verano caliente" en alusión a los meses de enero y febrero en los que se realizarían nuevas medidas de fuerza. Para marzo, el sindicalismo ya anticipa un paro por tiempo indeterminado.

La CGT, enfrentada con la gestión de Menem desde hace casi dos años, anunció el paro el viernes último. Se trata del sexto que debe soportar el gobierno desde la primera administración de Menem en 1989, pero el cuarto en poco más de un año.

Tras dos meses de negociaciones con la CGT, el presidente firmó la semana pasada tres decretos que avanzan en la flexibilización laboral y restan poder de negociación a los sindicatos.

Como protesta ante los decretos, los sindicalistas se reunieron y decidieron la medida de fuerza, aunque no todos los dirigentes la apoyaron.

Por eso, este jueves la administración pública no se plegó en forma masiva. Uno de los gremios del sector no adhirió y se pronunció por seguir negociando con el gobierno.

En Argentina, la tasa de desempleo llegó este año a 17,3 por ciento. El Ejecutivo manifiesta que la flexibilización permitirá reducir los costos laborales y, por lo tanto, creará nuevos puestos de trabajo, aunque los empresarios no dan garantías en ese sentido.

No obstante, a diferencia de los paros de agosto y septiembre en los que la adhesión fue masiva, el paisaje de este jueves en las terminales de ómnibus de corta distancia no era la de un sitio despoblado. Muchos trabajadores hacían largas filas para conseguir trasladarse en las pocas unidades que circulaban.

"Yo estoy esperando un colectivo (ómnibus) desde hace 15 minutos. Tengo que ir al centro a hacer una changa (trabajo eventual) pero estoy de acuerdo con el paro, porque este gobierno nos está matando de hambre", definió un trabajador, entrevistado en una terminal.

El clima de protesta social, que era álgido en agosto y septiembre, se aplacó cuando la CGT interrumpió el plan de huelgas y comenzó una negociación para frenar la ofensiva gubernamental en favor de la flexibilización.

La CGT, que había sido una de las principales aliadas del gobierno en la primera gestión de Menem, se distanció a partir de su reelección en mayo de 1995, cuando el oficialismo decidió avanzar en la reforma laboral. (FIN/IPS/mv/dg/ip-lb/96)

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