La inversión en el desarrollo de obras de infraestructura en América Latina es un negocio atractivo para el mercado alemán, en opinión de Heinz Mewes, jefe del departamento de economía y relaciones públicas del banco Dresdner Bank Lateinamerika de Hamburgo.
A partir de este mes el Banco Germánico de América del Sud, del Grupo Dresdner Bank, cambió su razón social por el de Dresdner Bank Lateinamerika. Es el banco alemán con la relación más antigua con América Latina.
En el informe de este banco se hace un balance de la situación económica y política de América Latina en general y de cada uno de los países.
En los años 80 el crecimiento económico promedio de América Latina era de uno por ciento, mientras que en el período entre 1990 y 1995 fue de tres por ciento.
"Algunos países registraron un promedio más alto. Perú, por ejemplo, entre 1993 y 1995 alcanzó un promedio anual de nueve por ciento", afirmó Mewes.
"Chile, por su parte, registra desde hace 10 años un crecimiento constante del orden del seis por ciento", continuó el economista alemán.
Una condición indispensable para un constante crecimiento, según especifica Mewes, es tener una infraestructura funcionalmente buena.
América Latina en los años 80 invirtió sólo tres por ciento de su producto interno bruto (PIB) en infraestructura. Esta negligencia se percibe hoy en el deficiente suministro de electricidad, las malas condiciones de las carreteras y vías públicas, además del mal estado de los puertos.
Se estima que en los próximos 10 a 15 años se invertirá en la modernización de la infrastructura cerca de 60.000 millones de dólares anuales.
Los sectores más afectados y con mayores necesidades de mejoramiento son las telecomunicaciones y la energía. La demanda es mayor en los países con un crecimiento económico más fuerte, como Argentina, Brasil, Chile y México.
En octubre de este año Chile presentó en la casa central del Dresdner Bank en Francfort el programa completo de concesiones en infraestructura.
Luego de la presentación, algunos bancos y empresas han mostrado interés por participar, como las grandes empresas constructuras alemanas como Bilfinger y Berger, Hochtief y Philipp Holzmann, informó Hugo Calderón, agregado de economía y comercio de la Embajada de Chile en Bonn.
Para el 2000 se proyecta una inversión en infraestructura de 11.000 millones de dólares. Sólo en carreteras y caminos se invertirán 6.000 millones de dólares.
Uno de los grandes problemas que ven los alemanes frente a inversiones en países en vías de desarrollo, y el reproche se dirige también a América Latina, es que no hay suficiente seguridad, los riesgos no se han minimizado.
"Hay un marco legal, una ley de concesiones que regula todo el proceso. Además el método BOT utilizado en Chile ya está funcionando, y ha quedado en evidencia ante la banca y los empresarios que es un negocio atractivo", especificó Calderón.
El método BOT (build-operate-transfer) funciona de la siguiente forma: empresas, sobre todo privadas, asumen el financiamiento y la construcción (build), así como el funcionamiento del proyecto (operate), que posteriormente, fecha antes fijada, se traspasa al Estado (transfer).
"Dado el proceso de crecimiento sostenido que Chile ha vivido en los últimos anos, la necesidad de infraestructura es muy grande. La falta hace que nuestro país pierda gran cantidad de dinero", afirmó Calderón.
Se calcula que Chile pierde alrededor de 1.500 millones de dólares anuales por la falta de infraestructura, lo que significa cerca de dos por ciento de su PIB.
"También el proceso de integración hace imprescindible el mejoramiento de nuestra infraestructura. Somos una puerta de apertura, y debemos movilizar mercancías de los países vecinos como Argentina, Brasil y Perú, hacia el Pacífico, la región con mayor dinamismo de la economía mundial", concluyó Calderón.
Para Mewes es claro que los países latinoamericanos están supeditados a la inversión extranjera para financiar el proceso de mejoramiento de su infraestructura y la apertura de sus mercados.
En cuanto al financiamiento Mewes senaló que el traspaso de capital a largo plazo sigue siendo un problema en algunos países de América Latina.
El 'International Finance Corporation' (IFC), que forma parte del Banco Mundial, financia proyectos privados en países en vías de desarrollo.
El economista del banco alemán indicó que el IFC presenta una posibilidad eficiente de acceder a capital a largo plazo, necesario para los proyectos de infraestructura, y de reducir los riesgos en los países latinoamericanos.
Otras posibilidades en este sentido son los fondos de inversiones, así como las emisiones de acciones y las negociaciones de bonos de grandes empresas.
El informe del Dresdner Bank Lateinamerika concluye diciendo que "aunque la participación extranjera en los proyectos de infraestructura financie gran parte de esta necesidad, es de suma importancia que los países latinoamericanos amplíen y refuercen sus mercados de capital".
En este sentido Mewes especificó que "no se trata sólo de aumentar la cuota de ahorro, sino que también hacer más eficaz la facilitación de fondos de inversiones, además de modernizar la infraestrucura en los mercados financieros". (FIN/IPS/mr/jc/if/96