Al cumplirse el 1 de enero tres años de vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) apologistas y críticos difieren en el balance de sus efectos sobre la economía mexicana.
Mientras los partidarios del convenio destacan los beneficios derivados del incremento de los flujos de mercancías en el área, sus detractores lo acusan de formar parte esencial de una política que condujo a la crisis económica del último bienio.
Voceros gubernamentales subrayan que "los problemas habrían sido mucho más graves sin el TLC", en tanto expertos y analistas opositores lo señalan como clave de un esquema neoliberal al que culpan del estancamiento de los años recientes.
El secretario de Comercio, Herminio Blanco, declaró la semana pasada que "en lo que va del tratado México aumentó sus exportaciones más de 60 por ciento, y este año de 1996 vendió a Estados Unidos por más de 80.000 millones de dólares".
Dijo que conflictos sectoriales por medidas proteccionistas estadounidenses, "que están siendo encarados con firmeza" por el gobierno mexicano, "significan una parte muy pequeña del intercambio recíproco".
Atún, transporte, flores, tomate y escobas fueron rubros en que Estados Unidos no cumplió, en perjuicio de México, especificaciones del TLC, motivando una serie de negociaciones aún en curso.
También Jaime Zabludovsky, subsecretario de Negociaciones Comerciales Internacionales de México, minimizó la importancia de tales diferendos y calificó de "muy positivo" el balance del primer trienio del TLC.
Sostuvo que "si uno ve los flujos de comercio e inversiones que se han dado en estos tres años, en particular entre México y Estados Unidos, aunque también con Canadá, son muy superiores incluso a lo que los observadores más optimistas pronosticaban".
Explicó que este año cierra con un comercio bilateral mexicano- estadounidense de unos 140 mil millones de dólares, una de las relaciones mercantiles más intensas del mundo.
El monto de inversión foránea recibido por México en 1995 y 1996 fue de 8.000 millones de dólares en cada uno de esos años, cifra algo inferior al récord de 1994.
Según Zabludovsky la parte mexicana en las compras estadounidenses pasó bajo el TLC de seis a 10 por ciento.
Destacó al respecto los éxitos de penetración en sectores como el de textiles y confección, donde México pasó del cuarto al primer lugar entre los proveedores de Estados Unidos, y el del acero, en que avanzó del quinto al tercer sitio.
Según el funcionario "el surgimiento de asociaciones estratégicas, coinversiones y otras actividades económicas conjuntas es un hecho cotidiano, con cerca de 400.000 millones de dólares de comercio trilateral".
La zona mercantil creada desde el primer día de 1994 por Canadá, Estados Unidos y México -con 375 millones de habitantes y siete billones de dólares de producción anual- elevó el comercio recíproco pero no impidió el "efecto tequila".
Bajo esta expresión se bautizó la crisis económica mexicana estallada el 21 de diciembre de 1994, sólo tres semanas después de asumir el actual presidente, Ernesto Zedillo.
De consecuencias catastróficas para los mexicanos, el "efecto tequila" redujo a la mitad el valor del peso ante el dólar y requirió un paquete de rescate financiero mundial por 40.000 millones de dólares que elevó la ya enorme deuda externa.
Según cifras oficiales en 1996, tercer año de la puesta en marcha del TLC, el producto interno bruto mexicano por habitante fue cuatro por ciento inferior al de 1993, año previo al comienzo del acuerdo trilateral, y sigue por debajo del de 1982.
Además hubo bajo el TLC un descenso de 30 por ciento en el poder adquisitivo y de 25 por ciento en el consumo del conjunto de la población, y se duplicó el desempleo, lo que elevó los niveles de pobreza, que abarcan a la mitad de los 93 millones de mexicanos.
A su vez la inflación anual fue de ocho, siete, 52 y 30 por ciento en los últimos cuatro años, y las actualizaciones salariales quedaron muy por debajo de esos valores, con la consiguiente caída de las remuneraciones y del mercado interno en términos reales.
La deuda externa, que era de 127.000 millones de dólares en 1993, trepó hasta más de 160.000 millones, con un incremento en su composición del adeudo del sector público, que supera los 125.000 millones de dólares.
El pago sólo de los intereses de la deuda externa mexicana representó 10.000 millones de dólares en 1993, 9.900 millones en 1994, 12.000 millones en 1995 y 14.000 millones este año.
El investigador en ciencias sociales Eliseo López Cortés, de la Universidad Autónoma Metropolitana, declaró a IPS que "quienes aducen que el TLC alivió los daños de la crisis económica soslayan que fue clave de un esquema neoliberal que la causó".
Según López Cortés no se puede desligar al TLC de la crisis "dada la importancia de los socios de México en ese acuerdo, en especial de Estados Unidos, reflejada en que absorben más de dos tercios del intercambio exterior y de las inversiones foráneas".
"No sólo se empobreció la mayoría de los mexicanos sino que hubo una redistribución regresiva del ingreso que ensanchó el ya grave abismo entre ricos y pobres", sostuvo. (FIN/IPS/emv/dg/if/96