El Ministerio de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) de Alemania entregará 17 millones de dólares para financiar el proyecto Cooperación en los Sectores Forestales y Madereros (COSEFORMA) en Costa Rica.
La Sociedad de Cooperación Técnica (GTZ) es la representante alemana en la coordinación del proyecto, y se ocupa de la coordinación y supervisión de los proyectos de cooperación acordados con el BMZ.
La meta de este proyecto es que tanto el sector forestal privado como el estatal empleen métodos sustentables de forestación, que logren encontrar un equilibrio entre los intereses ecológicos, económicos y sociales.
Durante 40 años, Costa Rica sólo deforestó. La consecuencia es que cerca de 75 por ciento de sus bosques fueron arrasados.
Hasta 1992 el Ministerio de Agricultura subvencionaba la deforestación de los bosques y el cultivo de estos terrenos, lo que significaba una pérdida de 40.000 hectáreas de bosques anuales.
A partir de los años 80 el Ministerio de Medio Ambiente comenzó a impedir que la devastación continuase, y a rescatar lo que era aún posible, y logró que 25 por ciento del área del país esté bajo protección natural.
Por mucho tiempo en el Ministerio de Agricultura se pensaba que los parques nacionales sólo ocasionaban costos. Actualmente se les concibe como Eco-Museos, abriéndose una alternativa al turismo.
Pero Costa Rica no puede convertirse en un gran parque nacional. Por ello, COSEFORMA busca entregar una amplia gama de posibilidades para la protección del bosque.
En este sentido no se está pensando en boicotear la madera de los bosques tropicales, sino más bien en un alza de los precios de la madera que proviene de bosques administrados en forma sustentable.
Además, la madera sacada de los bosques sustentables localizados al norte del país debe tener un sello certificando la autenticidad de su origen.
COSEFORMA da también asesoramiento para la protección del bosque, su mejor aprovechamiento, utilizando métodos de desarrollo sustentable que además sean económicamente rentables.
En 1985 un grupo de campesinos sin tierras compró, con apoyo del Estado, una finca, que hoy es la cooperativa San Juan, dirigida por Franklin Salazar.
Actualmente no sólo tienen ganado, plantan piñas, yuca y bananas, sino que además tienen una escuela y una tienda, donde se pueden comprar a bajo costo los productos que la finca no puede producir, según relata la revista 'Akzent', que la GTZ edita cada dos meses.
La finca tiene 100 hectáreas, de las cuales cerca de 50 por ciento son bosques tropicales. Por lo tanto, no siempre alcanza para alimentar a los 75 adultos y los niños que la habitan.
Aún así, para los dueños siempre estuvo claro que el bosque debía ser cuidado y protegido. A comienzos de los 90 estuvieron a punto de vender la finca, pero COSEFORMA intervino, y elaboró un plan de manejo para el bosque. Desde 1992 la ley de forestación contiene este plan de manejo.
En la finca se lleva un inventario exacto de las especies que hay en el bosque: cuáles son, cuántos árboles de cada especie hay en un área, y cuán grandes son.
Estos datos componen la base para la tala. Los árboles comercializables deben tener un mínimo de 60 centímetros de diámetro, y de ellos 40 por ciento no puede ser cortado.
En un mapa se señalan los árboles que serán talados. En el método de forestación sustentable sólo se permite cortar de cuatro a cinco árboles por hectárea.
Este método no fue suficiente, y por ello se crearon investigaciones paralelas para estudiar y analizar criterios de forestación sustentable como alternativas a este método. La GTZ aportó el financiamiento.
La cooperación económica, los biólogos y los ingenieros forestales necesitan de datos y conocimientos acerca de los bosques tropicales.
Esta necesidad llevó en 1990 a desarrollar un programa con apoyo del BMZ que contiene cuatro proyectos: investigación de los bosques tropicales, fertilidad de los suelos, protección de las especies y el biotopo y la economía ecológica.
Costa Rica es el primer país que en su ley forestal de 1996 reconoce que la mantención de la biodviersidad y la protección de los bosques ayuda a regular el balance hídrico, disminuye la cantidad de CO2 en el aire y protege los suelos de erosión.
En todo caso, Franklin Salazar está orgulloso de haber logrado forestar 30 nuevas hectáreas, y que poco a poco, pájaros y hasta jabalíes vuelvan a habitar el bosque. (FIN/IPS/mr/jc/en-dv/96