El gobierno mexicano reclamó al de Estados Unidos por la pretensión de diversas agencias de ese país de instalar junto a la frontera común cinco basureros nucleares, lo que violaría un convenio ecológico binacional vigente.
Residuos peligrosos y desechos radiactivos serían confinados en sitios próximos a la línea límitrofe de 3.120 kilómetros de longitud, dentro de los estados estadounidenses de Texas, Nuevo México y California.
La nota diplomática plantea cuestionamientos técnicos, jurídicos y políticos "que sustentan la posición mexicana de rechazo a la construcción" de esas instalaciones.
Según informó la cancillería de México, los nuevos basureros nucleares están proyectados para instalarse dentro de una franja fronteriza de 100 kilómetros de ancho donde el Convenio de La Paz, firmado por ambos países, los prohíbe.
En 1996 el gobierno mexicano presentó diversas comunicaciones al Departamento de Estado estadounidense con sus fundamentos para oponerse a esos planes.
Un documento de la cancillería de México señala que "se solictó información técnica adicional y detallada sobre los distintos proyectos y se hizo constar la preocupación por el posible riesgo de contaminación".
Subraya que el peligro no sólo existe para el medio ambiente y la salubridad de las comunidades fronterizas mexicanas sino que afecta a los dos lados de la franja límitrofe.
Hasta el momento las autoridades estadounidenses no respondieron a las objeciones de carácter jurídico y técnico formuladas por México.
Los gobiernos de ambos países iniciaron en enero de 1996 un período de pruebas piloto de un nuevo sistema de movimientos de residuos en los estados de la franja fronteriza y avanzaron en diversos proyectos de saneamiento.
"Sobre la base de los éxitos logrados en la acción binacional para proteger el ambiente se podrían elaborar guías ecológicas eficaces", señala el documento de la cancillería mexicana. (FIN/IPS/emv/dg/ip-en/96
