Las relaciones entre los países de América Latina y Asia tendrán en los próximos años un fuerte incremento, de acuerdo a las conclusiones del profesor alemán Manfred Mols, especialista en América Latina en la universidad de Maguncia.
Mols escribió sus conclusiones en un artículo sobre las relaciones entre este subcontinente y Asia publicado en el diario 'El Parlamento'.
En julio y agosto de este año Mols hizo una gira por varios países latinoamericanos. En la ocasión se entrevistó con políticos e importantes personalidades del ámbito social.
Las conversaciones le demostraron que las relaciones con Asia no son un aspecto que sólo preocupa a chilenos o mexicanos, cuya orientación se fundamenta en su cercanía geográfica e histórica, sino también a los brasileños.
Las investigaciones han demostrado que también Asia se preocupa por sus relaciones con América Latina. "Aunque no tienen la intensidad del compromiso latinoamericano", explica el profesor.
Mols divide su artículo en cuatro capítulos: primero hace una síntesis de la historia de las relaciones, después enumera los intereses de ambos, en tercer lugar explica detalladamente los aspectos de estos intereses, y por último entrega una valoración de las relaciones.
"De comienzos hasta mediados de los años 90 la pregunta sobre un nuevo orden en el sistema internacional jugaba un papel muy importante", comienza Mols su exposición del tema.
La situación internacional estaba más bien centrada en la integración de pequeños grupos regionales. Mols dice que también había intenciones de integración entre algunos bloques, pero que las dificultades para estabilizar la integración regional hicieron que pasaran a segundo plano.
"Europa deberá luchar contra su doble dilema: la ampliación y la profundización de la relación regional. En este sentido, no hay una definición exacta", comenta Mols.
Estados Unidos por su parte, debe lograr mirar más allá de sus fronteras y preocuparse más por América Latina y el resto del mundo occidental. Dirigir su política exterior hacia el Asia es más difícil.
Mols explica que para Asia es más complicado dirigir su política hacia las demás regiones del mundo, ya que ni siquiera tiene una política regional bien definida.
Diversos mecanismos mundiales han llevado a relativizar los regionalismos. Por un lado, la tendencia hacia una interdependencia de la economía mundial y una conexión mundial a nivel de empresas.
Por otro lado, existe la tendencia hacia una globalización en los ámbitos económicos, ecológicos y en la política de la seguridad.
Otro aspecto relevante es el concepto de un 'regionalismo abierto'. Todos estos factores son discutidos independientemente tanto por los asiáticos como por los latinoamericanos.
En el subcontinente, en cada país por motivos distintos, se percibe una clara de oposición a Estados Unidos. "Políticamente significa: alejarse de los intentos de dominio de Washington en los aspectos políticos y económicos", especifica Mols.
En cuanto a la política exterior, esta tendencia de oposición a Estados Unidos ha hecho que los países latinoamericanos se orienten a extender sus fronteras. En este sentido, los europeos y los asiáticos son una buena alternativa.
La orientación hacia el Asia-Pacífico se percibe tanto en los ministerios de Economía y de Relaciones Exteriores como en las asociaciones empresariales, departamentos internacionales, y además universidades e institutos de investigación.
La búsqueda de relaciones asiáticas no es simplemente por despecho o como una solución de emergencia, sino el resultado de un cálculo pragmático y racional para la orientación de la política exterior y de comercio exterior.
Esta búsqueda de contactos es también apoyada por instituciones latinoamericanas como el Grupo de Río. De esta forma se han creado círculos bilaterales, como rondas de expertos, bancos de datos, etc.
Poco a poco los latinoamericanos han ganado aceptación en Asia. Un paso muy valorado por los asiáticos es la formación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).
Las relaciones entre América Latina y el Pacífico datan de la época de los españoles, en que se comerciaba entre los puertos de Manila y Acapulco, y también con el de Callao en Perú.
Desde los años 70 y 80 algunos países latinoamericanos se orientaron hacia el Pacífico. En primer lugar, cabe nombrar a Chile, que en los años 70 realizó investigaciones sobre las relaciones con el Pacífico.
México, por su parte, ya en los años 60 se orientó hacia Asia. En 1964 fundó el Centro de Estudios Orientales en el Colegio de México. Le siguieron Perú, Colombia, Brasil, Argentina, y en menor grado Ecuador.
También en la época en que se luchaba en contra de los países industrializados, se veía a los asiáticos como los 'compañeros de ruta' y, por lo tanto, aliados imprescindibles.
Pero la llamada 'década perdida de América Latina', con todas sus consecuencias, impidió realizar esta alianza, y realzó la desconfianza de los asiáticos.
Con el cambio repentino en los 80, añade el experto, en que cobró valor la interdependencia política del comercio mundial, la economía de mercado y la capacidad productiva del Estado, volvió el aprecio de Asia hacia América Latina.
Mols apela por la mantención de este cambio. Los 7 a 8 países más importantes deben continuar con sus reformas, y mantener los encuentros transpacíficos a nivel empresarial.
Los gobiernos deben ampliar sus relaciones diplomáticas con el Asia-Pacífico y proseguir trabajando con las organizaciones asiáticas.
En las relaciones Asia-Latinoamérica se destacan tres dimensiones: primero el comercio, las inversiones y la tecnología, segundo las organizaciones del Pacífico y la última dimensión es una combinación entre diplomacia y ciencia.
América Latina para los asiáticos no es un mercado imprescindible para asegurarse económicamente. Pero es una región interesante e importante para la inversión a futuro.
Por su parte, Mols está seguro que América Latina sabe que Asia tiene otra mentalidad y una escala de valores propia. Por ello, Europa sigue siendo su socio preferido.
Mols concluye su artículo mencionando que durante la cumbre de los jefes de Estado y de gobierno de los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) celebrada en Bangkok en 1995, dos representantes señalaron la importancia de América Latina.
Mols senala que este hecho es un indicador importante de que los asiáticos intensificarán sus relaciones con América Latina. (FIN/IPS/mr/jc/if/96