ZAIRE: Rebelión banyamulenge arroja miles de refugiados a Ruanda

Cientos de miles de ruandeses de la etnia hutu huyeron en masa de su país hace dos años, pero ahora vuelven de forma igualmente masiva, tras la caída del último campo de refugio, en el este de Zaire, dominado por las ex Fuerzas Armadas de Ruanda (FAR) y las milicias hutu aliadas al anterior gobierno.

Los refugiados hutu, que hasta ahora habrían visto impedido su regreso a Ruanda por las propias FAR y las milicias Interahamwe de su etnia, comenzaron a lanzarse despavoridos hacia la frontera este viernes, después de la caída -en la noche del jueves- de Mugunga, último campo de refugio controlado por aquellas fuerzas.

Por lo menos 50.000 hutus ruandeses habrían regresado a Ruanda este viernes, según pudo saberse, y se afirma que el éxodo continúa este sábado, estimándose que 100 personas atraviesan la frontera cada minuto, abandonando la conflictiva región oriental de Zaire.

Las provincias zaireñas de Kivu del Norte y Kivu del Sur, en el oriente de Zaire, son escenario hace un mes de la rebelión del pueblo banyamulenge -parte de la etnia tutsi- que este año fué privado de sus derechos cívicos por el gobierno de Kinshasa.

Los refugiados hutu de la vecina Ruanda habían huído de su país en julio de 1994, tras la caída del régimen extremista hutu a manos del Frente Patriótico Ruandés (FPR), de mayoría tutsi.

Durante los tres meses de dominio hutu, de abril a julio de aquel año, se produjo en Ruanda un genocidio en el que murieron tal vez hasta un millón de personas.

En el actual conflicto zaireño, según se insiste, los banyamulenges cuentan con el apoyo logístico y militar del nuevo gobierno y ejército de Ruanda, dominado por la minoritaria etnia tutsi y elementos del ex FPR.

En estos dos últimos años, el gobierno ruandés intentó hacer que los refugiados regresaran a sus hogares, pero sólo unos pocos se atrevieron. El resto permaneció en el este de Zaire, bajo la intimidación del dúo FAR/Interahamwe, que les advertía de las persecuciones que padecerían en Ruanda.

Pese a que las organizaciones de asistencia han insistido en la necesidad de separar a los genuinos refugiados civiles del resto, ni el gobierno de Zaire ni los centros decisorios de la comunidad internacional han tomado medidas efectivas en ese sentido.

Los rebeldes de Zaire están cumpliendo, de hecho, la tarea que la comunidad internacional no ha logrado llevar a cabo, según dijo a IPS el jefe de policía de la ciudad ruandesa de Gisenyi, Epimaque Ndagijimana. "Ahora los refugiados están regresando pacíficamente a sus casas en Ruanda".

Gisenyi se encuentra sobre la frontera con Zaire, frente a la ciudad zaireña de Goma, muy cercana a Mugunga, de donde parten los refugiados hutu para entrar en Ruanda.

La rebelión banyamulenge -representada por la Alianza de Fuerzas Democráticas para la Liberación de Congo-Zaire (AFDL)- que estalló en mes pasado, ya conquistó tres ciudades clave en el este de Zaire (Uvira, Bukavu y Goma) y desmanteló los campos de refugiados cercanos a ellas.

No obstante, muchos de los refugiados hutu fueron obligados por la acción conjunta de FAR/Interahamwe -que se alineó en la lucha junto al ejército de Zaire- a huir hacia el oeste, adentrándose en las colinas y bosques del interior zaireño, mientras que algunos de ellos se dirigieron a Mugunga.

Unas 400.000 personas habrían sido forzadas a permanecer en Mugunga, hasta que el campo fue tomado por la AFDL, formada en su mayor parte por elementos armados del pueblo banyamulenge.

Según trascendió, el jefe de la AFDL, Laurent Desire Kabila, informó este viernes que las FAR/Interahamwe han desaparecido en el bosque.

No se sabe, sin embargo, si las fuerzas hutu han huído con rehenes. Según ciertos informes, cientos de civiles zaireños habían sido retenidos en Mugunga, y algunos de ellos ejecutados. (FIN/IPS/tra-en/jbk/kb/arl/pr-ip/96

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