Los rebeldes tutsi que pelean contra el ejército en el este de Zaire prometieron llevar su lucha hasta Kinshasa, la capital, para derrocar el gobierno de Mobutu Sese Seko, presidente de facto desde 1965.
Con tres ciudades clave en manos de los rebeldes (Uvira, Bukavu y Goma, en la provincia de Kivu) y constantes disputas entre los políticos zaireños por las pérdidas del ejército, la Alianza de Fuerzas Democráticas de Liberación (AFDL) cree que llegó la hora de derribar al régimen militar.
AFDL es una organización de grupos rebeldes que dirige la rebelión en las provincias zaireñas de Kivu del Sur y del Norte.
"Decidimos llevar la lucha a Kinshasa, pasando por Gbadolite, la ciudad donde vive Mobutu", declaró a Radio Star, con sede Goma, el comandante rebelde Douglas Bugera, de la Alianza Democrática de los Pueblos (ADP).
La Alianza es uno de los movimientos revolucionarios que se fundieron en AFDL, además del Consejo Nacional de Resistencia por la Democracia y el Movimiento Revolucionario para la Liberación de Zaire.
"Nuestra lucha empezó con Lumumba", dijo Bugera, en referencia al difunto Patrice Lumumba, quien encabezó la campaña por la independencia de Bélgica y fue el primer jefe de gobierno del país.
Bugera rechazó las acusaciones de que los rebeldes son apoyados por Ruanda y Burundi, diciendo que su grupo tiene "suficiente poder y la oportunidad adecuada".
ADFL designó como portavoz a Laurent Desire Kabila, un veterano de las guerras secesionistas que azotaron a Zaire desde su independencia, en 1960.
La carrera política de Kabila comenzó con los rebeldes encabezados por Pierre Mulele, quien conquistó gran parte de Zaire en 1964 y un año después fue aplastado por Mobutu con la ayuda de algunas potencias occidentales, principalmente Francia, Bélgica y Estados Unidos.
Existe "una urgente necesidad de realizar un cambio profundo en las condiciones actuales de toda la nación", dice un protocolo de acuerdo firmado por ADLF.
Los rebeldes culpan al régimen de Mobutu del desorden institucional, el colapso del Estado y su incapacidad para restaurar el orden público, así como del "continuo empobrecimiento de la población, en contraste con el escandaloso enriquecimiento de una minoría de depredadores de la riqueza nacional".
Así mismo, los rebeldes acusan al régimen de Motubu de arruinar la economía de Zaire, ya que, por ejemplo, las 1.500 empresas extranjeras nacionalizadas en la década de 1970 quebraron rápidamente.
Refugiados zaireños entrevistados en Mudende, Ruanda, cerca de la frontera con Zaire, afirmaron no conocer bien a los rebeldes de ADFL, pero algunos admitieron que "es necesario un cambio".
"Ahora entendemos que todo el dolor y el maltrato que sufrimos es culpa de un mal gobierno", expresó un joven. "Si estos rebeldes llegaron para liberarnos, no tenemos problema en incorporarnos a la lucha", agregó.
Unos 5.000 refugiados de Zaire llegaron al distrito ruandés de Gisenyi hace unas dos semanas, tras la captura de varias ciudades por los rebeldes.
Kabila estaría exhortando a la población a unirse a la lucha de los rebeldes para derrocar el régimen, según informes. En Bukavu, capital de la provincia de Kivu, Kabila juntó este jueves más de 50.000 hombres.
Deo Ntarugera, analista político de Kivu residente actualmente en Kigali, dijo que los rebeldes están derrotando poco a poco al ejército zaireño.
"Las fuerzas rebeldes demostraron ser superiores al desmoralizado ejército regular", que está compuesto por "un grupo de delincuentes que sólo sobrevivió saqueando a la población, porque no reciben su paga", dijo Ntarugera a IPS. (FIN/IPS/tra-en/jbk/pm/ml/ip/96