VENEZUELA: Optimismo a corto plazo y dudas sobre el mediano plazo

Por vez primera, el gobierno de Venezuela y los expertos coinciden en sus pronósticos sobre el futuro inmediato del pais: habrá recuperación económica en 1997, pero a mediano plazo persisten dudas sobre si se abrirá una senda sólida de crecimiento o la bonanza será antesala de una nueva crisis.

Una encuesta anual entre empresarios y economistas anticipó que la economía crecerá en torno a tres por ciento, habrá equilibrio fiscal, aumentará el empleo y la inflacíon seguirá alta, pero contenida en torno a 42 por ciento, frente al casi 100 por ciento de este año.

El ministro de Planificación, el socialista Teodoro Petkoff, indicó que el incremento del producto interno bruto (PIB) no petrolero será de cuatro por ciento, después de un trienio recesivo, combinado con un desbordamiento de precios.

En años anteriores, los economistas del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) fueron calificados por el gobierno de Rafael Caldera como "viudas del paquete" de medidas de ajuste del ex presidente Carlos Andrés Pérez, cuando no partícipes de una campaña internacional contra el país.

La realidad es que sus vaticinios para este año, por ejemplo, fueron más optimistas que el resultado real, tanto en materia de precios como cambiario y de comportamiento del PIB.

En el IESA, tenido por el laboratorio neoliberal del país, se considera que el ajuste afrontado por el gobierno en abril, con una dura devaluación, cuadriplicación de los precios de la gasolina y liberalización de bienes y servicios, fructificará en estabilidad económica y política en 1997.

Los académicos del instituto consideraron que la ola de estabilidad producida por el ajuste llegará hasta entrado 1998, pero para que se extienda más allá deberían revertirse tendencias como la sobrevaluación del bolívar, que alcanzó 12 por ciento respecto del dólar durante este año, según sus cálculos.

Los expertos del IESA aplauden al unísono la llamada "rectificación" de Caldera, tras dos años de fracasados controles, pero como lo detalló Gustavo Márquez, la esperada bonanza sigue atada perniciosamente a la expansión petrolera.

Junto con unos ingresos imprevistos de cerca de 4.000 millones de dólares este año por el alza del crudo en el mercado mundial, Venezuela comenzará a recibir en 1997 una avalancha de divisas, al entrar en operación varios de los acuerdos de apertura a las transnacionales de la estatal industria energética.

Además, se espera que el gobierno obtenga al menos 2.000 millones de dólares adicionales por una nueva ofensiva de privatización, que incluirá las áreas de aluminio y acero, después que las reservas internacionales cierran 1996 por encima de 15.000 millones de dólares.

Pero Márquez indicó al lanzar el IESA sus proyecciones para 1997, que si se mantienen los problemas de productividad, la tendencia a mantener la indisciplina fiscal y la falta de desarrollo de un sector industrial no petrolero, en 1999, el nuevo gobierno tendrá que imponer un nuevo ajuste.

El politólogo Juan Carlos Navarro anticipó una caída de la conflictividad social y un año tranquilo en lo político, pese ser preelectoral, pero coincidió en que si no se imponen reformas de largo aliento en los poderes del Estado y en las bases laborales y de seguridad social en el pais, la recuperación acabará rápido. (FIN/IPS/eg/ag/if/96

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