TIBET: "Libertad de culto" excluye al Dalai Lama

La libertad de culto existe en Tibet siempre y cuando los fieles no exijan la independencia política, mientras el líder espiritual Dalai Lama, en el exilio en India, retiene el fuerte apoyo de la mayoría de los tibetanos, a pesar de 37 años de vilipendio de las autoridades de China.

La estrecha relación entre religión y política en Tibet determina que muchos consideren los ataques del gobierno chino al "separatismo" como golpes contra su cultura. El apoyo al Dalai Lama puede ser una señal de devoción religiosa, de respaldo a sus objetivos políticos o de ambos.

Beijing alega que Tibet ha hecho grandes avances económicos y políticos desde 1950, cuando tropas chinas invadieron la región, la cual, destacan, estaba estancada en un sistema feudal donde los lamas, la jerarquía budista y los nobles vivían del trabajo de agricultores y pastores.

Las autoridades insisten en que China trajo rutas, técnicas agrícolas modernas y alfabetización, y advierten que el actual Dalai Lama mezcla peligrosamente la religión y la política, y se propone restaurar la teocracia.

Tao Chang Song, investigador de la Academia de Ciencias Sociales de Lhasa, dijo que "la mayoría de los tibetanos comunes rechaza la independencia", mientras la entrega de un folleto con propaganda puede conducir a la cárcel.

"Si alguien canta consignas o manifiesta en las calles llamando a la independencia será castigado de acuerdo a la ley", afirmó Dun Zhu, vicepresidente del gobierno regional.

Seguidores del Dalai Lama en el exterior afirman que los prisioneros políticos son regularmente torturados, aunque Dun y otros niegan rotundamente el uso de la tortura.

Ambas partes están de acuerdo, no obstante, en que el movimiento organizado para la independencia decayó visiblemente en los años 90, y casi exclusivamente se limita a monjes y monjas. Las autoridades sostienen que los tibetanos han logrado prosperidad y no están interesados en la independencia.

Rinchen Dharlo, representante del Dalai Lama en Estados Unidos, afirma que China reprimió al movimiento brutalmente.

"Es realmente difícil para la gente organizar demostraciones", sostuvo. Las protestas son lideradas por monjes y monjas "porque viven en monasterios, y allí tienen más posibilidades de reunirse", señaló.

Dharlo sostiene que Beijing tienen un plan consciente para colonizar Tibet con inmigrantes chinos, con el fin de disolver a la población local y disminuir la resistencia. "Hay al menos ocho millones de chinos en Tibet, comparados a los "seis millones de tibetanos".

El investigador de ciencias sociales Tao afirma que sólo hay unos 2,3 millones de personas que viven en la Región Autónoma de Tibet, de los cuales menos de 100.000 son han (el grupo étnico mayoritario en China).

Algunos académicos estadounidenses cuestionan las estadísticas del Dalai Lama.

Melvyn Goldstein, director del Centro para la Investigación sobre Tibet de la Universidad de Case Western, dijo que las cifras del Dalai Lama incluyen a la población que vive en la región autónoma y las provincias chinas cercanas.

La migración han a las provincias fronterizas no es nada nuevo, y comenzó a comienzos de este siglo, destacó Goldstein, quien no advierte señales de un plan elaborado por China para colonizar la región.

Expertos independientes estiman que varios cientos de miles de trabajadores migrantes, profesionales, soldados y pequeños empresarios chinos viven en Tibet desde los años '70. Decenas de miles de chinos llegaron a Tibet a comienzos de la década de 1980 buscando nuevas oportunidades económicas, un común patrón de migración en China. (FIN/IPS/tra-en/re/lp/ip-cr/96

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