Con el trazo de una lapicera y la incisión de un bisturí, Rusia comenzó hoy la prueba más severa de su madurez política como estado constitucional y democrático.
A las 04:00 GMT el presidente ruso Boris Yeltsin firmó un decreto por el cual autorizó el traspaso temporal de poder al primer ministro Viktor Chernomyrdin, e inmediatamente se dirigió al quirófano para iniciar una operación cardíaca que duró siete horas, mediante la cual le implantaron dos marcapasos.
Los prolongados preparativos políticos para la operación de este martes fueron emulados por los médicos en términos de cuidados y detalles, concientes de la amenaza que tanto el presidente como la constitución podrían quedar fatalmente debilitados por años de abusos.
El viernes, un sondeo conducido por encuestadores independientes de Mneniye señaló que el 56 por ciento de los entrevistados pensaba que Yeltsin ya no controlaba el país, y el 28 creía que podría ser orquestado un golpe durante el lapso de su convalecencia.
Pesew a que la intervención fue exitosa, ahora la verdadera amenaza son las complicaciones postoperatorias, dijeron los médicos y tambien los analistas políticos.
Según el decreto de este martes, a partir del momento de la firma "todo el poder, incluído el control sobre el llamado botón nuclear, pertenece al primer ministro Chernomyrdin, de acuerdo con la constitución rusa", expresó el anuncio presidencial a la agencia de noticias Itar-tass.
Políticamente, la próxima prueba se producirá cuando Yeltsin entre en su período de convalecencia y esté en condiciones de firmar un segundo decreto para recuperar sus plenos poderes.
Yeltsin, de 65 años, que permaneció semanas antes de la operación en el hospital Barvhika, canceló todas sus reuniones de trabajo y dió la semana pasada autoridad parcial a Chernomyrdin.
El presidente formuló severas advertencias en su última declaración radial sobre los peligros de "una inaceptable insubordinación dentro del gobierno", y una vez más ordenó a la ruidosa bandada de políticos que lo rodean que cesen su lucha por el poder, iniciada ni bien se conoció la gravedad de sus condiciones.
Sin embargo, los esfuerzos de Yeltsin para coodinar el ejecutivo y la legislatura en el llamado Consejo de los Cuatro llegaron a un punto muerto, porque el nuevo organismo fue sacudido por sospechas conservadoras sobre los motivos del jefe de gabinete del presidente, el economista liberal Anatoly Chubais.
Los cuidadosos preparativos para la doble implantación de marcapasos en el Centro de Estudios Cardiológicos, en los suburbios de Moscú, fueron encabezados por el cirujano ruso Renat Akchurin, de 50 años, quien anteriormente colocó un marcapasos a Chernomyrdin.
Achkurin fue aconsejado por el cardiólogo estadounidense Michael DeBakey, de 88 años, pionero de las operaciones con marcapasos hace tres décadas.
No se informó de problemas colaterales despues de la actual intervención quirúrgica que, en general, es exitosa en el 98 por ciento de los casos. El grave peligro está en la complicaciones postoperatorias, especialmente en el caso de Yeltsin, cuyo hígado está afectado por décadas de abusos en la ingestión de alcohol.
Los preparativos preoperatorios en Barvikha se concentraron en alistar el organismo de Yeltsin para el impacto postquirúgico, e involucraron a docenas de médicos y dietólogos, descansos planificados y tratamientos con drogas específicas.
Los preparativos políticos fueron igualmente intensos, pero los esfuerzos de Yeltsin para coordinar gobierno, legislatura y presidencia podrían haber puesto a la constitución bajo una tensión todavía mayor.
En anticipación al martes, formó un consejo consultivo de cuatro, integrado por Chernomyrdin, Chubais, el titular de la Duma estatal (cámara baja del parlamento), Gennady Saleznyov, y aquel del consejo de la federación (cámara alta), Yegor Stroyev.
A pesar de que el organismo no tiene estatus bajo la constitución rusa, toda la semana pasada se vió sacudido -con el activo apoyo de Chubais- por disputas sobre el nombramiento del controvertido magnate de los negocios Boris Berezovsky, como subjefe del consejo nacional de seguridad.
Seleznyov ya se negó a trabajar con Chubais, de 41 años, en protesta por la designación. "Insisto en la inmediata dimisión del jefe de administracion presidencial, Anatoly Chubais", expresó en una carta dirigida a Yeltsin.
"No dudo que reflejo la opinión de una absoluta mayoría de ciudadanos", aseguró Zelesnyov.
Sus puntos de vista muestran la difusa desconfianza hacia la nueva clase económica rusa, ejemplificada por Berezovsky apoyada por Chubais y otros abogados del libre mercado.
Alexander Korzhakov, ex jefe de la guardia personal de Yeltsin, aseguró que Berezovsky le pidió una vez que organizara el asesinato de uno de sus rivales en los negocios.
Pese a que la oficina de Yeltsin acusó al líder de la Duma de intentar "trabar los esfuerzos para mejorar la cooperación entre las fuerzas políticas rusas", el jefe de la oposición comunista, Gennady Zyuganov, y el liberal Grigory Yavlinsky, condenaron unánimemente los nombramientos de Chubais y Berezovsky.
Chubais sigue defendiendo el Consejo de los Cuatro como la manera más eficaz de unir al ejecutivo y la legislatura para afrontar los problemas del país, con la presencia de Yeltsin o sin ella.
"En lugar de las constantes intrigas mutuas, semejante consolidación acerca de los verdaderos problemas de Rusia es más importante que las agendas personales de los distintos partidos en el gobierno", dijo Chubais a la prensa en San Petesburgo (ex Leningrado), antes de la operación.
La constitución rusa no especifica en qué punto y de qué manera debería decidirse que el presidente es incapaz de gobernar. En el caso que no pueda comandar, o muera, Chernomyrdin gobernaría interinamente por tres meses hasta la realización de elecciones.
Algunos analistas creen que el propósito principal de Chubais es evitar nuevas elecciones y preparar un gobierno de coalición en caso que Yeltsin no se recupere.
"Si no pueden ganar las elecciones, necesitan la fuerza para apartarlo", declaró Sergei Markov, un asociado con el Fondo Carnegie para la Paz Internacional.
"Para eso, uno debe consolidar todas las fuerzas: la economía debe funcionar mejor, las elites constituir un solo equipo y los 89 gobernadores regionales quedar bajo control, incluso si algunos comunistas deben estar representados", dijo.
"No hay nada nuevo para este país en el deseo de Chubais de convertirse en "regente" bajo Yeltsin", acotó Sergei Solodovnik, del Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú.
"La historia soviética enumera precedentes cuando líderes incapacitados del Kremlin gobernaron solo nominalmente mientras el poder real era ejercido por otros", recordó.
Leonid Breznhev fue jefe del Partido Comunista desde 1964 hasta 1982, a pesar que estuvo clínicamente incapacitado de gobernar el país desde mediados de los años '70. Fue reemplazado por Yuri Andropov, quien pasó la mayor parte de su breve período en un hospital. Cuando murió, lo sustituyó Konstantin Chernenko, que tambien padecía una grave enfermedad.
"De todas maneras, al estado actual del desarrollo ruso, un liderazgo colectivo al estilo soviético ya no sirve", apuntó Solodovnik. "El presidente se ha transformado en una figura clave en el sistema político bajo la constitución de 1993".
"Rusia tiene ahora una ley fundamental que otorga respectivos poderes a la presidencia, las dos cámaras del parlamento, el gobierno y los tribunales. Sin un presidente en buen estado de salud, el equilibrio queda fácilmente afectado y la lucha política comienza. A eso hemos asistido en las últimas semanas", lamentó.
El probable ganador de nuevas elecciones sería Alexander Lebed, el ex jefe de seguridad nombrado por Yeltsion para resolver el problema de la separatista Chechenia, y despedido hace pocas semanas bajo la sospecha que planeaba un golpe de estado.
Entretanto, como ilustración de la determinación de Yeltsin y Chubais para subrayar la autoridad del gobierno, se creó una nueva agencia para reforzar la recaudación de impuestos en Rusia.
El nombre elegido para la nueva agencia fue de Comisión de Emergencia Temporal (VChk). El acrónimo es el mismo dado a la fuerza de policía secreta creada por Vladimiro Ilich Lenin, el fundador del estado soviético, para reforzar la requisa de cereales a los campesinos y aplastar el disenso con el terror.
Chubais declaró a la prensa que el acrónimo fue elegido intencionalmente. "El poder debe ser ejercido, el poder que se encuentra en el despacho del fiscal en el Servicio Federal de Seguridad y otras estructuras. Estamos listos a tomar las medidas más severas…" (FIN/IPS/tra-en/ss/rj/ego/ip).
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