Rusia presiona a Iraq para que cumpla todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en particular la que permite al país del Golfo exportar petróleo para comprar alimentos y medicinas.
Ese fue el centro de las conversaciones que mantuvieron este fin de semana en Moscú los ministros de Relaciones Exteriores de Iraq, Tariq Aziz, y Rusia, Yevgeny Primakov.
De acuerdo con la resolución 986, aprobada por el Consejo de Seguridad en mayo, Iraq puede vender 2.000 millones de dólares de petróleo al año para adquirir con el dinero obtenido alimentos y medicinas bajo control de la ONU.
La implementación de esa medida se suspendió en septiembre, tras las operaciones militares que dispuso por Bagdad en la zona de exclusión determinada por la ONU en territorio kurdo, al norte de Iraq.
La compañía Zarubezhneft de Moscú, que coordina todas las operaciones petroleras de empresas rusas en Iraq, anunció que podrá absorver todas las exportaciones que permite la resolución 986 una vez que se ponga en práctica.
"El problema es la incertidumbre respecto de la suspensión", dijo un funcionario de Zarubezhneft.
Moscú considera que la resolución 986 es el primer paso hacia el levantamiento del embargo impuesto por la ONU sobre Iraq tras su invasión a Kuwait, episodio que provocó en 1991 la guerra del Golfo.
Rusia tiene mucho que ganar del fin del embargo, pues Iraq le debe entre 7.000 millones y 10.000 millones de dólares.
Aziz confirmó este domingo al ministro de Energía de Rusia, Petr Rodionov, que Iraq está pronto para desarrollar una cooperación bilateral estrecha en materia de petróleo una vez que se levanten las sanciones.
Con tantos miles de millones de dólares en juego, Moscú presiona a Bagdad para que cumpla con todas las resoluciones de la ONU, con el fin de acelerar el levantamiento del embargo. Eso supone que la comisión especial de la ONU para el desarme de Iraq presidida por Rolf Ekeus emita una posición favorable.
Desde la imposición de las sanciones comerciales, el Consejo de Seguridad emitió varias resoluciones en torno a la eliminación de las armas de destrucción masiva en poder de Iraq, así como los medios para producirlas.
Bagdad también deberá pagar compensaciones a los países que sufrieron las consecuencias de las sanciones en su contra.
Además, deberá reconocer la soberanía de Kuwait y sus fronteras, devolver el material militar capturado durante la invasión y esclarecer el destino de desaparecidos y prisioneros de guerra.
La comisión Ekeus envió desde abril de 1991 373 inspecciones en las que intervinieron 3.574 expertos a territorio iraquí. De tanto en tanto, Bagdad entorpeció el trabajo de esos grupos y amenazó con interrumpir su cooperación con ellos.
El último incidente ocurrió en junio, cuando el ruso Nikita Smidovich fue detenido por ocho horas, luego de que se le impidió la entrada a una fábrica.
Aziz dijo en Moscú que Bagdad desea "seria y sinceramente" cooperar con la comisión Ekeus, y acusó a Estados Unidos por obstruir esa cooperación.
El ministro iraquí negó que prisioneros de guerra extranjeros permanezcan en el territorio de su país y se comprometió a hacer lo posible por esclarecer el destino de los desaparecidos.
En cuanto a los enfrentamientos entre grupos kurdos, Primakov negó que Moscú tenga planes de mediar, aunque los observadores sostienen que la presencia de funcionarios rusos en la región es indudable.
"Por el momento, Rusia no ha previsto ninguna misión mediadora. Estamos satisfechos con la posición de las autoridades de Iraq", afirmó Primakov.
Las empresas petroleras rusas tienen grandes intereses en Iraq. Zarubezhneft firmó un acuerdo para la restauración de la industria petrolera de ese país con la meta de aumentar la producción a 60,8 millones de toneladas al año.
En ese sentido, la compañía participará en la segunda etapa del campo petrolero de Kurna Oriental, que contaría con reservas de entre 600 y 700 millones de toneladas.
Zarubezhneft y Machinoimport se embolsarán cada una 15 por ciento de los beneficios, mientras LUKOil se llevará el resto. El proyecto costará entre 2.000 millones y 7.000 millones de dólares.
El mismo consorcio se hará cargo del desarrollo del campo petrolero de Rumailah septentrional.
En total, se requieren 2.300 millones de dólares para la inversión inicial en prospección y equipamiento de los dos proyectos. El consorcio está listo para negociar una vez que se levanten las sanciones.
Mientras tanto, Machinoimport firmó un acuerdo por separado con la compañía estatal de petróleo de Iraq, por lo que algunos trabajos preliminares pueden comenzar de inmediato.
Entre otros posibles proyectos figuran la construcción de una fábrica de acero y hierro con una capacidad de producción de dos millones de toneladas al año, una planta de metanol para 80.000 toneladas y otra de soda cáustica para 25.000 toneladas. (FIN/IPS/ai/rj/mj/ip if/96