/REPETICION/ELECCIONES/ EEUU: Hillary Clinton y Lizzy Dole, iguales pero diferentes

Hillary Rodham Clinton y Elizabeth Handford Dole son mujeres profesionales, inteligentes e interesadas por la política. Tienen más similitudes que diferencias. Sin embargo, la campaña electoral las expuso como polos opuestos.

En su discurso a la Convención del Partido Demócrata en Chicago, Illinois, una desafiante Hillary Clinton, esposa del presidente y aspirante a la reelección Bill Clinton, enfrentó en agosto a todos aquellos que criticaron su desempeño como primera dama.

Recibida tumultuosamente por los delegados del partido, Hillary Clinton no ofreció ninguna disculpa por el papel protagónico que asumió en los últimos cuatro años. En lugar de una retirada, arrojó el guante a sus detractores en un pretendido gesto de coraje político.

Dos semanas antes, Elizabeth Handford Dole había hablado en la Convención del Partido Republicano en San Diego, California. Allí, asumió el rol de esposa deferente y señaló a los delegados porqué su esposo ("el hombre que amo",dijo), Bob Dole, debe ser presidente de Estados Unidos.

A pesar de su considerable experiencia política y profesional, indicó que si su marido era elegido no tenía otro plan que apoyarlo o, quizás más exactamente, seguirlo.

Ese notable contraste entre las esposas de los dos candidatos presidenciales, dos mujeres que tienen mucho en común, refleja lo que el analista de la Universidad Americana John Boiney considera la "reacción esquizofrénica" de los votantes estadounidenses hacia la familia del jefe del Estado.

Mientras la mayoría de la gente acepta los cambios sociales que colocaron a las mujeres en papeles prominentes tanto en el trabajo como en la política, Boiney señaló que muchos electores se muestran reticentes a abandonar los ideales tradicionales cuando se trata de la Casa Blanca.

Lo que es ampliamente considerado por los votantes como el "icono" de la familia presidencial, un mandatario fuerte y una esposa discreta a su lado, "es ajeno a las actuales realidades (sociales) que ocasionaron cambios temendos en el papel de la mujer", apuntó la experta Donna Lenhoff.

Lenhoff, asesora del Fondo Femenino de Defensa Legal en Washington, expresó que ya es imposible encerrar a las mujeres en "estereotipos ajenos a la evolución social".

Boiney, un experto en materia presidencial, agregó que mientras los votantes se muestran deseosos de apoyar a "mujeres profesionales capaces" en cualquier otro nivel de poder político, tienen expectativas diferentes cuando se trata de la presidencia.

En tal sentido, explicó que el presidente y la primera dama son considerados "símbolos del país" y, como tales, muchos creen que deben reflejar un ideal nacional, no la realidad. El deber principal de la primera dama ideal es "ser esposa", no un abogado para determinadas políticas.

"Uno de los problemas que el público tiene con los Clinton es que no ve una pareja. No ve un marido con su esposa. Lo que tienen delante es un par de políticos, una par de profesionales que, casualmente, son marido y mujer", explicó Boiney.

"En cambio, cuando observan a Bob y Lizzy Dole encuentran lo opuesto", añadió.

Pero esa percepción agudamente distinta no es accidental.

La imagen de Elizabet Dole como esposa amable y capaz de brindar incondicional apoyo "no es casual", comentó Debbie Walsh, directora del Centro para Mujeres Americanas en Política de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey.

Walsh aseguró que, como Hillary Clinton, Elizabeth Dole es parte de "la nueva generación de mujeres" que establecieron identidades y carreras independientes de sus maridos. Sin embargo, en una acción "calculada", no se mencionó en la convención republicana la experiencia profesional de Lizzy.

La esposa de Dole desempeñó tareas en la Secretaría de Trabajo y, más recientemente, fue presidenta de la Cruz Roja de Estados Unidos.

Walsh opinó que los estrategas republicanos procuraron mostrar a Elizabeth Dole con una imagen "más blanda".

Lizzy Dole "se parece mucho más a Hillary Clinton" que otras primeras damas, reconoció Boiney. No obstante, se ha mantenido lo suficientemente apartada como para crear la noción que "no es amenazadora".

De todos modos, Walsh prevé que Elizabeth Dole romperá esa imagen de "esposa-soporte" y asuma un papel más activo si logra entrar en la Casa Blanca, lo cual la expondrá a las mismas críticas que afronta Hillary Clinton.

"Si Bob Dole resulta electo y Lizzy es la primera dama, se verán emerger muchas cuestiones parecidas", predijo Walsh.

Lenhoff, quien recordó que Elizabeth Dole planea volver a la Cruz Roja después de las elecciones de noviembre, también cree que como primera dama no se quedará sentada a un costado y en silencio.

"Es alguien que tiene toneladas de experiencia en gobernar. Sería estúpido por parte de Bob Dole, si es elegido, no sacar ventaja de esa experiencia", aseguró el experto. .

El efecto que podrá tener esa dicotomía cuidadosamente construída entre Hillary Clinton y Elizabeth Dole se verá cuando los electores vayan a las urnas.

"Por lo general, decimos que los candidatos presidenciales no hacen una diferencia. Las primeras damas, probablemente, todavía hacen menos diferencia", concluyó Walsh. (FIN/IPS/tra- en/pz/aa/ego-ego/ip pr/96

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