/REPETICION/ELECCIONES/ EEUU: Dole y Clinton no se diferencian mucho en política exterior

La campaña presidencial en Estados Unidos se convirtió en una gran decepción para los cada vez menos ciudadanos preocupados por la política exterior.

A medida que avanzaba la campaña, la mención a este asunto se hacía menos frecuente en los discursos del candidato favorito, el presidente Bill Clinton, del Partido Demócrata, y su rival republicano, Bob Dole.

Además, las ideas en la materia de los dos candidatos no parecen muy distantes, sino todo lo contrario, si bien Dole acusó al presidente de "debilidad, indecisión y papelones".

Los electores, en general, piensan que Clinton realizó un buen trabajo en materia diplomática, pero, al mismo tiempo, no han estado muy interesados en el asunto en los últimos tiempos.

"El público pretende una política exterior cautelosa y minimalista", dijo Andrew Kohut, director del Centro de Estudios Pew para la Gente y la Prensa, para quien Clinton tuvo éxito en ese sentido.

"El público se siente cómodo con la política exterior de Clinton", coincidió Stephen Kull, del Programa de Actitudes sobre Política Exterior de la Universidad de Maryland.

Clinton y Dole no dedicaron más de siete minutos de los 90 que insumió su primer debate de octubre a media docena de crisis internacionales ocurridas en los últimos cuatro años.

Sin embargo, la élite que se dedica a la política exterior no deja de advertir que el ganador de esta competencia tendrá que afrontar importantes decisiones desde el instante en que preste juramento, en enero próximo, y tal vez antes.

Entre estas cuestiones figuran las relaciones militares y comerciales con China y Japón, la posible flexibilización política en Corea del Norte, los nuevos desafíos de Iraq y el posible colapso del proceso de paz entre Israel y los palestinos.

También se destacan la ampliación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este de Europa, la relación con Rusia, los conflictos étnicos en los Grandes Lagos de Africa y la inestabilidad de México.

"Una campaña electoral es el momento adecuado para meter estos asuntos en primer plano", escribió en The Washington Post la asesora de Dole, Jean Kirkpatrick, ex representante de Estados Unidos ante la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Los expertos atribuyen esta omisión en la campaña republicana a que Dole se resiste a criticar en público al "comandante en jefe", pues él mismo es un veterano de la Segunda Guerra Mundial y un tradicional internacionalista dentro de su partido.

Eso no le impidió atacar a Clinton por su política exterior "de fotos" (dirigida a los medios de comunicación), ni por invitar a la Casa Blanca a los líderes de Israel y Palestina en medio del último enfrentamiento.

Sin embargo, las quejas de Dole en la materia se refirieron sin excepciones a la táctica y no a la estrategia.

Dole respaldó a Clinton en decisiones clave como la participación del país en la fuerza de paz de la OTAN en Bosnia, la ratificación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y el apoyo financiero a México en 1994.

El candidato republicano también apoyó en septiembre el bombardeo a objetivos militares en el sur de Iraq, aunque luego criticó a Clinton porque no obtuvo más respaldo regional e internacional para esa acción.

A finales de octubre, en un debate entre los expertos en Asia de ambos candidatos, el demócrata Stephen Solarz observó que "lo básico de la política asiática no cambiará, gane quien gane".

A pesar de que Clinton tuvo "un comienzo algo agitado en Asia", especialmente respecto de los derechos humanos en China y el comercio con Japón, no existen grandes diferencias entre los dos partidos en una región que supone un desafío para Washington en el próximo decenio, según Solarz.

Pero los analistas políticos ven algunas diferencias entre Clinton y Dole. "Dole tiende a favorecer un enfoque más unilateralista", señaló el profesor John Ruggie, de la Universidad de Columbia.

Esta distinción, de todos modos, se desdibujó este año, en particular cuando Clinton firmó leyes de cuño republicano para castigar a empresas extranjeras que inviertan en Cuba, Libia o Irán.

También el rechazo a la reelección del secretario general de la ONU, Boutros Boutros-Ghali, es considerada un abandono del multilateralismo de Clinton.

Al actuar unilateralmente contra Iraq en septiembre, Clinton desvió la acusación de Dole de que el gobierno delega demasiado en la organización mundial.

Otra razón para que los candidatos eviten el debate sobre política exterior es que sus propios partidos sufren profundas divisiones sobre estos problemas.

Richard Haas, analista del Instituto Brookings, señaló que los debates entre aislacionistas e internacionalistas y entre proteccionistas y partidarios del libre comercio trazan un corte transversal en ambos partidos desde la guerra del Golfo, en 1991.

Los internacionalistas y los partidarios del libre comercio, representados tanto por Dole como por Clinton, ganan, por ahora, la partida en los dos grandes partidos.

Sin embargo, la tendencia al unilateralismo, combinada con la incapacidad del gobierno para suavizar el efecto del mercado mundial en las clases media y baja de Estados Unidos, podrían reforzar el "populismo" en ambos partidos, según Ruggie.

Entonces podría imponerse un programa proteccionista y aislacionista en futuras elecciones, dijo.

Stanley Greenberg, principal encuestador de Clinton en 1992, observó que las pocas críticas planteadas por Dole apuntan a aplacar al ala derecha del Partido Republicano, aislacionista y proteccionista, y no a ganar votos en la elección.

Pero Dole y sus asesores están cerca del ala internacionalista del partido, identificada con el ex presidente George Bush.

Si deseaba introducir con énfasis la política exterior en la campaña, Dole debía correr contra la política exterior del propio Bush, pues gran parte de la diplomacia de Clinton se vincula con el "nuevo orden mundial" postulado por su predecesor.

A medida que se consideran zonas geográficamente más cercanas a Estados Unidos, como América Latina y el Caribe, las presuntas diferencias en política exterior entre demócratas y republicanos se diluyen, según los analistas.

"Una administración no sería muy diferente de la otra" en lo que se refiere a esa región, dijo William LeoGrande, profesor de la Universidad Americana, en Washington. Ni Clinton ni Dole "tuvieron nunca mucho interés" en América Latina y el Caribe, agregó.

En cuanto a Cuba, el compromiso de Dole de acabar con Fidel Castro es, para LeoGrande, una mera "fanfarronada"

En lo que refiere a Haití, Washington continuará operando "con relativa tranquilidad", a menos que se produzca "otra inundación de balseros", sostuvo Helmut Sonnenfeldt, ex funcionario diplomático tanto en gobiernos republicanos como demócratas.

De todos modos, agregaron, un gobierno de Dole no sería un reflejo de la gestión de Clinton. Una de las diferencias más notorias, según los analistas, se registraría en la relación con Rusia.

"Un gobierno de Dole sería mucho menos sentimental con respecto a Rusia", según Robert Hutchings, del Centro Académico Internacional Woodrow Wilson.

En consecuencia, Dole pondría más distancia con el presidente Boris Yeltsin, cuyo poder se desvanece, en gran parte, debido a sus problemas de salud, agregó.

Mientras Rusia teme la eventual afiliación de más socios a la OTAN, la plataforma republicana exhorta a su "inmediata expansión" hacia "aquellos países de Europa central que demostraron mayor compromiso con los ideales democráticos".

Según los expertos, los cuestionamientos de Dole al multilateralismo de Clinton resultaron negativos a los efectos de la campaña. "El público dice hace seis o siete años que no pretende que Estados Unidos sea el número uno en el mundo", dijo Greenberg.

Esa actitud surge consistentemente en las encuestas. Más de 70 por ciento del público no cree que Washington deba jugar el papel de policía global, según sondeos analizados por Kull y Kohut.

Un margen similar rechaza la idea de que Estados Unidos deba plantear su política exterior sin importarle el resto del mundo o que deba marginarse de las misiones de paz de la ONU. (FIN/IPS/tra- en/jl-pz/pz/arl-ego-mj/ip/96

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