/REPETICION/ CUMBRE IBEROAMERICANA: Una democracia, varias formas de aplicarla

Los mandatarios iberoamericanos reunidos hoy en la ciudad chilena de Viña del Mar, coinciden en que la democracia es una, pero en la práctica aceptan varias formas de aplicarla.

En la declaración final firmada este lunes y en los discursos de la mayoría de los jefes de estado y de gobierno de los 21 países, se destaca a la democracia como la mejor forma de gobierno.

Sin embargo, los regímenes de los países difieren y la misma elaboración de la declaración final, que sufrió interesantes modificaciones desde su borrador inicial, redactado en abril, ilustra la existencia de diversas maneras de entender y aplicar la democracia.

En la cumbre están representados una monarquía, una república con sistema parlamentario, un país comunista y una mayoría de regímenes presidencialistas, algunos de ellos con estados federales y otros centralistas.

La monarquía parlamentaria española fue aprobada por referendum en 1978 y establece que en la línea de sucesión tendrá prioridad el hijo varón del Rey, aunque sea menor que sus hermanas.

Es una situación que ha motivado críticas en organizaciones ciudadanas por entender que viola la regla democrática de la igualdad de género, además de coronar a un jefe de Estado sin el requisito democrático de la elección por los ciudadanos.

En Cuba rige un sistema de partido único, el Comunista. En Portugal el gobierno, que encabeza un Primer Ministro, es designado por el Parlamento, siendo restringidas las funciones del Presidente a la representación del Estado, de una manera similar a la del Rey en España.

En los demás países hay una variada gama de aplicación de la democracia con dos polos: Chile, en el que rige una Constitución y un jefe del Ejército, Augusto Pinochet, heredados de la dictadura (1973-90), y Costa Rica, una nación célebre por su tradición democrática y el respeto de los derechos fundamentales de las personas.

Esa variedad se reflejó en la elaboración del documento final de la Cumbre, la Declaración de Viña del Mar.

En el primero de los cinco borradores, se proponía a los mandatarios que reafirmaran su compromiso con la democracia, los derechos humanos y las libertades fundamentales.

En la Declaración el compromiso se refiere a la democracia, el estado de derecho y el pluralismo político, el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales.

Además, se agregó el imperio del derecho internacional "y en especial, los principios de soberanía, de no intervención y de igualdad jurídica de los Estados, así como el derecho de cada pueblo a construir libremente, en paz, estabilidad y justicia, su sistema político y sus instituciones".

También se destaca que la consolidación de la democracia es tarea permanente de cada pueblo "de acuerdo con su tradición política". Así, la tradición es invocada para justificar las diversas formas de aplicar la democracia, de manera que todos los mandatarios puedan firmar la Declaración.

Más adelante se agregó un párrafo en el que se establecen las condiciones para la cooperación política entre las naciones, que "se fundamenta en el respeto irrestricto a la soberanía, la integridad territorial, la autodeterminación y la independencia de cada país".

La cooperación, suscriben los mandatarios, "exige que las tradiciones nacionales arraigadas en cada una de nuestras sociedades sean respetadas, y que se posibilite la elección de los medios, los instrumentos y los mecanismos que cada Nación considere más idóneos".

Por último, en lo que se refiere a democracia y gobernabilidad, la declaración destaca que ningún ciudadano puede verse afectado en sus derechos fundamentales en nombre de una visión dogmática acerca de la sociedad.

Asimismo, reivindica que "las agrupaciones y los partidos políticos (en plural) tienen un papel esencial en el desarrollo democrático" y destaca que son indispensables programas que desarrollen el carácter de derecho público de los partidos.

Fuera de las reuniones formales, se produjeron hechos que muestran los criterios diferentes. Las delegaciones de España y Cuba se enfrentaron en un incidente diplomático, por entender los españoles que la defensa del sistema de partido único por Cuba es contradictoria con la firma de la Declaración.

Argentina, según fuentes diplomáticas de ese país, no logró que prosperase la inclusión de un párrafo en el que se estableciera que la democracia pluralista fuese un requisito indispensable para participar en la Cumbre.

El presidente cubano, Fidel Castro, en un acto organizado por el Partido Socialista de Chile, respondió públicamente a las críticas, también públicas, que recibió desde diversos sectores.

El líder cubano dijo no estar en el poder por ambición y ante el interrogante de porque está en la presidencia tanto tiempo, argumentó: "¿Qué culpa tengo yo? Primero, un gran fracaso de la CIA, que trató de matarme no sé cuantas veces. Y no es que yo esté. ¡Es la revolución y el pueblo los que me tienen ahí!".

Las críticas al sistema de partido único, afirmó, se deben a campañas de comunicación que no informan sobre las elecciones y la democracia que imperan en su país.

Según la delegación cubana, en su país existe democracia, los candidatos a las elecciones son elegidos en asambleas populares y los diputados para llegar a la Asamblea Popular (parlamento) deben obtener al menos el 50 por ciento de los votos.

Lo más importante, expresó Castro, es que en su país, en las tres décadas en que él lo preside, "no hubo un desaparecido ni escuadrones de la muerte. No ha habido ni un asesinato político ni un caso de torturas. Nuestra conciencia está limpia".

Y eso lo dijo en Chile, donde todavía está al frente del Ejército el general Pinochet, bajo cuya dictadura se secuestró, torturó y mató a personas, hubo desaparecidos y las víctimas se contaron por millares. (FIN/IPS/td/ip/96

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