Al menos un funcionrio de las Naciones Unidas elogió a los gobiernos de la región caribeña por sus esfuerzos en la lucha contra la pobreza.
Daniel Blanchard, de la sede regional de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (ECLAC), alabó a los gobiernos por el suceso de su última reunión ministerial, realizada en Trinidad-Tobago, que adoptó un Plan de Acción Regional para erradicar la pobreza.
"La… reunión capturó lo que ECLAC considera una profunda aspiración de los pueblos del Caribe para seguir haciendo lo necesario con esa difícil tarea que acosa a la región y al mundo", declaró Blanchard.
El Plan de Acción señaló que los actuales niveles de pobreza en la región han aumentado dramáticamente durante la última década.
"La mayoría de los países han experimentado índices de crecimiento bajos o negativos durante los años '80 y '90. Como resultado, han padecido fuertes declinaciones en el producto interno bruto (PIB) por persona, en los salarios reales y en los gastos del sector social", expresó el documento.
"En general, los niveles de vida bajaron y la pobreza aumentó", se subrayó en el texto.
Gillian Lindsay-Nanton, jefa de división en el Buró para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), dijo que la extensión de la pobreza en la región era "dinámica y multifacética", y está ligada a las privaciones de individuos y grupos vulnerables.
"En forma típica, los niños, hombres y mujeres que viven en la pobreza experimentan discriminación sociopolítica y económica", dijo. Los grupos más afectados son los hogares encabezados por mujeres, minusválidos, ancianos y aquellos empobrecidos por desastres naturales.
La reunión caribeña de una semana fue una respuesta al mandato de la cumbre social de Copenhague en 1995. Muchos países de la región figuraron entre las 177 naciones que prometieron dedicar los próximos 10 años a erradicar la pobreza, promover el empleo y "fomentar sociedades estables, seguras y justas".
Segun la agenda de la cumbre, los países signatarios al Plan de Acción de Copenhague ya deberían haber establecido claros objetivos nacionales e identificado políticas contra el problema de la pobreza.
Ese ejercicio tendría que haber cimentado una serie de intervenciones nacionales, regionales e internacionales para erradicar completamente la pobreza en el año 2006. El período desde 1997 al 2006, por lo tanto, ha sido declarado Década para la Erradicación de la Pobreza por la Asamblea General de la ONU.
Si bien muchos vieron ese paso de los líderes regionales como una acción positiva, algunas organizaciones no gubernamentales (ONG) los están culpando por arrastrar los pies durante demasiado tiempo, al punto que se produjeron nuevos aumentos de los niveles de pobreza.
En el Caribe angloparlante, el nivel asciende ya al 38 por ciento, mientras en la francófona Haití la cifra salta al 65.
Algunas ONG consideran que en el curso de los años la situación se empeoró debido a negligencia gubernamental. Las señales fueron claras durante años y los gobiernos tardaron demasiado tiempo en reaccionar, adujeron.
El director del Instituto Económico y Social de la Facultad Mona en la Universidad de Indias Occidentales, Neville Duncan, dijo que deben ser ejecutados métodos más eficaces para medir las tendencia sociales en la región, si los funcionarios gubernamentales hablaban seriamente de erradicar la pobreza.
El Plan de Acción que formularon los líderes caribeños se refiere a la necesidad de reexaminar criterios para determinar la extensón y distribución de las pobreza. Tambien se debe actuar en el área de desarrollo de los indicadores de pobreza y en el grado que son vulnerables los distintos grupos.
Cierto número de iniciativas fueron propuestas como alternativas viables a los actuales arreglos para tratar el problema. Blanchard cree que todos los sectores de la sociedad necesitan ser moviliados para combatir el problema. Esto debe realizarse a niveles comunitarios, nacionales, regionales e internacionales.
Sin embargo, todavía hay algunos analistas que afirman que la región se ha empobrecido aún más debido a las demandas de agencias donantes internacionales.
Las agencias deben reconocer el hecho que todos los países en desarrollo, en particular los pequeños estados insulares, parten en desventaja en el contexto de una interacción con el ambiente global, apuntó Lindsay-Nanton.
Esas agencias, dijo, deben darse cuenta que la marcha de la globalización, liberalización y privatización adoptadas por el mundo industrializado no puede ser emulada por las naciones pequeñas.
"Siendo así, los donantes internacionales deben llegar a entender que es necesario un período de transición para establecer las capacidades institucionales y técnicas, así como tambien las infraestructuras de desarrollo para poder competir", expresó. (FIN/IPS/tra-en/wg/cb/ego/pr).
= 11051457 DAP008