Israel podría aprobar un plan para duplicar la población de colonos judíos en tierras palestinas elaborado por el ministro de Infraestructura Ariel Sharon, a quien el gobierno obedece ciegamente, según los palestinos.
"Todo lo que hay que hacer es detectar el aliento de Sharon para saber hacia dónde se dirige el gobierno", dijo el negociador palestino Saeb Erekat, y destacó que el ministro "dirige al gobierno en todo lo referente a la política de asentamientos".
Sharon, quien dirigió la invasión de Israel a Líbano en 1982, presentó este domingo un ambicioso plan para desarrollar dos grandes asentamientos judíos en Cisjordania, con unos 10.000 apartamentos cada uno.
Esto atraería a otros 100.000 colonos judíos al territorio disputado, casi duplicando la actual población de 140.000 colonizadores, y asestaría un golpe tremendo a las ya frágiles conversaciones de paz con los palestinos.
Los palestinos consideran los asentamientos como el prinicpal obstáculo para la creación de un país independiente en Cisjordania y la franja de Gaza, ya que dificultan la continuidad territorial de un futuro estado palestino.
Haidar Abdel Shafi, integrante del consejo legislativo palestino, calificó el plan como un "llamado a la guerra" por parte de Israel.
El opositor laborista Haim Ramon, integrante de la Knesset (cámara baja del parlamento israelí), acusó a Sharon de "intentar construir otra Bosnia en Israel", y subrayó que "la idea es separar a judíos y palestinos, no aumentar la población de colonos".
"No habrá posibilidad de continuar el proceso de paz mientras intentemos alterar la situación en Cisjordania", advirtió Ramon.
Los palestinos consideran la expansión de los asentamientos como una violación de los acuerdos de paz de Oslo, según los cuales ninguna de las partes alterará el statu quo en ciertos asuntos, incluyendo el de los asentamientos.
Pero el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, sostiene que la construcción de los asentamientos no es incompatible con los términos del acuerdo.
Los planes de Sharon deben recibir aprobación del gabinete para obtener financiación. Los costos se evalúan en "cientos de millones de dólares", informó un vocero del ministro, quien añadió que el gobierno se mostró en principio de acuerdo con la expansión de los asentamientos.
Algunos analistas afirman que Netanyahu podría aceptar la decisión de Sharon para aplacar a los colonos y sus seguidores, quienes componen gran parte de sus votantes. Los colonos están furiosos ante el inminente retiro de tropas israelíes de la ciudad cisjordana de Hebrón, que ya tiene siete meses de atraso.
Los dos nuevos asentamientos, ambos al noroeste de Ramallah, se construirían sobre tierras confiscadas a villas palestinas en la década de 1980. En las colinas ya hay unos 20 edificios sin terminar.
Unos 60 ancianos palestinos de aldeas cercanas se congregaron este lunes en el lugar donde se proyecta iniciar la construcción. Irónicamente, los hijos de los palestinos que poseían esas tierras son quienes construirán los controvertidos edificios.
El prolongado cierre de fronteras de Gaza y Cisjordania por parte de Israel impide a los palestinos trabajar en Israel y ha devastado la economía palestina, por lo que muchos no tienen otra opción más que trabajar en la construcción de asentamientos judíos.
Un informe publicado por la oficina en Gaza del Coordinador Especial de las Naciones Unidas en los Territorios Ocupados presentó un oscuro panorama económico de Gaza y Cisjordania.
El ingreso real de los palestinos cayó casi 23 por ciento desde 1992, un año antes de la firma de los acuerdos de paz con Israel, mientras el salario real disminuyó 20 por ciento desde 1995, y el consumo promedial por hogar se redujo 10 por ciento en el mismo período, según el informe.
La construcción de asentamientos se reanudó desde que el derechista Partido Likud asumió el poder en mayo, de acuerdo con su promesa de llevar 500.000 colonos judíos a Cisjordania en los próximos cuatro años.
El ministro de Defensa de Israel, Yitzhak Mordechai, anunció en septiembre planes para construir 1.800 apartamentos en el asentamiento judío ultraortodoxo de Matiyahu, justo antes de una reunión con Yasser Arafat, presidente de la Autoridad Nacional Palestina.
El canciller británico Malcolm Rifkind declaró esta semana, durante una visita a Cisjordania, que su gobierno no descarta la posibilidad de la formación de un estado palestino en la franja de Gaza y Cisjordania y considera "ilegales" los asentamientos judíos.
"Gran Bretaña cree que todos los asentamientos judíos en los territorios ocupados son ilegales y no deberían continuar existiendo", dijo Rifkind en visita a Hebrón, la última de ocho ciudades cisjordanas asignadas al autogobierno palestino.
Negociadores israelíes y palestinos están trabados en tensas conversaciones sobre el demorado repliegue de tropas israelíes de la ciudad, la única con un pequeño enclave de colonos judíos que habitan complejos fuertemente armados en el centro.
Erekat acusó a Israel de intentar forzar a los palestinos a aceptar tres cambios en el acuerdo existente. El primero de ellos permitiría a los soldados israelíes ingresar en las áreas de la ciudad controladas por los palestinos.
La segunda modificación mantendría cerrados una gran calle y un mercado central cerca de los asentamientos judíos. Ambos fueron clausurados luego de que el colono judío estadounidense Baruch Goldstein matara a tiros a 29 palestinos en 1994.
Según el acuerdo firmado por los palestinos con el anterior gobierno de Israel, encabezado por el laborista Shimon Peres, la calle y el mercado serían reabiertos luego del repliegue de tropas israelíes de Hebrón.
La tercera exigencia de Israel consiste en que los palestinos mantengan sus armas en los cuarteles de policía. Esta demanda es "humillante y ridícula" y se basa en el temor de que colonos armados abran fuego ante policías palestinos con armas, manifestó Erekat. Algunos colonos ya amenazaron con hacerlo.
Los palestinos exigen que Israel cumpla con los acuerdos de paz negociados en Oslo, incluido el retiro de Hebrón, "para demostrar que se toman en serio el proceso de paz", según palabras de Erekat, y señalan 34 compromisos de Israel que aún no fueron cumplidos. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/lp-ml/ip/96