PALESTINA: Industriales boicotearán cumbre económica en El Cairo

Palestina necesita atraer inversiones para su diminuto mercado más que ningún otro participante de la cumbre económica anual que se celebrará desde este martes en El Cairo, pero muchos de sus industriales no asistirán a la cita.

La Unión de Industriales de Gaza tomó la decisión para protestar contra medidas adoptadas por el gobierno de Israel que, según ellos, están "asfixiando" su economía.

"De cualquier manera, no habríamos podido tener éxito en los negocios", dijo el presidente del gremio empresarial, Mohammed Yazji.

"Decidimos no concurrir a la cumbre de El Cairo a menos que Israel allane los obstáculos y levante la clausura" de los pasos hacia territorio controlado por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), agregó el empresario.

La burocracia y las medidas de seguridad israelíes agravaron la ya mala situación de la economía palestina, pues dispararon el desempleo y devastaron la producción.

La ausencia de movimiento de personas y mercaderías provocó la postergación de la puesta en marcha de las zonas industriales en Gaza y Cisjordania y ahuyentaron la inversión privada, según los palestinos.

La decisión de los industriales palestinos es la última señal de que el mundo árabe pensará dos veces antes de abrir una corriente de negocios con Israel.

La elección del derechista primer ministro Benjamin Netanyahu en mayo, cuyo gobierno ha postergado la implementación de 30 compromisos asumidos en Oslo en 1993, anuló el interés que se había generado a lo largo del proceso de paz iniciado entonces.

Pero Israel asistirá a la reunión en El Cairo entre el martes 12 y el miércoles 14, junto a representantes de gobiernos de Medio Oriente.

Sin embargo, los empresarios árabes consideran que cortejar a sus pares israelíes no es una actitud aceptable en el actual panorama político.

El acuerdo de Oslo fue firmado por los antecesores de Netanyahu, los laboristas Itzhak Rabin y Shimon Peres.

La ANP enviará representantes de los ministerios de Economía e Industria, pero la Unión de Industriales y otros gremios de empresarios enviaron una carta al presidente de Palestina, Yasser Arafat, y al de Egipto, Hosni Mubarak, para explicarles su ausencia.

"Confiábamos en que el proceso de paz podría mejorar las condiciones de vida e impulsar la economía nacional, pero esas esperanzas y ambiciones se esfumaron", sostuvieron los empresarios.

"Desde el comienzo del proceso de paz, las fronteras se han interpuesto entre nuestras ciudades. El movimiento de mercaderías y personas es difícil y eso condujo al deterioro de la situación económica", agregaron.

Yazji, propietario de una planta embotelladora de 7Up en Gaza, dijo que las ventas de refrescos cayeron estrepitosamente desde que se impuso el bloqueo de Gaza hace dos años, pues se ve impedido de transportar su producción a Cisjordania.

Entre Gaza y Cisjordania se imponen 40 kilómetros de territorio israelí. Uno de los compromisos adoptados en Oslo fue la apertura de un corredor seguro entre ambos territorios.

"La política israelí está asesinando a la economía. No hay flujo de dinero y no hay progreso si no hay movimiento de personas y mercaderías de Gaza a Israel o a Cisjordania", se lamentó Yazji.

Moutez Alami, fabricante de pasta en Gaza, cerró su planta pues las ventas a Cisjordania e Israel dejaron de dar beneficios. "Llevar mi producción hacia allí es demasiado costoso", dijo.

Los chequeos de seguridad en el puesto de Karnei, el principal entre Gaza y Cisjordania, implican que un empleado deba descargar toda la mercadería de los camiones, sacar todos los paquetes de las cajas, volverlos a poner en ellas y cargar todo nuevamente en un vehículo israelí.

Karnei parece un mercado abierto donde yacen camiones palestinos, montañas de mercancías fuera de sus cajas y soldados israelíes alineados a lo largo de medio kilómetro.

Los inspectores israelíes obligan a los empleados a separar pilas de platos y baldosas y montones de ropa fuera de sus paquetes.

Las cargas de helado pasan de los camiones refrigerados a otros vehículos mientras los soldados israelíes les pasan un detector de metales. También atraviesan con un hierro los cajones de tomates.

Los palestinos sostienen que este proceso es costoso y largo, por lo que la distribución se enlentece y las ventas bajan.

Los inversores que procuran obtener beneficios de los bajos salarios de Gaza con la apertura de fábricas mencionan ese problema entre las principales razones que los obligan a mantenerse al margen.

"Necesito saber si tendré un mercado para mis productos. De otro modo, no hay razón para tirar el dinero en la construcción de una fábrica", dijo Said El Mashal, un empresario palestino que reside en el exterior.

A pesar del pesimismo, representantes de PADICO, una de las compañías de inversión más poderosas de Palestina, asistirán a la reunión de El Cairo con la esperanza de atraer el interés de empresarios extranjeros en la construcción de una zona industrial en Gaza.

"Estas reuniones no suponen tratos cerrados. Su utilidad es la presentación de proyectos para generar interés. A pesar de las medidas de seguridad de Israel, estamos comprometidos con el desarrollo de Palestina", dijo Emin Haddad, alto funcionario de PADICO.

Representantes de la Bolsa de Valores de Palestina, que estará plenamente en operaciones dentro de dos semanas, también concurrirán, dijo su organizador, Safwan Batayneh.

"Este es un buen foro para que el mundo sepa que hay una bolsa de valores en Palestina", sostuvo Barayneh. (FIN/IPS/tra- en/dho/rj/mj/ip if dv/96

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