Donantes y cooperantes internacionales prometieron hoy 845 millones de dólares en ayuda financiera a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), afectada por la creciente tensión política con Israel y el deterioro de la economía en Gaza y Cisjordania.
Países donantes y agencias de ayuda al desarrollo prometieron liberar los fondos para 1997, al final de una reunión de dos días en las oficinas del Banco Mundial en París.
La delegación palestina estuvo encabezada por el presidente de la ANP, Yasser Arafat, y el encuentro, inusualmente, fue presidido por el propio presidente del Banco, James Wolfensohn.
La delegación palestina y el Banco lograron convencer a los donantes de brindarle a los palestinos la ayuda que tanto necesitan pese a la incertidumbre política reinante, especialmente desde que el derechista Benjamin Netanyahu asumió la jefatura de gobierno de Israel.
La situación de los palestinos es especialmente difícil como resultado del bloqueo económico impuesto por Israel, destacó Wolfensohn, cuya presencia reflejó el esfuerzo del Banco por promover el desarrollo en Gaza y Cisjordania.
"No estamos aquí para resolver los problemas del proceso de paz, pero deseamos asegurarnos de que se cumplan los compromisos económicos", declaró Wolfensohn.
Gran parte de la atención se centró en las consecuencias del bloqueo sobre la economía ya inestable de Gaza y Cisjordania. El gobierno israelí impuso el cierre de fronteras a las áreas palestinas con el propósito de impedir ataques de radicales islámicos en Israel.
Como resultado, la economía palestina está paralizada. Los comerciantes no pueden llevar sus mercaderías a otras áreas y los trabajadores palestinos no pueden trabajar en Israel.
El desempleo en Gaza y Cisjordania alcanza a 35 por ciento de la población activa o 135.000 personas, y el subempleo afecta a 10 a 15 por ciento de la población, según el Banco.
El ingreso por habitante se redujo aproximadamente 30 por ciento al caer de 2.400 a 1.700 dólares por año desde la firma de los acuerdos de paz, en septiembre de 1993.
Debido al deterioro de la economía palestina, el déficit presupuestal creció en 1996 de los 75 millones de dólares pronosticados en enero a 112 millones de dólares, según estimaciones.
Arafat se mostró agradecido por las donaciones bilaterales y multilaterales, pero destacó que los envíos de fondos de palestinos en el extranjero fueron el sostén de la economía durante la crisis causada por el cierre de fronteras.
"Las remesas superaron los 1.500 millones de dólares. Sin ellas, nuestra economía se habría desplomado", señaló.
Pese a las dificultades en la implementación de los acuerdos "permanecemos y continuaremos comprometidos con el proceso de paz, porque la paz no es sólo una necesidad palestina, sino una necesidad internacional", concluyó. (FIN/IPS/tra-en/ao/rj/ml/dv/96