El gobierno interino de Pakistán implementará profundas reformas para acabar con la crisis económica, entre ellas mejoras del vínculo comercial con el tradicional rival del país, India.
El primer ministro interino Meraj Khalid se dispuso a gobernar con mano firme, a pesar de que su destituida antecesora, Benazir Bhutto, prepara una apelación a su cese ante la Suprema Corte de Pakistán.
El nuevo gobierno, con el presidente Leghari y los poderosos militares de su lado, no parece preocupado por las consecuencias políticas de la adopción de medidas impopulares.
El principal asesor de Khalid, Shahid Javed Burki, delineó el día 9 el nuevo programa económico del gobierno, que tiene como principal intención cumplir con las metas establecidas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Burki es considerado el mejor técnico para hacerse cargo de la pesada tarea, pues hasta inicios de este mes ocupó la vicepresidencia del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
El funcionario anunció en Islamabad la aceleración del proceso de privatizaciones y la presentación de proyectos de ley para que esas reformas sean permanentes. "Nuestro deber es hacer que la economía camine", afirmó frente a los periodistas.
Pero economistas independientes de Pakistán afirman que el "paquete" de Burki es una pompa de jabón. No hay nada que los programas de ajuste estructural puedan hacer por sí solos para abatir la inflación o recuperar el crecimiento económico, argumentaron.
"La crisis económica que dejó Bhutto es demasiado seria, la situación fiscal es demasiado precaria y las reformas que se requieren son a plazos demasiado prolongados para creer que el nuevo equipo económico pueda mejorar el panorama", dijo el analista Ahmed Rashid.
Bhutto, acusada de corrupción y mal manejo de las finanzas públicas, fue repentinamente destituida por el presidente Farooq Leghari el día 5. El jefe de Estado esgrimió poderes especiales para cesar al gobierno y designar a Khalid, su antiguo portavoz, primer ministro interino.
Pero el nombramiento de Burki como asesor económico provocó especulaciones de todo tipo, entre ellas que el cese de Bhutto tuvo mucho que ver con presiones de entidades financieras internacionales.
"Para decir lo menos, Burki será el primer ministro 'de facto' y se hará cargo de todo, no solo de la economía", sostuvo el economista Aftab Ahmed Khan.
Antes de ser designado, Burki visitaba Islamabad con frecuencia, especialmente en los últimos meses del gobierno de Bhutto, cuando la situación económica empeoró.
Sus reuniones con Leghari y altos funcionarios militares provocaron inquietud en el entorno de Bhutto, cuya base política estaba sumamente debilitada.
Burki afirmó que los créditos del FMI y el Banco Mundial ayudarían a restructurar la economía y fortalecer la base del futuro crecimiento económico.
"Soy muy optimista en cuanto a que podremos dar vuelta la economía", afirmó el funcionario, para quien Pakistán tiene posibilidades de lograr un crecimiento mayor al actual.
A ello se suma, según Burki, una "tremenda voluntad política" por parte del presidente Leghari y el primer ministro Khalid, quienes, afirmó, están "decididos a seguir adelante".
El gobierno interino heredó una economía en crisis. La tasa de crecimiento del producto interno bruto está muy lejos de la meta oficial de 6,9 por ciento anual, y la inflación de 1996 alcanzará, según estimaciones extraoficiales, 20 por ciento.
Para colmo, los servicios de deuda externa exceden en mucho los ingresos del gobierno.
El gobierno de Bhutto había anunciado medidas fiscales para aumentar 325 millones de dólares la recaudación impositiva, así como cortes a gastos de desarrollo de 675 millones de dólares. Eso reflejaba el temor a que el FMI cancelara un crédito de contingencia de 600 millones de dólares.
El FMI se aplacó. Una delegación de la entidad prometió en Islamabad la liberación de 160 millones de dólares en el marco del crédito de contingencia. Pero la destitución del gobierno de Bhutto se produjo antes de que se desembolsara esa suma.
Burki, quien llegó a la capital de Pakistán la semana pasada, dijo que ya mantuvo "fructíferas" conversaciones con funcionarios del FMI y el Banco Mundial en Washington. Al mismo tiempo, anunció que altos funcionarios del FMI visitarán Islamabad en breve.
Burki anunció la creación de un fondo nacional para "aliviar" a los sectores más pobres de la población de Pakistán, pero no dijo cuánto dinero se destinaría a tal fin ni de dónde procedería.
El asesor económico del gobierno interino informó que se inclina por liberalizar el comercio con India a pesar de las rivalidades tradicionales. Ambos países se beneficiarán con un fortalecimiento de la corriente comercial, dijo. (FIN/IPS/tra- en/am/an/mj/ip if/96