El silencio de la oposición de Nigeria en el primer aniversario de la ejecución del novelista Ken Saro-Wiwa sugiere que el movimiento por la democracia, alguna vez vibrante, fue finalmente aplastado por el régimen del general Sani Abacha, según observadores.
Aparentemente, el primer aniversario de la ejecución de Saro- Wiwa y otros ocho defensores de los derechos de la minoría ogoni, este domingo, pasó prácticamente desapercibido en el país más populoso de Africa.
Según informes llegados a Abidján, las fuerzas de seguridad de Nigeria cumplieron con su promesa de no permitir ninguna manifestación ni conmemoración del ahorcamiento en 1995 de los nueve activistas, acusados por el régimen militar de complicidad en el asesinato de cuatro destacados ciudadanos ogoni.
Saro-Wiwa acusaba al gobierno de depredar los recursos naturales de la minoría ogoni, principalmente petróleo, sin compensación alguna, así como de destruir su medio ambiente. La comunidad ogoni está integrada por medio millón de personas, aproximadamente.
Soldados armados continuaban controlando este lunes puestos de control sobre la ruta que une la ciudad comercial de Port Harcourt a Bane, la ciudad natal del difunto escritor, en el corazón de la comunidad ogoni.
El Movimiento por la Supervivencia del Pueblo Ogoni (MOSOP), que encabezaba Saro-Wiwa, realizó una vigilia por todos los ogonis muertos desde 1995, según informes que fueron rechazados por Obi Umahi, jefe de Seguridad Interna del Estado de Rivers.
Se trata de "parte del plan de MOSOP para engañar a la comunidad internacional", afirmó Umahi.
Las fuerzas de seguridad de Nigeria estuvieron alerta en todo el territorio nacional. En las ciudades suroccidentales de Ibadan y Lagos, la policía impidió a los estudiantes conmemorar el aniversario y prohibió seminarios planeados por grupos democráticos para discutir el estado de los derechos humanos.
Tres miembros de la organización Amnistía Internacional también fueron detenidos, entre ellos Patrice Vahard, organizador de las actividades en Africa central y occidental, informó Simeon Aina, presidente de Amnistía en Nigeria.
Las detenciones coincidieron con una declaración la semana pasada de Amnistía y grupos de derechos humanos nigerianos en Johannesburgo, Sudáfrica, en vísperas del aniversario de la ejecución de Saro-Wiwa.
En la declaración, Amnistía, la Organización de Libertades Civiles y el Proyecto para los Derechos Constitucionales anunciaron el lanzamiento de una campaña contra las violaciones a los derechos humanos en Nigeria.
Mientras, el ministro de Tareas Especiales, Wada Nas, declaró que el gobierno descubrió planes para organizar una manifestación pública de protesta e interceptó panfletos publicados por Amnistía y la Coalición Nacional por la Democracia.
Por otra parte, Amnistía negó cualquier participación en acciones políticas contra el gobierno. "No estamos involucrados en los asuntos políticos internos del país ni nos relacionamos con ninguna organización de métodos violentos", aseguró Aina en una declaración emitida en Lagos.
El silencio de la oposición política podría indicar que el régimen de Abacha está logrando su propósito, sugirieron analistas de la región.
Sin embargo, un activista nigeriano contactado por teléfono desde Abidján aseguró que la oposición está viva y comprometida activamente en la documentación de las violaciones a los derechos humanos en el país, y agregó que el "silencio" no es más que una estrategia.
"El gobierno percibe ese silencio como el fin de la oposición. Eso es lo que queremos, y está dando resultado", dijo el activista, que solicitó reserva. (FIN/IPS/tra-en/wm/pm/ml/hd/96