Las mujeres de Nicaragua cuentan desde este año con leyes más severas contra los maridos golpeadores, lo cual introdujo hoy una nota de optimismo al conmemorarse el Día Mundial de la No Violencia contra la Mujer.
Sin embargo, no todas son rosas en un país donde una de cada dos mujeres ha sido maltratada físicamente alguna vez por el hombre con quien convive y una de cada cuatro sufre habitualmente ese maltrato, según la Red Nacional contra la Violencia.
Ana Cristina se casó a los 15 años. A los pocos meses, su marido comenzó a golpearla y a gritarle, y hasta llegó a dispararle con un arma de fuego. Soportó cinco años, aferrada a la esperanza de un cambio.
"Hija, ¿para qué quieres confites en el infierno? Desiste, el amor no quita conocimiento", le dijo entonces su abuela.
Su propia hija intervino tras una brutal paliza. "'Mamita, pareces un monstruo', me dijo, y se puso a llorar… Me dolió tanto", relató Ana Cristina en una sesión de terapia grupal.
Un día decidió enfrentarse al marido y lo echó de la casa. "Cuando me decidí, fue definitivo. Me salió del corazón, me salió del alma", dijo. Sin embargo, no fue fácil. Su madre se opuso a la separación, y la suegra la condenó.
"Me sentía sola, acorralada", recordó.
Hoy, Ana Cristina está separada de su marido, no tiene pareja y está incorporada a una Red Nacional contra la Violencia que agrupa a más de una veintena de organizaciones que luchan contra la violencia conyugal.
En Nicaragua, el maltrato físico y psicológico en el seno familiar se ha convertido en un grave problema social que "debe ser tratado como un problema de salud pública debido a su magnitud", comentó a IPS Violeta Delgado, directiva de la Red contra la Violencia.
"Ahora, hay una mayor conciencia en el gobiernamo, y más sensibilidad social", añadió Delgado, pero "aún falta mucho camino por recorrer".
Esa es también la conclusión de una investigación titulada "Prevalencia y características de la violencia conyugal hacia las mujeres en Nicaragua", efectuada en conjunto por dos universidades del país centroamericano y una de Suecia.
Los autores del estudio, Mary Ellsberg, Rodofo Peña, Andrés Herrera y Jerker Liljestrand, entrevistaron a 488 mujeres del departamento (provincia) de León, 90 kilómetros al occidente de la capital.
Sesenta por ciento de las encuestadas informó haber sido víctima de algún tipo de abuso físico, sexual o psicológico en su vida. Sin embargo, el más común fue el abuso conyugal, que representa 75 por ciento de los casos.
Los actos que más se mencionaron fueron golpes y patadas (25 por ciento), seguidos de bofetadas (28 por ciento), arrojamiento de objetos (25 por ciento) y golpizas (15 por ciento).
Cuarenta por ciento de las entrevistadas que dijeron haber sufrido maltrato recordaron un caso en los últimos doce meses, 38 por ciento entre dos y cinco veces, 11 por ciento de forma frecuente (entre seis y 20) y 11 por ciento, muy frecuentemente (más de 20 veces).
Tres de cada cuatro de las mujeres golpeadas acusaron contusiones como producto del maltrato, 14 por ciento sufrieron heridas, cuatro por ciento, fracturas, dos por ciento, quemaduras. Tres por ciento denunció la pérdida parcial de la visión.
Si se considerara a la población encuestada como representativa de toda Nicaragua, unas 170.000 mujeres sufrirían maltrato en todo el país, según los autores del estudio.
Para frenar estos abusos, la Red de Mujeres logró que el parlamento aprobara un proyecto de reforma al Código Penal que contiene castigos más severos contra los maridos golpeadores.
La iniciativa fue introducida a la Asamblea Nacional a inicios de año, acompañada de 35.000 firmas recogidas entre jóvenes, niños y mujeres, y sancionada en octubre.
"Estamos contentas y satisfechas. Es el resultado de un año de lucha", dijo Delgado. Semanas atrás, la presidenta de la República, Violeta Barrios de Chamorro, la promulgó. (FIN/IPS/rf/mj/ip pr/96