Cada año son deportados de Estados Unidos a México un promedio de 30.000 niños indocumentados, quienes sufren constantes maltratos de autoridades y grupos de delincuentes, indica un estudio difundido hoy en la capital mexicana.
Los menores, 70 por ciento de los cuales viven en las calles de ciudades mexicanas fronterizas, ingresan al país vecino en busca de empleo, por el interés de reunirse con familiares o por simple aventura, señala el estudio de los estatales Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia e Instituto de Migración.
La violación de los derechos básicos de los niños inmigrantes se debe sobre todo a que la mayoría de ellos carecen de alguien que los cuide o guíe.
Según la investigación, 50 por ciento de los menores repatriados tienen entre 12 y 15 años de edad, 46 por ciento entre 16 y 17 años y cuatro por ciento es menor de 11 años.
Tanto en México como en Estados Unidos los niños son usados por delincuentes para transportar droga o ser acompañantes de asaltos. Además, las autoridades que los detienen muchas veces los maltratan, indica la investigación.
Para enfrentar la problemática, las autoridades mexicanas se proponen, entre otras medidas, establecer contacto con los familiares de los niños indocumentados, realizar campañas especiales en escuelas e instruir a las autoridades sobre el tema.
Grupos humanitarios locales afirman que de los alrededor de siete u ocho indocumentados que cada hora intentan cruzar la frontera México-Estados Unidos en busca de trabajo o para reunirse con familiares, al menos tres sufren abusos policiales y dos más son maltratados por otras autoridades o por sus patrones.
En 1995 las autoridades migratorias estadounidenses expulsaron de su territorio a 1,4 millones de inmigrantes ilegales, la mayoría de ellos mexicanos.
El tema de la inmigración ha sido tradicionalmente uno de los más delicados en las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y México, países que integran junto a Canadá el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. (FIN/IPS/dc/jc/pr/96