A poco más de un mes de la asociación de Bolivia al Mercosur, los empresarios de este país andino revelaron sus grandes temores y pidieron postergarla su entrada en vigor hasta el 1 de abril de 1997.
Pero la histórica asociación ya tiene fechas definitivas: el 17 de diciembre se firmarán los acuerdos en la ciudad brasileña de Fortaleza, durante la Cumbre del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), y el 1 de enero Bolivia se sumará al bloque.
Los miembros del Mercosur "nos tratan como si fuéramos uno de los 'tigres asiáticos', cuando en realidad somos el país más pobre de la región", dijo Javier Lupo, vicepresidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB).
La CEPB pidió oficialmente esperar hasta abril para crear la zona de libre comercio, pero el gobierno respondió de inmediato que "ya todo está pactado con el Mercosur y ahora sólo queda sacramentar el acuerdo".
Víctor Rico, secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la cancillería boliviana, recordó a los empresarios que en el acuerdo marco firmado el 25 de junio en Barriloche, Argentina, se estableció el 1 de enero de 1997 como fecha para la entrada en vigencia del acuerdo.
El gobierno difiere de los empresarios, ya que considera que el Mercosur, con un producto interno bruto (PIB) de 850.000 millones de dólares, una población de 200 millones de habitantes y exportaciones de 70.000 millones de dólares al año tiene una "espectacular significación" para Bolivia.
En contraste, Bolivia tiene un PIB inferior a 6.000 millones de dólares, una población de siete millones de personas y exportaciones de 700 millones de dólares por año.
Al fin, Bolivia podría transitar hacia su ansiado deseo de convertirse en la bisagra de un futuro entendimiento entre el Mercosur y la Comunidad Andina, de la que forma parte junto con Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
Bolivia y el Mercosur concluyeron en octubre pasado la negociación de los anexos, donde se estableció un plan de desgravación gradual que llegará a cero en 10 años para 95 por ciento de los productos que actualmente se comercializan.
Los empresarios consideran que Bolivia fue tratada en forma injusta por el Mercosur durante las negociaciones, porque no se consideró la situación de país de menor desarrollo económico, y ahora temen caer en un "vacío jurídico" que afectará al comercio de este país.
La preocupación del empresariado se debe a la incompleta multilateralización de la nómina de apertura de mercados, la pérdida de preferencias logradas anteriormente en el acuerdo de complementación económica 34, el tratamiento que tendrán el régimen de internación temporal de exportaciones y reintegros.
También la inhabilitación de las zonas francas industriales, los estrictos requisitos de origen y el cierre de las puertas del Mercosur a la oferta textil de Bolivia preocupan a los empresarios bolivianos.
"En ningún momento nos estamos oponiendo al Mercosur, eso lo dijimos desde un inicio. Lo único que pedimos es que nos den igualdad de condiciones", dijo José Luis Camacho, presidente de la CEPB.
Los empresarios aseguran que en las actuales condiciones del acuerdo, Bolivia no logrará reducir la brecha de la balanza comercial con el Mercosur, que actualmente es deficitaria para este país en casi 300 millones de dólares.
Paradójicamente, también los empresarios argentinos no ven con buenos ojos los términos del acuerdo con Bolivia.
En Buenos Aires, la Unión de Industriales Argentinos criticaron el acuerdo porque supuestamente Bolivia habría obtenido un trato preferencial que los afectará.
Los industriales argentinos critican también el carácter gradual de la reducción arancelaria de 1.200 productos protegidos que no podrán ingresar a Bolivia desde el Mercosur, mientras los demás países del bloque eliminarán totalmente los aranceles el 1 de enero próximo.
Por último, temen que Bolivia sea utilizada como cabeza de puente para reexportar productos de terceros países a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay sin el pago de aranceles a mediano plazo. (FIN/IPS/jcr/ag/if/96