La Tercera Conferencia Económica de Medio Oriente, inaugurada hoy en El Cairo, ofreció un nuevo marco para que los responsables de la política exterior de Estados Unidos y Europa recordaran Israel, con duras palabras, la necesidad de revisar su actitud hacia el proceso de paz en la región.
También exhortaron a Israel a dar por terminadas las medidas que imponen obstáculos al desarrollo económico de los palestinos.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Warren Christopher, en una alocución que puede ser vista como el canto del cisne de su gestión de cuatro años al frente de la diplomacia de Washington, advirtió rotundamente que todas las partes deben aceptar riesgos a cambio de la paz.
Christopher pidió un nuevo impulso para el proceso de paz, y se le vió aplaudir cuando el ministro de Asuntos Exteriores de Irlanda, Dick Spring, en nombre de los 15 países de la Unión Europea, reclamó un acuerdo basado en las resoluciones de la ONU y "en el principio de tierra por paz".
"Cada una de las partes debe reconocer que no es posible hacer la paz sin aceptar riesgos", dijo Christopher, pero añadió que también deben reconocer que "mantener el statu quo supone riesgos aún mayores en el futuro".
En un segundo aspecto de lo que un alto diplomático estadounidense calificó como "un nuevo giro" en la política de Estados Unidos, Christopher también se refirió a los cierres de seguridad que el gobierno de Israel impone a los territorios autónomos palestinos.
Esos cierres de fronteras impiden que los palestinos entren al territorio israelí propiamente dicho, o a ciertas partes de Palestina aún controladas por Israel, y en general entorpecen la libre circulación entre las municipalidades palestinas, con efectos devastadores sobre la economía de ese pueblo.
"Debemos colaborar para construir una próspera economía de libre mercado y suprimir las barreras a la circulación de mercancías, servicios y personas", dijo Christopher.
La convocatoria de la conferencia se proponía demostrar que el proceso de paz puede proporcionar beneficios económicos duraderos a la región, pero la falta de un acuerdo para el repliegue militar israelí de la ciudad palestina de Hebrón ha proyectado una sombra sobre estas deliberaciones.
Los empresarios que vinieron de Tel Aviv trajeron a El Cairo un mensaje dual. Por un lado, el gobierno israelí no desea empujar el proceso de paz y por lo tanto no tiene interés en esta conferencia. Por el otro, ha querido que por lo menos algunos empresarios vinieran a hacer buenos negocios.
De hecho hay más de 1.500 delegaciones empresariales en la capital de Egipto, más de las que asistieron a la primera conferencia económica de Medio Oriente y Africa del Norte (MENA), realizada en Casablanca en 1994, y a la segunda, que tuvo lugar en Amman el año pasado. Y los israelíes están en primera fila.
En cuanto a Hebrón, Christopher se limitó a decir que "está cercano un pacto sobre un conjunto de puntos muy específicos, y exhortó a las partes a que, una vez concluidas con éxito estas negociaciones, prosigan urgentemente con la ejecución del resto del acuerdo interino".
El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, al declarar abierta la conferencia, se centró en las propias perspectivas de su país como centro para atraer inversiones, mencionando muy escasamente el proceso de paz en Medio Oriente.
En la sesión se reflejó una preocupación por el poderío de los bloques comerciales exteriores.
Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial -principal organizador privado de la conferencia-, destacó que agrupamientos tales como el Mercosur en el sur de América Latina y la ASEAN en el sudeste asiático -por no mencionar a la Unión Europea y al TLC en América del Norte- están dejando atrás a Medio Oriente.
Señaló, no obstante, que Medio Oriente aún tiene reservas de poderío para cambiar esta tendencia.
El ministro de Economía de Rusia, Yevgeny Yasin, dijo que los países de la región deberían considerar las ventajas de formar su propio bloque comercial.
Para la mayoría de los empresarios, en cambio, éste es el tipo de discurso que puede esperarse de los gobernantes. Ellos, en cambio, vinieron a El Cairo a hacer negocios, y eso es lo que harán. (FIN/IPS/tra-en/jmr/rj/arl/ip-if/96