La relación entre el proceso de paz y las necesidades de desarrollo económico dominan las negociaciones en el marco de la Tercera Conferencia Económica para Medio Oriente y Africa del Norte (MENA III), que se celebra en esta capital.
Pero mientras políticos y funcionarios de gobierno buscan las palabras correctas para promover el desarrollo económico mientras el proceso de paz de Medio Oriente está bajo tensión, la cantidad de empresarios que asisten a la conferencia constituye un saludable recordatorio de que los negocios son los negocios.
En el transcurso de la conferencia, se registraron algunos avances modestos hacia la creación de un Banco de Desarrollo de Medio Oriente, propuesto hace tres años. Funcionarios del Banco Mundial se manifestaron entusiastas a favor del proyecto, a pesar de que fueron escépticos al respecto en el pasado.
Las reuniones MENA, oficialmente calificadas de "cumbres", comenzaron bajo el patrocinio de los presidentes de Estados Unidos y Rusia, Bill Clinton y Boris Yeltsin.
Pero en sucesivas ediciones se la degradó a "conferencia". Eso se debe a la presión de Washington, que pretende que las "cuestiones de seguridad" se discutan lo menos posible pues, desde su perspectiva, pueden perjudicar las negociaciones entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
La posición de Estados Unidos parece destinada a asegurar que no se debata la "clausura" israelí de los territorios controlados por la ANP, que constituye un bloqueo del libre movimiento de personas, bienes y servicios.
David Brodet, director general del Ministerio de Finanzas de Israel, se introdujo en la controversia cuando se pronunció a favor de una "sociedad estratégica" entre su país y la ANP.
Brodet admitió después de numerosos y persistentes cuestionamientos que al menos 270 de los primeros 300 días del año transcurrieron en medio de una clausura total de Cisjordania y Gaza.
El funcionario se vio presionado a explicar cómo podría implementarse el libre comercio cuando los palestinos no podían viajar ni a Israel ni entre muchas de las principales ciudades del territorio que controlan. Pero no pudo hacerlo.
Del mismo modo, economistas palestinos observaron que los guardias de frontera de Israel impedían el libre flujo de personas, bienes y servicios entre la ANP y el mundo exterior, especialmente hacia y desde Jordania y Egipto.
La respuesta de Brodet provocó descreimiento entre las restantes delegaciones. "No puedo discutir eso pues se trata de un problema de seguridad", dijo.
Mientras tanto, 1.500 empresarios negociaron acuerdos bilaterales, para lo cual apelaron a las instalaciones informáticas interactivas puestas a su disposición por los organizadores de la conferencia.
Empresarios israelíes y egipcios procuraron acuerdos en los sectores del cemento y papelero. Sudafricanos y coreanos hicieron contacto con palestinos. Jordanos, turcos y mauritanos discutieron sobre promoción turística.
El Secretario de Estado de Estados Unidos, Warren Christopher, dijo en MENA III que su gobierno firmará la carta del Banco de Desarrollo de Medio Oriente la próxima semana y enviará un equipo de expertos a El Cairo para colaborar en aspectos técnicos.
Pero, a pesar de que el gobierno de Clinton respalda con fuerza la iniciativa, el Congreso de Estados Unidos aún no llegó a un incierto acuerdo sobre provisión de fondos al banco.
"El debate sobre la creación del banco no acabó. Además de las discrepancias en Washington, muchos de los países europeos son escépticos", dijo a IPS el académico británico Joel Peters, a quien se atribuye la paternidad de la idea.
Por otra parte, Gran Bretaña dio a conocer un programa de garantías de inversiones en Palestina, con la construcción de viviendas como prioridad. Los expertos estiman el déficit habitacional del territorio en 100.000 unidades.
La iniciativa fue respuesta a un pedido efectuado por el presidente de la ANP, Yasser Arafat, al primer ministro del país europeo, John Major.
"En materia de inversión, son los hechos y no las palabras lo que cuenta", dijo el ministro de Comercio de Gran Bretaña, Anthony Nelson. El programa deja claro el compromiso de Londres con el proceso de paz, afirmaron funcionarios británicos.
El Banco de Vivienda de Palestina, creado en MENA II, solicitó a Estados Unidos y la Unión Europea 500 millones de dólares en garantías de préstamos.
Washington no respondió al pedido. Funcionarios palestinos recordaron que Estados Unidos suministró a Israel garantías por 4.200 millones de dólares para contribuir con los inmigrantes judíos de la antigua Unión Soviética.
Los ministros y empresarios de Israel, Egipto y la ANP consideraron vínculos comerciales de pequeña escala y asuntos políticos.
En ese sentido, anunciaron la creación de un Consejo de Negocios Egipcio-Israelí, que actuará como grupo de presión ante los tres gobiernos para mejorar las condiciones económicas y políticas actuales, como medio de fortalecer el proceso de paz.
Dan Gillerman, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio de Israel, afirmó que se procurará la creación de un consejo similar que reúna a israelíes y palestinos. (FIN/IPS/tra- en/jkr/jmr/rj/mj/ip if/96