Una conferencia citada para promover el avance en el proceso de paz árabe-israelí se transformó en una reunión en que empresarios hicieron negocios, mientras el gobierno israelí y el pueblo palestino resultaron claros perdedores.
Para los 1.500 empresarios reunidos en El Cairo para la conferencia de Medio Oriente y el Norte de Africa (MENA III), el encuentro fue un gran éxito.
Políticamente, las nubes de tormenta que amenazan a la región con el fracaso de Israel en el cumplimiento de su promesa de retirar sus tropas de la ciudad palestina de Hebrón aseguraron una tensión persistente.
El canciller de Israel, David Levy, abandonó la conferencia temprano, al igual que el presidente de Palestina, Yasser Arafat, quien ni siquiera habló ante posibles inversores en los territorios palestinos.
Quienes buscaban seguir las discusiones palestino-israelíes, el proceso de paz y la cooperación económica "quedaron muy desilusionados", dijo el profesor Jerry Rosenberg, de la Universidad de Rutgers, en Estados Unidos, e investigador de MENA.
La conferencia estuvo llena de contradicciones. El canciller egipcio, Amr Moussa, preguntó retóricamente si era correcto que los empresarios israelíes se beneficien del proceso de paz. "Es como la cuestión del huevo o la gallina", dijo.
Pero Moussa se mostró claramente molesto ante la forma en que Israel pareció listo para negociar con sus vecinos árabes mientras bloquea a los palestinos el desarrollo de sus vínculos económicos y comerciales, mediante su polémica política de cierre de fronteras.
Si Israel se ha beneficiado significativamente es una cuestión a ser respondida. Varios empresarios hicieron sus maletas junto con Levy para regresar a casa.
Pero empresarios árabes fueron vistos intentando cerrar sus propios acuerdos con otros países árabes, empresas o miembros de una amplia gama de delegaciones gubernamentales de todo el mundo.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Mickey Kantor, anunció una serie de acuerdos comerciales por un valor de cientos de millones de dólares, incluyendo tratados para ampliar las telecomunicaciones de Egipto, mejorar la calidad del agua potable y del propio Nilo, y promover estudios en Jordania.
Los tratados de los palestinos, en cambio, fueron muy pocos. La Universidad de California, Estados Unidos, firmó un acuerdo por el cual ofrecerá dirección y asesoramiento para la creación de una nueva universidad árabe-estadounidense en la norteña ciudad palestina de Jenin.
Pero en general, los programas de inversión de los palestinos recibieron escaso interés, aun cuando Gran Bretaña anunció su disposición a ofrecer garantía de inversión para proyectos en Gaza y Cisjordania.
Mientras, Egipto se benefició claramente de la presencia de tantas empresas procedentes de más de 70 países, con numerosos acuerdos de inversión.
En el último día de la conferencia se anunció una próxima cumbre egipcio-estadounidense, en la cual los presidentes Bill Clinton y Hosni Mubarak discutirán en primer lugar el estancado proceso de paz de Medio Oriente.
El ministro de Finanzas de Israel, Dan Meridor, exhortó a los periodistas participantes de una rueda de prensa a no renunciar a las esperanzas sobre el proceso de paz. "Creo, razonablemente, que al final nos reconciliaremos", manifestó.
Mientras, Amr Mousa advirtió a la prensa que no se precipite a sacar conclusiones sobre una conferencia cuyo éxito, en términos comerciales, sólo podrá juzgarse meses o aun años después de su realización. Después de todo, dijo el canciller egipcio, "el budín se prueba al comerlo". (FIN/IPS/tra-en/jmr/rj/lp-ml/if-ip/96