LAOS: Vientiane se lava la cara en esfuerzo comunitario

Décadas de guerra y aislamiento impidieron que Laos, alargado país encerrado en la península de Indochina entre Tailandia y Vietnam, siguiera el paso de sus vecinos en el despegue económico de los últimos años.

Las cosas están empezando a cambiar, sin embargo, incluso en el adormecido Laos. El puente que ahora cruza el río Mekong -que recorre la extensa frontera con Tailandia y además atraviesa la capital laosiana, Vientiane- ha abierto el país a los mercados internacionales e inversores extranjeros.

Los empleos y oportunidades creadas por esta vía de comunicación han aumentado la población de Vientiane, lo cual excede la capacidad de los servicios públicos de la ciudad, que datan de la época de la administración colonial francesa.

Los graves problemas del saneamiento y la basura son atacados por los vecinos de la capital sin copiar ciegamente modelos modernos que les resultan inaccesibles, sino aprendiendo de experiencias comunitarias de otras ciudades asiáticas, que se pueden pagar con pequeños ahorros y sistemas crediticios.

El Proyecto Sihom de Rehabilitación, que hace siete años fue lanzado como un artilugio de ingenieros para dar una solución técnica a la disposición de la basura y a la falta de cloacas, no había funcionado porque no involucraba a la población.

En su fase actual, con la experiencia de proyectos similares aplicados en Colombo y Madrás, la iniciativa ha logrado que las comunidades se comprometan en la tarea de mantener limpios los barrios.

Lo mismo que Vietnam, Laos sigue siendo un Estado comunista con un único partido, el Partido Revolucionario Popular. Los comunistas sospecharon al principio de un proyecto sanitario que prometía entregar "el poder a la gente".

No obstante, el gobierno se interesó repentinamente en el proyecto cuando los diseñadores señalaron el éxito logrado en Sri Lanka por el grupo Sevanatha, en base a un sistema crediticio basado en el ahorro.

Los voluntarios de Sevanatha visitaron Vientiane en 1995 y aseguraron a los gobernantes municipales que la participación comunitaria fue la única forma de resolver el problema del saneamiento.

La superficie cubierta por el proyecto Sihom tiene una población de unas 6.000 personas y se interna en la ciudad vieja de Vientiane, caracterizada por los mercados callejeros, donde los vendedores ganan entre 20 y 50 dólares al mes.

Al contrario que en la primera fase del proyecto, en que se contrataron empresas extranjeras para limpiar canales y cavar cámaras sépticas, en la actual se recurrió a la fórmula tradicional "nai bahn" de decisiones descentralizadas a cargo de los jefes de aldea.

La fórmula nai bahn fue establecida por los comunistas en 1975, cuando el Partido Revolucionario Popular tomó el poder. Ella permitió que el proyecto Sihom atrajera la participación de la comunidad.

Cada nai bahn es una unidad política donde el jefe de la aldea es elegido por los vecinos.

El sistema de ahorro y crédito tiene ahora 300 miembros y la próxima meta es llegar a 500. Los hogares ahorran primero durante seis meses, para después poder pedir un crédito.

El sistema de ahorro y crédito comunitario corre ahora por sí mismo, y el proyecto de saneamiento quedará en manos de la comunidad a mediados de 1997. Ya no dependerá de la gestión controlada por las Naciones Unidas sino de quienes dirigen el sistema. (FIN/IPS/tra-en/tg/kd/arl/dv/96

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe