La Organización de Naciones Unidas (ONU) atribuye a los conceptos equivocados sobre la transmisión del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) la creciente demanda adulta de sexo con niños y niñas.
El temor a adquirir ese síndrome o enfermedades de transmisión sexual es la causa de "el efecto en espiral sobre la demanda de niños y niñas más y más jóvenes", dijo la relatora especial de la ONU sobre Derechos Humanos, Ofelia Calcetas-Santos.
En un estudio de 25 páginas sobre explotación sexual de niños y niñas difundido este jueves, Calcetas-Santos sostuvo que muchos hombres adultos prefieren mantener relaciones sexuales con niñas pues creen, equivocadamente, que difícilmente ellas puedan ser portadoras del virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
"Los niños y niñas solían ser sustitutos de prostitutas adultas. Ahora, de todos modos, existe un auge destacado en la preferencia por las niñas sobre las adultas, lo que incrementa la presencia infantil en el mercado sexual comercial", según el estudio.
Unos 21,8 millones de personas han contraido el VIH, al que se relaciona con el sida, según los últimos datos divulgados por la ONU. Alrededor de 1,3 millones de personas, entre ellas 300.000 niños, murieron con sida solo en 1995.
"Los niños son cada vez más vulnerables a la explotación sexual comercial", indica el informe. Los rufianes y propietarios de prostíbulos fueron relevados por organizaciones criminales, empresas turísticas, funcionarios estatales corruptos, narcotraficantes e intermediarios, agrega.
El estudio sostiene que las diferencias entre las leyes de los distintos países constituye una "barrera insuperable" para el procesamiento de los pedófilos, fundamental para detener la demanda de niños y niñas con fines sexuales.
Las leyes nacionales no coinciden en cuanto al establecimiento de la edad a la cual un niño se convierte en adulto. Y en Camboya, por ejemplo, las leyes no establecen una edad a partir de la que una persona puede consentir su participación en una relación sexual.
La ONU tomó como ejemplo el auge de la explotación sexual y comercial de niños y niñas en ese país asiático, que "es promocionado a través de la red informática mundial Internet como un lugar ideal para pedófilos", sostuvo el representante especial del cuerpo mundial Thomas Hammarberg.
La creciente explotación infantil por parte de las redes de proxenetas se ha convertido en un serio problema de derechos humanos en Camboya, agregó Hammarberg, quien calificó el fenómeno de "esclavitud" y "tráfico de carne humana".
Los estudios reconocen muchas causas de fondo para el aumento de la explotación sexual comercial de niños y niñas, pero destacan que, como en el caso del narcotráfico, debe reconocerse a la demanda como parte integral del problema.
"El problema de la explotación infantil no existiría si no existiera un mercado fuerte", según el estudio de Calzetas- Santos.
La ONU identifica a "la pobreza y sus consecuencias" como una causa confluyente importante del fenómeno. "Niños y niñas son introducidos en las redes de proxenetas por padres en circunstancias económicas penosas", agrega.
Tailandia, un país que libra una larga batalla contra la explotación sexual, sostiene que deben buscarse las causas del problema tanto en la demanda mundial como en la oferta.
"El alarmante crecimiento de la explotación sexual de niños y niñas en el mundo, incluso en Tailandia, se puede atribuir al crecimiento del turismo internacional", dijo el embajador de Tailandia ante la ONU, Asa Jayanama.
El diplomático afirmó que su país exigió a los países cuyos ciudadanos están involucrados en el mercado del "turismo sexual" que castiguen los abusos contra niños y niñas que éstos cometen en otros países.
Entre otros países, Suecia y Bélgica cuentan con leyes en ese sentido.
En su estudio sobre Camboya, Hammarberg acusó al gobierno por la ausencia de acciones legales contra los adultos involucrados en el tráfico de niños y niñas y los propietarios de los prostíbulos.
"Los niños y niñas prostituidos se sientan abiertamente a la puerta de los prostíbulos en muchos barrios de Phnom Penh y en otras provincias, pero es raro que la policía actúe", aseguró.
P. Sudhakaram, fotógrafo de la ONU que permaneció en Camboya en 1993, dijo a IPS que el florecimiento del proxenetismo en Phnom Penh no se produjo debido a la llegada de la misión de mantenimiento de la paz del cuerpo mundial en marzo de 1992, como sostuvo la prensa del país asiático.
"Los soldados de la ONU no tuvieron nada que ver", aseguró. (FIN/IPS/tra-en/td/yjc/mj/ip pr he/96
