El gobierno de Estados Unidos reaccionó ante la dura condena de la VI Cumbre Iberoamericana a la ley Helms- Burton advirtiendo que ello no debe ser entendido como un apoyo al presidente de Cuba, Fidel Castro.
Castro no debe pensar que la crítica a la ley Helms-Burton "significa un apoyo al último dictador de América Latina", dijo desde Washington Jeffrey Davidow, subsecretario del Departamento de Estado para asuntos hemisféricos.
Davidow hizo declaraciones telefónicas al vespertino La Segunda de Santiago, tras el enérgico rechazo de la comunidad iberoamericana a la ley que persigue a terceras naciones que inviertan en Cuba o comercien con el país caribeño.
La condena a la ley Helms-Burton comprendió los párrafos más categóricos de la Declaración de Viña del Mar, suscrita este lunes en el balneario chileno del mismo nombre por los jefes de Estado y de gobierno de los 21 países iberoamericanos.
En el documento se puntualizó que esa ley viola los principios de la convivencia internacional, del libre comercio y tiene un carácter extraterritorial, por lo cual se pide al presidente estadounidense Bill Clinton que sense Bill Clinton que se abstenga de ponerla en vigor.
La impugnación a la normativa estadounidense es prácticamente unánime en el mundo y comprende pronunciamientos en los ámbitos de la Organización de Estados Americanos, la Unión Europea (UE) y la Organización Mundial de Comercio (OMC).
La ley concita el rechazo de partidarios del neoliberalismo, en aras del libre comercio, así como de quienes anteponen los principios de la soberanía, el respeto a la autodeterminación y de la no injerencia de un país en los asuntos de otro.
La decisión de Clinton de promulgar la ley Helms-Burton en busca de su reelección actualizó el tema de las sanciones económicas y de los embargos comerciales como arma política, que fue objeto de intensos debates internacionales en el pasado.
Organizaciones de la sociedad civil advierten incongruencias entre el bloqueo comercial a Cuba y las metas de seguridad alimentaria que Estados Unidos analizará desde este jueves en Roma en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación.
Para Clinton no podía constituir una sorpresa el rechazo de la VI Cumbre Iberoamericana a la ley Helms-Burton, pero esperaba una reacción más tibia de los otros 20 gobiernos que, junto a Cuba, conforman este foro internacional.
Las declaraciones de Davidow evidenciaron, asimismo, que Washington habría estado dispuesto a aceptar por último este duro rechazo a la ley, siempre que hubiera sido acompañado de una condena igualmente enérgica al gobierno de Castro.
Eso no ocurrió y, al contrario, la Cumbre Iberoamericana en Chile posibilitó igualmente un escenario para críticas a otras actitudes unilaterales de Estados Unidos hacia América Latina, en materias como el narcotráfico.
La "descertificación" de Colombia en el combate al tráfico de drogas a raíz de las acusaciones sobre el financiamiento de la campaña del presidente Ernesto Samper, fue criticada en Santiago por el propio mandatario colombiano.
El régimen monopartidista de Cuba fue el más controvertido en los debates sobre el tema central de esta sexta Cumbre, referido a "la gobernabilidad para una democracia eficiente y participativa".
Las referencias al pluralismo que en ese ámbito incluyó la Declaración de Viña del Mar fueron matizadas con la reafirmación de preceptos como la soberanía de los pueblos para darse sus propias formas de gobierno sin imposiciones externas.
Así, Castro firmó la declaración al igual que todos los demás gobernantes, lo cual llevó a algunos presidentes a consignar esperanzas de una apertura política en Cuba, sobre la base de un acercamiento a la llamada democracia representativa.
En ese sentido, el líder cubano, si bien no recibió condenas, debió escuchar planteamientos y críticas de sus pares en la Cumbre, en especial del presidente del gobierno español, José María Aznar.
Hortensia Bussi, la viuda del derrocado presidente Salvador Allende (1970-73), pidió también a Castro la realización en Cuba de "elecciones libres, periódicas y competitivas", durante un acto organizado por el Partido Socialista de Chile.
Estas y otras exhortaciones no conformaron a Washington y Davidow comentó a La Segunda que el gobierno de Clinton esperaba en esta cumbre "más solidaridad latinoamericana para la política de Estados Unidos hacia Cuba".
"Lo que me interesa destacar es que las críticas a esa proposición (la ley Helms-Burton) no deben ser formuladas en forma tal que Castro lo pueda tomar como un fortalecimiento para su dictadura, que sigue siendo una de las peores del mundo", dijo el funcionario estadounidense. (FIN/IPS/ggr/ag/ip/96