El diálogo de paz entre la guerrilla y el gobierno de Guatemala, interrumpido a raíz de la participación de un grupo insurgente en un secuestro, se reanudará el domingo, pero Rodrigo Asturias, conocido como el comandante Gaspar Ilom, debió renunciar a la mesa de negociaciones.
Representantes de la gubernamental Comisión de la Paz y de la guerrillera Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) se reunirán de nuevo, luego que el presidente Alvaro Arzú decidiera este jueves que "ya existen las condiciones políticas indispensables para el retorno a la mesa de negociaciones".
La esperada declaración de Arzú se produjo después que Asturias, dirigente de la Organización Revolucionaria del Pueblo en Armas (ORPA), una de las organizaciones guerrilleras que integran la URNG, confirmara su retiro de las negociaciones.
Asturias, quien es hijo del escritor guatemalteco y Premio Nobel de Literatura Miguel Angel Asturias, sería reemplazado en la mesa de negociaciones por Francisco Palma Lau, el comandante Pancho, un economista que se incorporó a la guerrilla tras la muerte de su hermano Edgar, uno de los fundadores de ORPA.
El diálogo que desde 1991 llevan a cabo el gobierno y la URNG para terminar con 36 años de enfrentamiento armado interno quedó en suspenso el 28 de octubre, un días después de conocerse la participación del comandante Isaías, de ORPA, en el secuestro de la empresaria Olga de Novella, de 86 años.
El secuestro de Novella, cuya familia es propietaria de la única cementera de Guatemala, se produjo el 25 de agosto y fue resuelto el 25 de octubre mediante el canje de la empresaria por el médico Rafael Valdizón, el comandante Isaías, quien había sido detenido el día anterior.
Las explicaciones de la URNG, que asumían la responsabilidad política pero no la autoría del secuestro, no convencieron al gobierno ni a los sectores políticos de oposición.
Ante el silencio del gobierno, el lunes la URNG hizo nuevas concesiones para superar la crisis, propone suspender las acciones de propaganda armada y modificar el orden de los temas en tratamiento, adelantando el del cese al fuego definitivo.
El coronel Otto Noack, vocero del Ejército, no se extrañó del anuncio de la reanudación del diálogo y comentó que "era algo que se esperaba".
Arzú dijo este viernes, antes de partir a la Cumbre Iberoamericana en Santiago de Chile, que las explicaciones de la URNG y la salida de Asturias, es suficiente para volver a las negociaciones, al margen de las acciones legales que se siga contra los autores materiales del secuestro.
Asturias, quien reside en México, expresó en un comunicado que "este desafortunado suceso ha sido utilizado por fuerzas retrógradas, con el fin de interrumpir el proceso de negociación, romper la unidad revolucionaria y distorsionar la perspectiva democrática del país".
El dirigente guerrillero aseguró que su retiro voluntario es un gesto personal para contribuir a la culminación del proceso de paz.
Tras la salida de Asturias de la mesa de negociaciones, las conversaciones retoman su cauce, pero con una correlacion de fuerzas diferente, señaló el ex coordinador de Copaz, Héctor Rosada, ya que "el gobierno está hoy más fortalecido que nunca frente a su contraparte".
Pero las organizaciones de defensa de los derechos humanos no ocultaron su temor ante este fortalecimiento del gobierno.
"Tememos que hayan manipulaciones en el diálogo y que el ejército trate de sacar provecho del escándalo e impulse un proyecto de amnistía que podría ser aceptado por la URNG, dada la desfavorable situación en que se encuentran", comentó Mario Polanco, dirigente del Grupo de Apoyo Mutuo.
Miguel Angel Albizúrez, miembro de la Alianza contra la Impunidad, expresó su satisfacción por la reanudación del diálogo de paz y denunció que algunos sectores desean aprovechar la coyuntura para romper el orden institucional del país.
Albizúrez dijo que la idea surgió de "grupos recalcitrantes del sector privado y del ejército", tras el estancamiento del diálogo de paz por el secuestro de Novella, y aseguró que posee una documentación extensa al respecto, que será puesta a disposición de la Moderación de Naciones Unidas.
El díalogo de paz para poner fin al conflicto armado interno iniciado en 1960, que causó más de 150.000 muertos, un millón de desplazados internos y unos 45.000 refugiados reconocidos, la mayoría de ellos en México, se encontraba a punto de concluir cuando se produjo la crisis.
La firma del acuerdo final de paz firme y duradera se espera para fines de este año, restando por tratar sólo temas operativos, como la reinserción de la guerrilla a la vida legal y el cese al fuego definitivo. (FIN/IPS/cz/ag/ip/96