Una fuerte oposición, encabezada por la Iglesia Católica, se alzó en Guatemala ante el proyecto patrocinado por Patricia Escobar, esposa del presidente Alvaro Arzú, de impartir instrucción moral y religiosa en los centros de enseñanza.
El proyecto, denominado "Libres y Triunfadores", pretende combatir el clima de "degeneración moral y espiritual" que, según la Secretaría de Obras Sociales de la Primera Dama, rodea a la juventud guatemalteca.
La iniciativa de la oficina de Escobar fue rechazada en primer lugar por la Conferencia Episcopal católica, porque "manipula los textos bíblicos en un marco fundamentalista".
Los obispos afirman que las guías del proyecto ignoran los Evangelios y los hechos de los Apóstoles de Jesucristo y omiten el principio de la gracia divina.
También consideran que la iniciativa pasa por alto la multiplicidad étnica, cultural y religiosa del país, y no favorece la formación crítica de los estudiantes.
Fuentes cercanas a la Conferencia Episcopal señalaron a IPS que el proyecto fue concebido por pastores de las iglesias evangélicas El Shaddai, Hebrón y Fraternidad Cristiana.
Pero la Conferencia de Iglesias Evangélicas de Guatemala se pronunció contra el plan de Escobar. "En este caso apoyamos a la Iglesia Católica, porque nos une (a ella) la necesidad de enfrentar un proyecto que pretende desunir a la sociedad", explicaron los evangélicos.
Escobar intentó vencer la resistencia de la Iglesia Católica al proyecto "Libres y Triunfadores", pero sin resultado.
Los obispos niegan haber sido consultados formalmente, y aseguran que la esposa del presidente se reunió sólo con algunos sacerdotes, y no con las autoridades de la Iglesia.
El presidente Arzú se sumó esta semana a la polémica, culpando a los obispos católicos de la falta de instrucción espiritual y moral de la sociedad.
"Quienes deberían estar a cargo de eso se están dedicando a otras cosas, a intrigas políticas y a funciones que no les corresponden", declaró Arzú.
Los obispos católicos "deberían estar dedicados única y exclusivamente a enraizar en el corazón de la juventud guatemalteca profundos sentimientos espirituales, morales, cívicos y de urbanidad", agregó.
Carlos Aldana, portavoz del Arzobispado, respondió que "la violencia y la desmoralización tienen alguna raíz en lo educativo, pero cualquier análisis científico demuestra que antes que eso hay que entender los problemas estructurales"
Mientras, aumenta la oposición al plan de Escobar, que ha tenido aplicación preliminar y anuncia para el próximo año charlas a los estudiantes sobre el amor, la sexualidad, el civismo y el combate a lo que sus autores creen malos hábitos de vida.
El Sindicato de Educadores de Primaria anunció que recurriría contra el proyecto ante el Poder Judicial y Edgar Suárez, dirigente de esa asociación, observó que la Constitución asigna a los padres y no a los maestros la instrucción moral de sus hijos.
También protestó la organización maya Majawil Q'ij, que coincide con Suárez en considerar inconstitucional el proyecto. Así mismo, señalaron que los padres de familia y los maestros no fueron consultados por la Secretaría a cargo de la esposa del presidente.
Pero el pastor Luis Pedro Solares, de la corriente evangélica El Shaddai, participante en el proyecto, opinó que la protesta de los opositores se debe a la presencia de dirigentes evangélicos entre los redactores del plan.
La afirmación de Solares fue respondida por el obispo católico de Zacapa, Rodolfo Quezada Toruño, quien tuvo intervención como mediador en el proceso de paz entre el gobierno y la guerrilla.
Solares puntualizó que el problema no reside en la participación de iglesias evangélicas en la iniciativa, sino en "la presión moral" que significa para los centros de enseñanza que la iniciativa proceda de la esposa del presidente.
El Procurador de Derechos Humanos, Jorge García Laguardia, instó al gobierno y a las confesiones religiosas a remitirse a la legislación nacional, que proclama el laicismo en la enseñanza y dispone el respeto a libertad del maestro a enseñar y a la potestad de los padres de orientar a sus hijos. (FIN/IPS/cz/ff/ed/ 96