El gobierno de Gran Bretaña fue desafiado a reintegrarse a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), más de una década después de retirarse tras Estados Unidos, en protesta por mala administración y sesgo político en la gestión de la agencia.
Los tres principales partidos políticos -los conservadores en el gobierno y los opositores laboristas y liberales demócratas-, se reunieron esta semana en Londres para respaldar un documento publicado por la organización humanitaria Actionaid que desafía ideas erróneas sobre la pobreza en los países en desarrollo.
Emma Nicholson, del Partido Liberal Demócrata, tradicionalmente favorable a las instituciones de de la ONU, acusó a Gran Bretaña de hipocresía, después que la ministra de Desarrollo Exterior, Lynda Chalker, hablara sobre su angustia frente "la gente que simplemente da vuelta la cara" ante las necesidades de los pobres del mundo.
Nicholson admitió que la ONU es una organización con problemas, pero afirmó que puede trabajar en lugares a los que otras no acceden.
La política sostuvo que Gran Bretaña debe respaldar a la ONU más ampliamente de lo que ha hecho hasta ahora, y preguntó "¿Puede (el gobierno) por favor repensar su posición sobre la UNESCO? ¿O al menos decir que nos reintegraremos una vez que tengamos el dinero?"
Estados Unidos, bajo el gobierno de Ronald Reagan, y la Gran Bretaña de Margaret Tatcher dejaron la UNESCO en 1984 y 1985 respectivemente, alegando ineficiencia y mala gestión.
Pero los críticos sostuvieron que el argumento encubrió convenientemente el retiro de una organización que había puesto en tela de juicio puntos de vista culturales y políticos del Norte industrializado.
Desde su retiro, no obstante, ambos países tomaron posiciones divergentes sobre UNESCO, y mientras el gobierno de Clinton considera la reintegración como una prioridad, los británicos mantienen la cautela.
Tom Forstenzer, portavoz de la UNESCO en París, dijo que la organización ha encarado todos los temas planteados por Gran Bretaña como justificación para el retiro, y es tiempo de que Londres reconsidere su posición.
Además, subrayó, el Comité Selecto de Asuntos Exteriores, una agrupación interpartidaria de la cámara baja británica, realizó tres audiencias en las que recomendó después de cada una, la reincorporación de Gran Bretaña.
"Este no es un tema partidario en Gran Bretaña. Durante el 50 aniversario de las Naciones Unidas, el ex canciller británico) Lord Howe declaró públicamente ante la cámara alta que es tiempo de regresar", dijo Forstenzer.
Pero mientras Gran Bretaña nunca intentó averiguar sobre las reformas de la UNESCO, Estados Unidos ha manifestado un interés en el cuerpo, y recientemente el presidente Bill Clinton envió una carta al director de la agencia, Federico Mayor, diciendo que el reintegro es una prioridad.
El Partido Laborista, que lidera las encuestas aventajando a los conservadores, se comprometió a que Gran Bretaña vuelva a sumarse a la UNESCO.
David Archer, jefe de educación internacional de Actionaid, dijo que la falta de fondos de la UNESCO implica la incapacidad de cumplir acuerdos internacionales como la Declaración de Educación para Todos de 1990.
En el lanzamiento del documento de Actionaid, la ministra Chalker alabó la asistencia de Gran Bretaña, pero se refirió al "preocupante hábito de la gente (en el Norte) que vuelve la cara ante las necesidades de otros, sin reconocer que vivimos en un sólo mundo". (FIN/IPS/tra-en/dds/rj/lp/dv/96
