La campaña del gobierno de Gran Bretaña contra extranjeros solicitantes de asilo desató tres nuevos casos semanales de violencia contra refugiados en el este de Londres, denunció la organización Proyecto Newham de Control.
Gurpreet Mundy, integrante de la organización, sostiene que la campaña del gobierno alimentó prejuicios existentes contra los solicitantes de asilo.
La prensa británica también tiene parte de la responsabilidad "alimentando el odio que ya está allí", dijo Mundy, y destacó que "no se puede leer sobre personas que piden estatuto de refugiado sin ver las palabras 'falso' y 'mendigos de beneficios"'.
No todos los agresores distinguen entre ciudadanos británicos negros y refugiados cuando golpean y maltratan, pero muchos atacan específicamente a recién llegados, destacó el activista.
En un incidente, una solicitante de asilo de Etiopía, viuda y madre de seis hijos, fue golpeada por una banda de jóvenes que descubrieron dónde vivía, y la llamaron "perra somalí" y le dijeron que "regresara a Africa".
Los refugiados tienden a destacarse de la multitud por su vestimenta tradicional, dijo Mundy. "Los atacantes no supieron el país de procedencia de la víctima, pero saben que los somalíes constituyen uno de los mayores grupos de refugiados en Newham".
Cifras oficiales sitúan el número total de refugiados en el municipio londinense de Newham en 9.000, procedentes de 15 diferentes países, pero fuentes comunitarias duplican la cantidad.
El Departamento de Ambiente del Gobierno, que supervisa a las autoridades locales británicas, clasificó a Newham como la zona económicamente más postergada de las 366 del país.
No obstante, los refugiados se concentran en ese área porque siguen consejos de amigos y familiares que se han instalado allí.
Hace más de un año que el gobierno del Partido Conservador británico se embarcó en una campaña políticamente motivada, y diseñada, según afirma, para detener supuestos beneficios de vivienda y salud obtenidos por inmigrantes ilegales a los que denomina "falsos".
El gobierno afirma que cada "reclamo falso" detenido a tiempo ahorrará 9.000 dólares anuales en el presupuesto de servicios sociales del país.
La mayoría de los soliciantes de asilo, afirma el gobierno, llegan a Gran Bretaña buscando beneficios económicos, y 70 por ciento de ellos no arriban como refugiados sino como visitantes, turistas o estudiantes, en el entendimiento de que subsistirán por sus propios medios.
Los esfuerzos del ministerio del interior, el cual supervisa asuntos de inmigración, para detener a los refugiados, llegaron a su punto culminante en la primavera boreal, cuando retiró los beneficios a quienes no solicitaron asilo inmediatamente después de su llegada al país.
Pero el mes pasado un juez de la Alta Corte desató el caos al decidir que la política es efectivamente ilegal. También afirmó que las autoridades locales de municipios como Newham tienen la obligación legal de cubrir las necesidades básicas de quienes solicitan asilo.
El períodico de derecha "Daily Mail", bajo el título "Un toque blando", dijo que "la insistencia de que los consejos locales tienen la obligación de brindar a los solicitantes de asilo lo básico para su supervivencia equivale a una invitación abierta a la falsedad".
El Instituto de Estudios de Política (PSI), detectó "un aumento del número de personas pertenecientes a minorías étnicas que informan sobre ataques físicos y acoso, a la policía u organizaciones de apoyo" a refugiados. (FIN/IPS/tra-en/sl/rj/lp/pr/96