EUROPA: Un intento de conciliar visiones estratégicas disímiles

La cumbre de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) que reunirá el 2 y 3 de diciembre a delegados de 54 naciones miembros y siete asociadas en la capital de Portugal, se perfila como un punto de encuentro entre países con intereses estratégicos no siempre coincidentes.

Pese a que la OSCE es el único foro pan-europeo con responsabilidades de seguridad donde Estados Unidos y Rusia se encuentran en pleno pie de igualdad, las dos principales potencias militares del planeta no coinciden en cuanto al papel efectivo de la organización.

La ausencia de Bill Clinton , por "problemas de agenda", muestra que Estados Unidos no está dispuesto a relegar a segundo plano el papel de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), subordinando la seguridad en Europa a la OSCE.

La Federación Rusa por su parte, insiste en la atribución a la OSCE de un primado jerárquico sobre las demás organizaciones, con el propósito de restar fuerza a la OTAN y a sus efectos -que considera nocivos-, de su ampliación hacia países de Europa central otrora miembros del Pacto de Varsovia.

El portugués Jaime Gama, canciller anfitrión de la cumbre, recuerda que desde sus orígenes -con la entonces Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), fundada el Helsinki en 1975- se tornó claro que "la organización representa una muestra del cordón umbilical entre América del Norte y Europa".

Desde sus orígenes en 1975, la organización introdujo alguna fluidez en las relaciones Este-Oeste, hasta entonces marcadas por la hostilidad contenida de la primera fase de la "Guerra Fría".

En la época, se destacó el gesto ahora considerado visionario de la "Ostpolitik" del entonces jefe del gobierno de la República Federal de Alemania, Willy Brandt, que se tradujo en la aproximacion de su país al mundo comunista.

Otro aspecto a destacar fue la globalización de la diplomacia de la administración estadounidense durante el mandato de Richard Nixon, preocupada por diluir los fantasmas de la guerra de Vietnam, y que pasaba por la introducción de una dimensión política en las relaciones con Europa, complementaria a la OTAN.

A este respecto, Gama recuerda que cuando se logró la aprobación del Acta Final de Helsinki, el 1 de agosto de 1975, "muchos consideraron prematuramente que Estados Unidos había perdido el rumbo, abandonando a Europa del Este a un destino adverso".

Sin embargo, "no siempre los más atentos observadores aciertan", añade el jefe de la diplomacia lusitana, al recordar que el Acta Final de Helsinki "acabó por dar a las democracias occidentales una voz en los cambios políticos de Europa del Este".

Avanzado el tiempo, "podemos decir, sin pecar por exceso, que la Europa de nuestros días es fruto de la actuación paciente y tranquila del proceso de Helsinki, catalizada por la 'perestroika", concluye Gama.

No obstante el optimismo de Gama, las expectativas para la cumbre de Lisboa son bajas.

La ausencia de Clinton subraya el papel secundario de la OSCE en un sistema de seguridad europeo y habrá que esperar a otra cumbre, la que la OTAN realizará en 1997, para diseñar el llamado "modelo de seguridad en Europa para el siglo XXI", propuesto por Rusia.

En todo caso, 54 de los 55 países miembros -la Federación Yugoslava de Serbia/Montenegro está suspendida- serán llamados a reflexionar y a tomar decisiones sobre esta iniciativa rusa que pretende identificar las amenazas de índole política, militar, social y económica del espacio de la OSCE.

Asimismo, será estudiado el futuro del tratado FCE (Fuerzas Convencionales en Europa) y otras vertientes del desarme en el continente, adaptándolos a las nuevas condiciones de seguridad.

Otro tema relevante del debate se centrará en la continuidad y en los nuevos aspectos del papel de la OSCE en Bosnia-Herzegovina y en general, en la estabilización en los Balcanes, con especial acento en la protección de los derechos humanos de sus habitantes.

Por último, los jefes de Estado y de gobierno deberán pronunciarse sobre los conflictos existentes en la ex Unión Soviética, tales como el de Chechenia y del enclave de etnia armenia de Nagorno-Karabaj, en Azerbaiján.

Entre los varios conflictos que afectan a Europa, la organización no logró explicar la ausencia en el temario del latente conflicto griego-turco, en las propias entrañas de la OTAN, debido a la ocupación parcial de Chipre por las tropas de Ankara desde 1974 y por otras disputas sobre islas fronterizas.

Asimismo, ausentes del temario, dos grandes problemas que afectan en forma clara y determinante a la paz y a la seguridad de los ciudadanos por actividades armadas separatistas en el País Vasco español y en Irlanda del Norte, en Gran Bretaña.

Al parecer, la Unión Europea y Estados Unidos desean dar al mundo la idea de paz y seguridad total en occidente, en contrapartida con una Europa Central y Oriental plagada de conflictos étnicos y guerras civiles que le obligan a una intervención cada vez mayor en esas áreas. (FIN/IPS/mdq/jc/ip-hd/96

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