"Traidora de tiempo completo", "conspiradora" y "golpista" son algunas de las expresiones lanzadas hoy contra la vicepresidenta de Ecuador, Rosalía Arteaga, por miembros del gobierno de este país andino.
El secretario general de la Administración, Miguel Salem, acusó a Arteaga "de intento de conspiración contra el presidente" Abdalá Bucaram, y propuso que la vicepresidenta ocupe una embajada en un país lejano, "debido a su manifiesta oposición hacia las políticas del gobierno".
Arteaga "deberá entender que la conspiración o el golpe no son democráticos y que no va a conseguir sus propósitos contra el primer mandatario", dijo Salem.
La declaración se produjo en respuesta a la intervención de la vicepresidenta en un acto donde 12 organizaciones feministas exigieron la destitución del ministro de Energía, Alfredo Adum, quien enfrenta un juicio político por corrupción y agresiones contra una empleada de la empresa estatal Petroecuador.
El secretario de la Administración aseguró que una comisión policial "tiene en su poder la acusación formal por intento de conspirar contra el presidente de Ecuador, quien fue elegido democráticamente por el pueblo".
La vicepresidenta replicó que no entrará en discusiones "con un funcionario de segundo nivel" y aseguró que "en este momento lo más importante es buscar soluciones a los problemas del país".
El caso en que está involucrado Adum provocó la renuncia de la ministra de Trabajo, Guadalupe León, quien señaló que el titular de Energía "ejerció una actitud hostil y agresiva" hacia ella con el objeto de presionar para que ordenara la suspensión de las investigaciones en Petroecuador.
León, considerada una de las personas más cercanas a la vicepresidenta, presentó su renuncia irrevocable el miércoles pasado.
En la movilización femenina, Arteaga manifestó su solidaridad con la funcionaria de Petroecuador y su voluntad de que se cumpla el juicio contra Adum "de la manera más democrática y transparente".
"Es una traidora de tiempo completo y de sobretiempo", pues "ella trabaja sábados, domingos y días festivos en contra del gobierno", señaló Adum.
Analistas locales estiman que las declaraciones contra la vicepresidente forman parte de una campaña para apartarla del camino.
"A lo largo de la vida política de nuestro país son incontables los intentos por derribar a una figura política, pero que los mismos miembros del gobierno quieran serruchar el piso a la vicepresidenta, es un hecho que preocupa", dijo el analista Diego Oquendo.
"Nadie puede pensar que las acusaciones de los ministros provienen de ellos mismos, aquí hay que pensar mal y establecer que una acusación de tal naturaleza debe y debió contar con el aval del propio presidente", añadió.
Desde el 10 de agosto, día en que entró en funciones el actual gobierno, "ya se vislumbraba una profunda división" entre Bucaram y Arteaga, dijo Magdalena Adoum, miembro de la Red de Mujeres en la Comunicación.
El Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), que lidera Bucaram, "presentó una reforma constitucional donde se limitaban las funciones a la vicepresidenta", que incluia la no sucesión en caso de la ausencia definitiva o parcial del mandatario.
Dicha enmienda fue calificada por la oposición como un intento abierto de limitar las funciones de la vicepresidenta, por parte de Bucaram y su partido.
"Lo que sucede ahora es la demostración de que Bucaram utilizó la figura de Arteaga para acaparar mayor votación femenina para luego deshacerse de ella", afirmó Adoum.
Anunziata Valdez, presidenta de la Fundación de Mujeres María Guare, dijo que "Arteaga nunca pudo ejercer el control de las políticas sociales del gobierno, como se acordó en la campaña electoral", y aseguró que el caso del ministro de Energía "fue la gota que derramó el vaso".
Según Valdez, el acuerdo entre Bucaram y Arteaga "se rompió desde que el hermano del presidente fue nombrado ministro de Bienestar Social, situación que se agudizó con la renuncia de la ministra de Trabajo, que era la última trinchera de la vicepresidenta". (FIN/IPS/mg/ag/ip/96