ECUADOR: Marcha por el derecho al manglar

Habitantes de los manglares de la población costera de Muisne se manifestaron hoy en la capital ecuatoriana para respaldar sus derechos sobre esos depredados bosques, que pretenden manejar y conservar.

"El manglar ha sido siempre nuestra única fuente de alimentación y de ingresos", explicó Fanny Mina, dirigente de las recolectoras de moluscos de Muisne, que se encuentra en la provincia de Esmeraldas, 330 kilómetros al noroeste de Quito.

El deterioro los manglares acaba con "la pesca y con el cangrejo azul" y otras especies, "que son los productos de los que sobrevivimos", advirtió Mina.

La marcha por Quito, que agrupó a uno 150 habitantes de Muisne y miembros de organizaciones ambientalistas, fue organizada para exigir a las autoridades del Instituto Ecuatoriano Forestal de Areas Naturales y Vida Silvestre una parte del territorio de manglar para su protección y manejo.

Muisne albergó una de las áreas de manglar más extensas de Ecuador hasta el establecimiento en la región de la industria camaronera. La deforestación alcanza ya a 75 por ciento de las 15.000 hectáreas que ocupaban esos bosques.

"Nuestro objetivo es que se reconozca legalmente nuestro derecho a los manglares, para asegurar su preservación, ya que representa el medio de susbsistencia de 25.000 personas", dijo Juan García, habitante de Esmeraldas y miembro del grupo ambientalista Acción Ecológica,

Los pobladores de Muisne piden al Estado 1.200 hectáreas de manglares y 500 hectáreas depredadas en las que grupos juveniles han comenzado trabajos de reforestación.

Con la presencia de las camaroneras "nuestros ingresos disminuyen cada vez más", y esas empresas "no ofrecen trabajo a los jóvenes". Prefieren "traer a trabajadores ya experimentados, de otras provincias", señaló Alfredo Vázquez, pescador de Muisne e integrante de los grupos juveniles.

Un aunento del precio del camarón en el mercado internacional determinó hacia 1970 a la industria del sector a avanzar En Ecuador de las costas del sur al norte.

Las extensiones boscosas de manglar se encuentran en las zonas donde se mezcla el agua salada del mar con el agua dulce de los ríos.

Esas característica, junto a las condiciones físicas de los suelos, crean las condiciones necesarias para la reproducción de crustáceos, moluscos y distintas variedades de peces, y son aprovechadas por la industria camaronera para la instalación de piscinas de cultivo.

La exportación de camarón es la tercera fuente de ingresos de Ecuador, después del petróleo y el banano.

El gobierno aprobó a principios de este año una ley para proteger los manglares, bajo la presión de las organizaciones ambientalistas y habitantes de los bosques.

Pero las leyes "no prohiben la presencia de las camaroneras y permiten la venta de lotes de manglar cedidos a los habitantes", observó García.

"Dadas sus (pobres) condiciones económicas, algunos pobladores venden las tierras", y la industria camaronera continúa su avance, explicó. (FIN/IPS/mg/ff/en pr/96)

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