El uso de anfetaminas y otros estimulantes se extiende por todo el mundo y en muchos países está más difundido que la cocaína y la heroína juntas, advirtió Hiroshi Nakajima, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, se desconocen en gran parte los peligros que plantean a la salud y los problemas asociados a los psicoestimulantes, constató el funcionario sanitarista.
Nakajima inauguró este martes la primera reunión científica mundial sobre las consecuencias sociales y sanitarias del uso de estimulantes del tipo anfetaminas, tanto en países desarrollados como en países en desarrollo.
La conferencia forma parte de un proyecto internacional auspiciado por la OMS con la finalidad de apoyar a sus estados miembros en la adopción de respuestas políticas al uso extendido y al abuso de psicoestimulantes con fines no médicos.
El programa, que incluye asesoramiento en tratamiento y prevención apropiados, presta asistencia también a países donde se verifican casos de sobreconsumo por razones médicas.
El mundo se preocupa cada día más del consumo abusivo de drogas, incluidas tabaco y alcohol. "En ese contexto, la OMS se interesa especialmente en las anfetaminas", explicó Nakajima.
El desconocimiento de las consecuencias de las anfetaminas presenta dificultades serias a la prevención, el tratamiento y la adopción de respuestas políticas.
El uso de estos fármacos se ha convertido en una preocupación importante de la salud pública en muchos países y también de la OMS, recalcó Nakajima.
"Debemos reaccionar rápidamente y con eficacia si queremos detener la expansión mundial del abuso de anfetaminas, especialmente entre los jóvenes", recomendó.
Las decisiones que se adopten tendrán que fundarse en informaciones confiables y actualizadas, "de la misma manera que hicimos con el tabaquismo".
La reunión de Ginebra, que concluyó este viernes, tuvo por objetivo la realización de un examen de la naturaleza, la extensión, las condiciones y las consecuencias sanitarias del uso de psicoestimulantes.
Estudios específicos posteriores permitirán identificar y probar enfoques políticos basados en iniciativas de prevención y tratamiento que atiendan a diferentes culturas.
Asisten a la reunión expertos de Australia, Brasil, Canadá, Corea del Sur, República Checa, Egipto, Estados Unidos, Filipinas, Gran Bretaña, Japón, Nigeria, Polonia, Suiza y Tailandia.
El grupo de fármacos referidos como psicoestimulantes, o estimulantes del sistema nervioso central, es muy amplio. Abarca desde la cafeína (en café, té y gaseosas) a estimulantes vegetales y la cocaína. La nicotina del tabaco tiene también propiedades estimulantes.
Los efectos del tabaco en la salud son, en comparación, bien comprendidos, mientras progresan las investigaciones sobre las consecuencias del uso de la cocaína. En cambio, se sabe menos de los psicoestimulantes.
La producción de esos fármacos es relativamente simple y los productos químicos usados en la fabricación resultan baratos y accesibles en la mayoría de los países. En consecuencia, se vuelve fácil la producción local, con la demanda al alcance.
Los ritmos de producción y las dimensiones del tráfico ilegal de psicoestimulantes han aumentado en forma considerable durante los últimos 20 años.
El mercado "lícito" de los estimulantes del tipo anfetaminas tambiés es significativo, aunque solo asciende a uno por ciento del mercado farmacéutico mundial.
Sólo en Estados Unidos ese mercado "legal" alcanza un monto de 100 millones de dólares.
Aunque en todo el mundo ha decrecido el uso médico de estimulantes del tipo anfetaminas, la sobreprescripción continúa en muchos países.
Los principales mercados para los estimulantes legales de ese tipo son Japón y Estados Unidos. Brasil, Canadá, China tienen también mercados significativos, al igual que algunos países europeos, como Alemania, España, Francia, Gran Bretaña e Italia.
Algunos psicoestimulantes causan preocupación especial a las autoridades nacionales. La metanfetamina, conocida a veces como "ice", se encuentra disponible y se usa cada día con mayor frecuencia en diferentes partes del mundo.
La metanfetamina representa un problema sanitario en Japón, Filipinas, Corea del Sur, Tailandia y Estados Unidos. En algunas ciudades de esos países, ese psicofármaco causa más decesos que la heroína y la cocaína.
Por otra parte, la metanfetamina aparece en países donde hasta ahora se la desconocía. En Europa su uso era muy raro, pero existen informes de su expansión por algunos países de Europa Central y del Este, como la República Checa.
El uso de anfetaminas está extendido por Europa Occidental, en especial en Dinamarca, Finlandia, Gran Bretaña y Suecia, lo mismo que en Polonia y Hungría. La droga se emplea también en Africa, América Latina y Asia del Sudeste.
Los psicoestimulantes del tipo anfetaminas tienen con frecuencia efectos más prolongados que, por ejemplo, la cocaína. Los usan a menudo trabajadores de ciertas profesiones, como los camioneros de larga distancia para aumentar la resistencia y retardar el sueño.
La droga MDMA, conocida como "Ecstasy" (XTC), al igual que otras sustancias similares, se están convirtiendo en elementos establecidos de la cultura juvenil en algunos países.
"Lamentablemente, los jóvenes no perciben generalmente que esas substancias son peligrosas para la salud", según la OMS.
Las evidencias científicas sobre los efectos adversos del abuso de psicoestimulantes son aún incompletas. Sin embargo, se sugiere que causa desórdenes psquiátricos y neurológicos, arritmias cardíacas, hipertensión, daños en el hígado y sobredosis fatales. (FIN/IPS/pc/jc/he/96