La agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) abrirá en 1997 una oficina permanente en Nicaragua para colaborar en la lucha contra el narcotráfico, anunció el embajador saliente del país norteamericano, John Maisto.
La prevista oficina de la DEA no se ha instalado todavía por razones presupuestales, aseguró Maisto pocas horas antes de abandonar Nicaragua, donde completó una misión de tres años.
"Yo hubiera querido" que la DEA llegara a Managua en el año fiscal estadounidense concluido en octubre, "pero desgraciadamente no fue posible", dijo el diplomático, quien aguarda el aval del Senado de su país para asumir la embajada de Estados Unidos en Venezuela.
"Eso no me agrada para nada, y eso lo sabe Washington", agregó el diplomático.
Maisto será reemplazado en Managua por Lino Gutiérrez, también diplomático de carrera, quien llegará a comienzos del mes próximo.
"Tengo garantías de que (la DEA) abrirá una oficina permanente durante 1997, ya que Nicaragua registra una creciente actividad de narcotráfico y hay que poner mucha atención a eso", advirtió el embajador saliente.
La DEA mantiene agentes en toda América Latina, con excepción de Cuba y Nicaragua, pero ese no ha impedido su "colaboración estrecha" con Managua.
"Nosotros hemos venido estrechando relaciones con ellos (la DEA) desde 1990, y eso ha permitido hacer operativos conjuntos exitosos", comentó a IPS el viceministro de Gobernación, Frank César.
Entre esos procedimientos se contó la la denominada "Operación Océano", realizada en aguas territoriales del Pacífico nicaragüense y concluida con la captura de 400 kilogramos de cocaína, gracias a la información proporcionada por la DEA.
Posteriormente, en marzo de 1995, se propinó un fuerte golpe al narcotráfico internacional al incautarse 1.041 kilogramos de de cocaína ocultos en las embarcaciones "El Neptuno" y "El Corsario", ambas de bandera nicaragüense.
Tras un fuerte debate, el parlamento de Nicaragua autorizó en septiembre de 1995 la apertura de una oficina de la DEA por un período de 90 días. Esa representación estuvo a cargo de un agente de categoría subalterna y en vías de jubilación.
El opositor Frente Sandinista de Liberación Nacional se opuso a la decisión parlamentaria. Según los sandinistas, la DEA, una "policía extranjera", recluta funcionarios en los países en que se instala para utilizarlos como agentes.
"Ese fue el caso de Panamá", dijo Nathán Sevilla, jefe de la bancada parlamentaria sandinista, refiriéndose al ex general Manuel Antonio Noriega, quien durante años colaboró con agencias de inteligencia de Estados Unidos y luego fue apresado, acusado de narcotráfico.
Estados Unidos invadió Panamá en 1989 para capturar a Noriega, entonces jefe de gobierno y de las fuerzas de defensa panameñas.
La DEA colabora de momento con Nicaragua desde su puesto de mando regional en la vecina Costa Rica.
El viceministro César aseguró a IPS que razones políticas, y no los motivos presupuestales mencionados por Maisto, impidieron hasta ahora la presencia en Nicaragua de una delegación permanente de la agencia antidrogas estadounidense.
"Estados Unidos se abstuvo de ayudarnos" en implícito cuestionamiento de la situación de los derechos humanos en Nicaragua, según César.
El Jército y la policía fueron acusados en los primeros cuatros de la administración de Violeta Chamorro de violaciones de derechos humanos y de "negligencia" ante el asesinato de adversarios del sandinismo.
El caso más resonante fue el del coronel Enrique Bermúdez, jefe máximo de los "contras" antisandinistas en los años 80, que fue asesinado años atrás. Los culpables nunca fueron identificados ni detenidos.
Hoy, sin embargo, el panorama luce distinto y así lo admitió Maisto. "En estos tres años hemos visto pasos significativos en materia de control civil sobre las fuerzas de seguridad y la profesionalización de éstas", dijo a los periodistas.
"También hemos visto un mejoramiento palpable en derechos humanos en la zona conflictiva del país", agregó.
En materia del narcotráfico, Nicaragua sirve como puente de los carteles colombianos y mexicanos, que utilizan vías marítimas, terrestres y aéreas para trasladar la droga hacia México o Estados Unidos.
Desde 1990 a 1995, la Policía Nacional se incautó de 1.436 kilogramos de cocaína y de casi 140.000 plantas de marihuana.
"Hoy día es imposible combatir y enfrentar delitos como el narcotráfico sin la información y sin la ayuda de la DEA", insistió César. (FIN/IPS/rf/ff/ip/96)
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