El gobierno de Estados Unidos afirmó este jueves que no pagará un centavo de alquiler por la base militar que ocupa desde hace 15 años en Honduras, por considerar que la presencia de sus tropas responde al mutuo interés.
El pedido de pago, que, según distintas versiones, habría exigido el gobierno de Carlos Reyna, formaría parte de las nuevas relaciones de cooperación que Tegucigalpa pretende entablar con Washington, que proyecta convertir Palmerola en un centro regional de lucha contra el narcotráfico en América Central.
El embajador estadounidense James Creagan señaló de modo tajante que Washington nunca ha pagado arrendamiento por las bases que tiene en el extranjero "y no lo haremos aquí en Honduras ni en ninguna otra nación".
"La presencia de bases militares estadounidenses en el mundo responde a un espíritu de cooperación y se fundamentan en las relaciones de amistad y respeto mutuo entre los países", dijo Creagan.
El embajador respondió así a rumores de que el gobierno hondureño considera la posibilidad de exigir a Estados Unidos un pago por la utilización de la base militar de Palmerola, en el central valle de Comayagua.
También responde a una estrategia de las Fuerzas Armadas de Honduras, que buscan obtener recursos para compensar el recorte de la ayuda que reciben de Washington
La presencia de tropas estadounidenses en Honduras será "permanente", mientras el gobierno de este país así lo desee, declaró Creagan en Palmerola, donde participó de la toma de posesión del nuevo comandante de la base, Keith Huber.
Wesley Clark, jefe del Comando Sur del ejército de Estados Unidos, con asiento en Panamá, puntualizó que los efectivos de su país no son "huéspedes" de Honduras, sino "integrantes del desarrollo de la nación".
"Ustedes están aquí no como huéspedes, (sin que) son miembros de una estrategia de desarrollo en el mundo de la posguerra fría", dijo Clark a los soldados de Palmerola.
"Hemos proporcionado una pista de aviación que es clave para combatir el narcotrafáfico en América Central, y por eso permanecerán aquí un poco más", agregó.
Como parte de la guerra fría y la doctrina de seguridad nacional, Estados Unidos instaló hace 15 años en Honduras una base militar permanente de 450 efectivos.
A pesar de la oposición de sectores populares, que ven en las bases una forma de intervención extranjera, los gobiernos hondureño y estadounidense han puesto en claro su interés en mantener ese centro militar. (FIN/IPS/tm/ff/ip/96