La Sexta Cumbre del Grupo de los 15 (G-15) destacó en esta capital su negativa a añadir nuevos temas a las potestades de la Organización Mundial de Comercio (OMC), cuya conferencia ministerial se celebrará en diciembre en Singapur.
Los líderes del G-15 acordaron durante la cumbre, finalizada este martes, "resistir cualquier intento de incluir temas laborales y sociales en el ámbito de la OMC". Pero, destacaron, corresponde a los países en desarrollo evitar quedar marginados del proceso de mundialización.
Los ministros de comercio de los países del G-15 serán instruidos para reunirse antes o durante la Primera Conferencia Ministerial de la OMC, con la idea de alcanzar una posición común ante estos temas.
El G-15, que agrupa a 16 miembros del mundo en desarrollo, fue creado en 1989 con la meta de promover la cooperación Sur-Sur. Está integrado por Argelia, Argentina, Brasil, Chile, Egipto, India, Indonesia, Jamaica, Malasia, México, Nigeria, Senegal, Perú, Venezuela, Yugoslavia y Zimbabwe.
La agrupación presenta distintas realidades de sus miembros, los cuales tienen "un desarrollo económico muy diferente", advirtió Tony Hawkins, analista económico y profesor de la Universidad de Zimbabwe.
Indonesia, por ejemplo, cuenta con un mercado interno de 190 millones de consumidores, y pertencece a la dinámica Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), de la cual Malasia también es miembro.
Argentina y Brasil son miembros del Mercado Común del Sur (Mercosur), que cuenta con más de 200 millones de consumidores.
Los cuatro países, junto a India y México, tienen industrias relativamente fuertes, en comparación a otros miembros del G-15, y figuran entre los 10 destinos preferidos para la inversión extranjera directa.
Según cifras de 1993 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la inversión extranjera directa en Indonesia fue de 44.000 millones de dólares, lo cual lo convirtió en el tercer país receptor.
El cuarto, quinto y sexto puesto son ocupados por México (41.900 millones de dólares), Brasil (40.400 millones) y Malasia (26.900 millones), mientras Argentina ocupa el octavo lugar, con 21.700 millones.
Por otro lado, Jamaica y Zimbabwe, con mercados internos de 2,5 y 11 millones respectivamente, se encuentran entre los destinos menos populares para la inversión extranjera directa y pertenecen a grupos regionales que se mueven hacia la integración regional a paso de tortuga.
Los niveles de ingreso también difieren. Argentina y Chile procuran lograr el estatuto de países del primer mundo en pocos años. Chile planifica alcanzar en cinco años un ingreso anual por habitante equivalente al de España, de 8.000 dólares.
Malasia es uno de los países recientemente industrializados, mientras Zimbabwe figura entre los países de bajos ingresos, con un producto interno bruto (PIB) de 500 dólares, menos de un octavo del de México en 1994.
Varios miembros del grupo ya son significativos inversores extranjeros, como México, India y Malasia, a diferencia de Zimbabwe, Senegal y Jamaica.
No obstante, los 16 hablaron con una sola voz en la cumbre de esta semana, subrayando la necesidad de mejorar los lazos Sur-Sur.
"La cooperación entre los países en desarrollo es un elemento importante en la cadena de condiciones necesarias para que nuestros países maximicen los logros de las oportunidades comerciales creadas por las reformas internas, la mundialización y la liberalización y los acuerdos comerciales", señalaron los líderes en un comunicado.
La declaración añadió que los países del G-15 enfrentan enormes dificultades para poner en práctica los acuerdos de la OMC, y por lo tanto se oponen a los intentos de países desarrollados por introducir nuevos temas relacionados a regulaciones laborales y ambientales en la agenda de la organización.
Los países en desarrollo motivaron la inclusión de esas cuestiones en el mandato de la OMC ante la persistencia de fenómenos como el trabajo infantil y la existencia de normas ambientales menos estrictas en algunos países, mientras muchas naciones en desarrollo la consideran un pretexto para el proteccionismo. (FIN/IPS/tra-en/lm/kb/lp/dv-if/96