DESARROLLO: Africanos ven viejos problemas en nueva agenda

Los países donantes no cumplieron sus compromisos de brindar recursos adecuados de desarrollo, que se complementen con las recientes reformas políticas y económicas en Africa, denunciaron delegados de ese continente ante la ONU.

"Como la comunidad internacional destapa una iniciativa ineficaz detrás de la otra, la nube oscura que pende sobre gran parte de Africa amenaza con arrastrarnos al abismo de la inestabilidad política y una ruina económica más profunda", declaró el embajador de Zimbabwe, Machivenyika T. Mapuranga.

Representantes de varios países africanos expresaron la necesidad de renovar el compromiso de la comunidad internacional, debido a que la Asamblea General comenzó una revisión a mediano plazo de la Nueva Agenda de la ONU para el Desarrollo de Africa (NADAF), una iniciativa de desarrollo decenal lanzada en 1991.

Bajo la agenda, las naciones africanas deberían haber logrado un índice de crecimiento anual en su producto interno bruto (PIB) de al menos seis por ciento. Doce países alcanzaron ese objetivo en 1995, según un reciente informe de la ONU, mientras solo cuatro experimentaron índices negativos en los últimos dos años.

Si embargo, los objetivos originales de NADAF están lejos de haber sido alcanzados, porque la región en su totalidad gasta el 38,8 por ciento de sus limitadas ganancias de exportación para amortizar el servicio de su deuda externa, por un total de 322.000 millones de dólares.

El endeudamiento externo del continente desde 1991 aumentó en 22.000 millones de dólares.

Al mismo tiempo, Africa recibe solo una reducida cantidad de inversiones extranjeras directas. Muchos gobiernos africanos anticiparon que las reformas de libre mercado deberían resultar, por lo menos, en un aumento de la asistencia oficial al desarrollo (ODA) a sus países, pero sus expectativas se vieron defraudadas.

"Todos los informes sometidos a la Asamblea sobre este aspecto de la agenda indican claramente que la canalizacion hacia Africa de la asistencia oficial al desarrollo cayó a menos de 30.000 millones de dólares", apuntó el deelgado de Botswana, Paul Mmolotsi Rantao.

Agregó que el monto era el mínimo requerido a las naciones industrializadas para cumplir con la agenda.

"Esto es claramente contrario a los compromisos contraídos cuando se puso en marcha NADAF", señaló.

La agenda pidió un mínimo de 30.000 millones de dólares para la ODA a fines de 1992, y un aumento del cuatro por ciento anual a partir de esa fecha. Sin embargo, los desembolsos netos de la ODA fueron por 26.400 millones de dólares, o sea el 0,27 por ciento del PIB combinado de todos los países miembros de la OCDE.

En su declaración a nombre de la Unión Europea (UE), el embajador irlandés John Campbell dijo que "tomamos esta oportunidad para reafirmar nuestro compromiso de alcanzar, lo antes posible, el objetivo del 0,7 por ciento destinado a la ODA".

Campbell dijo que desde la revisión de la NADAF, los países donantes acordaron tomar medidas para aliviar el peso de la deuda a las naciones africanas más perjudicadas.

"Es necesario afrontar honestamente el problema, de modo que el servicio de la deuda no sea un factor regresivo de progreso en los países menos favorecidos", dijo el embajador nipón, Hisashi Owada.

Un plan del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) tiende a aliviar el nivel de "deuda insostenible" para algunas naciones, cuyos pagos del servicio anual de la deuda superan el 20-25 por ciento del dinero que ganan por exportaciones, y el monto total de su deuda es el doble de sus exportaciones anuales.

Solo 16 países africanos estarían apenas cercanos de satisfacer los requisitos del plan.

El Banco Mundial ha establecido un fondo fiduciario de 500 millones de dólares y ha expresado su deseo de contribuir con más de 2.000 millones de dólares, si el FMI y el Club de París de naciones acreedoras cubren su parte en la iniciativa de la deuda.

Representantes de países africanos arguyeron que las inversiones extranjeras directas tambien eran necesarias para mejorar el crecimiento económico, y objetaron el bajo nivel de la inversión foránea en Africa subsahariana.

James Gustave Speth, administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), tambien indicó que el 80 por ciento de las inversiones extranjeras directas van solo a 12 países en el mundo, con China como la única nación de "bajos ingresos" que figura entre la docena.

"Simplemente no hay correlación entre esas inversiones y donde están las reales necesidades en el mundo", apuntó. "Los países menos desarrollados están obteniendo alrededor del uno por ciento de esas inversiones". (FIN/IPS/tra-en/ltd/fah/ego/dv-if).

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