Brasil tiene la "obligación moral" de apoyar a Timor Oriental como lo hace Portugal, señaló en esta ciudad el Premio Nobel de la Paz de 1996 José Ramos-Horta.
"El coraje con que Portugal defendió la independencia de Timor ante sus socios mayores" de la Unión Europea fué decisivo para que la cuestión se mantuviera en la agenda internacional, dijo Ramos-Horta, portavoz de la resistencia timorense, que enfrenta la ocupación indonesia.
El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, con quien Ramos-Horta se entrevistó en Brasilia, ofreció sus oficios ante Europa y Estados Unidos en procura de una solución para Timor Oriental, una ex colonia portuguesa que Indonesia se anexó en 1975.
El encuentro que mantuvo con Cardoso representó por sí mismo "un mensaje político a Indonesia, de que Brasil abraza la causa" del pueblo maubere, sostuvo el dirigente timorense, que el viernes finalizó su visita a Brasil.
Ramos-Horta se reunió con el sociólogo Herbert de Souza, líder de varias luchas sociales brasileñas, como la campaña nacional contra el hambre, quien dijo sentir "vergüenza por la diplomacia débil y ambigua" de Brasil en la cuestión de Timor Oriental.
Ningún interés económico justifica el olvido de este país del "genocidio" cometido en Timor, pero ni aún esa justificación puede invocar Brasil, pues no tiene intereses importantes en Indonesia, "excepto que haya un pacto secreto" dificil de imaginar, declaró De Souza.
Ramos-Horta y De Souza destacaron el peso que podría tener Brasil como "fuerza de contención" ante Indonesia, que ya provocó la muerte de cientos de miles de timorenses e hizo de la tortura, prisiones y arbitrariedades una rutina en la isla, según denuncias internacionales.
De Souza, dirigente del no gubernamental Instituto Brasileño de Análisis Sociales y Económicos, manifestó el apoyo del movimiento social brasileño a Timor Oriental, señalando que la historia ya registra muchos "pueblos pequeños que dieron grandes ejemplos a la humanidad".
El sociólogo comparó la resistencia timorense con la de Vietnam, recordando que David puede derrotar Goliat si gana la mente y el corazón de los pueblos, incluso en el país agresor.
Ignorar la tragedia de Timor Oriental, como es el caso de la mayoría de los países, es incurrir en "complicidad" con el ocupante, agregó.
Ramos-Horta destacó su entrevista con el cardenal Paulo Evaristo Arns, arzobispo de Sao Paulo, señalando el apoyo que la Iglesia Católica brasileña siempre brindó a la lucha de su pueblo.
El gobernador del Distrito Federal, Cristovam Buarque, ofreció a Ramos-Horta la apertura en Brasilia de una oficina de representación de Timor Oriental.
Cuatro grupos de solidaridad con el pueblo timorense se cuentan en Brasil, radicados en Sao Paulo, Rio de Janeiro, Recife (noreste) y Curitiba (sur). (FIN/IPS/mo/ff/ip hd/96