La Organización de Naciones Unidas (ONU), alarmada ante el aumento de la discriminación racial y la xenofobia, intenta vencer resistencias de estados miembros a la celebración de una conferencia internacional sobre racismo.
"La comunidad internacional no puede permanecer indiferente ante la difusión de ideologías racistas a través de las más modernas técnicas de información", advirtió Maurice Glele- Ahanhanzo, relator especial de la ONU sobre derechos humanos.
Glele-Ahanhanzo exhortó a los 185 estados integrantes de la Asamblea General de la ONU a convenir "sin dilación" una conferencia mundial sobre racismo y a considerar la posibilidad de celebrar otra reunión, para enfrentar la xenofobia.
Renuka Chowdhury, de la delegación de India en la ONU, anunció el apoyo de su gobierno a la propuesta conferencia mundial sobre racismo, para combatir "las formas públicas, encubiertas y sutiles de racismo y xenofobia, y la creciente intolerancia".
"La conferencia debe también examinar si el derecho a la libre expresión justifica la instigación al odio racial, especialmente a través de los nuevos medios de comunicación", dijo Chowhudry a la Asamblea General.
La ONU expresó en un informe de 24 páginas su alarma ante la incitación al odio racial a través de las redes informáticas.
"Las organizaciones racistas utilizan el correo electrónico o la red Internet para difundir propaganda racista y xenófoba", se consignó en el estudio.
La ONU atribuye el aumento del racismo a varios factores, como el incremento de las migraciones y la redoblada prédica que niega la matanza nazi de judíos en la segunda guerra mundial. El informe menciona como ejemplos la profanación y el incendio de cementerios y lugares de culto.
Más de 70 iglesias afro-estadounidenses fueron incendiadas este año, presumiblemente por blancos racistas.
El estudio también cita las publicaciones antisemitas de Ernest Zuendel, un extremista de la ciudad canadiense de Toronto, que utiliza títulos explícitos como "Auschwitz: Mito y realidad", "El holocausto: Escuchemos a las dos partes", y "¿Hubo realmente seis millones de (judíos) muertos?".
"El control de la información transmitida por Internet es difícil. Ninguna legislación nacional tiene poder sobre esa red mundial", observó Glele-Ahanhanzo.
"No todas las consecuencias del desarrollo de las tecnologías de la información y de las comunicaciones son positivas", agregó.
Sólo dos países, Dinamarca y Uruguay, respondieron a las cartas que el secretario general de la ONU, Boutros Boutros-Ghali, cursó en marzo a los miembros del foro para proponer la convocatoria a la conferencia sobre racismo.
La mayoría de las naciones que integran la ONU, y especialmente las que utilizan mano de obra extranjera, temen que la propuesta conferencia acuerde resoluciones contrarias a su política frente a los inmigrantes ilegales.
La oposición a la conferencia procede tanto de países del Norte industrial como del Sur en desarrollo, y es sostenida por Estados Unidos y naciones de Europa occidental, Medio Oriente y el sudeste de Asia.
Según el informe, la migración ha creado tensiones en Asia entre los países receptores, como Japón, Malasia, Corea del Sur, Singapur, Taiwan y Tailandia, y los de origen, entre los que se cuentan Bangladesh, Birmania, Filipinas, India, Indonesia, Pakistán y Sri Lanka.
"Las mujeres integran en alta proporción la corriente migratoria y sufren una doble discriminación, por su condición de género y de emigrantes", se advirtió en el estudio.
"Las autoridades de Malasia acusan a los inmigrantes de actividades delictivas y de transmitir enfermedades, y grupos de extrema derecha de Japón pintan consignas xenófobas en sitios públicos frecuentados por extranjeros", de acuerdo con el documento de la ONU.
Tailandia cree una amenaza a su seguridad la presencia de 350.000 inmigrantes "ilegales" procedentes de Birmania, y Corea del Sur anunció que expulsará a todos los extranjeros indocumentados en 1999.
Mientras, la Unión Europea (UE) endureció su legislación sobre inmigración.
El informe señaló el caso de Francia, donde se han propuesto una serie de medidas para aumentar el control al ingreso de extranjeros ajenos al área de la UE. "Muchos observadores consideran que esas medidas son violatorias de los derechos humanos", observaron los autores del estudio.
También se destacó la situación en Estados Unidos, donde se asiste a "una movilización contra los (residentes) extranjeros sin precedentes desde la segunda guerra mundial".
El caso es particularmente crítico en el estado de California, donde entran anualmente unas 300.000 personas, la mayoría mexicanos, a pesar de barreras electrónicas y del fortalecimiento de la guardia de fronteras. (FIN/IPS/tra-en/pz/td/pr hd/96
