/DERECHOS HUMANOS/ INFANCIA: OIT ataca las formas más intolerables de explotación

La estrategia de concentrar el ataque sobre las formas más intolerables de trabajo infantil favorecerá la acción contra un fenómeno que ya abarca en los países en desarrollo a unos 250 millones de niños y niñas entre cinco y 14 años.

No todos los países disponen de recursos humanos y materiales para sostener una ofensiva en todos los frentes en que se produce la explotación de niños, reconoció un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Por ese motivo, la OIT recomendó iniciar el ataque por las formas más intolerables, como esclavitud, servidumbre por deudas, prostitución y ocupación en sectores peligrosos. Al mismo tiempo, apeló a la protección de los más jóvenes, en especial las niñas.

Las políticas en beneficio de los más expuestos beneficiarán al resto de los niños que soportan la explotación, dedujo la OIT.

La opinión pública se movilizará con más facilidad cuando compruebe que existe una ofensiva contra las formas más chocantes del fenómeno, vaticinó.

El estigma del trabajo infantil ha carecido de visibilidad. Debido a su ocultamiento, los gobiernos no han mostrado más entusiasmo por eliminar las formas más peligrosas. El informe de la OIT lo explicó con otras palabras: "Ojos que no ven, corazón que no siente".

El director general de la OIT, Michel Hansenne, refirió que la estrategia consiste en identificar las formas más intolerables de explotación, que amenazan la vida de los niños o su desarrollo físico, mental y social.

Se trata de "denunciarlas y erradicarlas sin dilación", agregó el funcionario.

De acuerdo con los últimos datos obtenidos por la OIT, unos 120 millones de niños trabajan en los países en desarrollo. Pero esa cifra se duplica con creces, hasta 250 millones, si se incluye a los niños y niñas que trabajan en actividades secundarias.

Del total, 61 por ciento corresponden a Asia, 32 por ciento a Africa y siete por ciento a América Latina.

El problema no se circunscribe al mundo en desarrollo y también existe en muchos países industrializados, en algunos de Europa oriental y en las naciones de Asia que liberalizan su economía, observó la OIT.

La incidencia del trabajo infantil varía según los países. Un estudio de la OIT en Ghana, India, Indonesia y Senegal determinó que 25 por ciento de los niños de cinco a 14 años tienen actividad económica y cerca de 33 por ciento no están escolarizados.

La falta de instrucción no es la única consecuencia nefasta del trabajo infantil. Los estudios indican que la incorporación excesivamente precoz al trabajo demasiado precoz puede perjudicar seriamente el desarrollo del menor de edad.

En India, una investigación siguió durante 17 años a grupos de escolares y de niños trabajadores de la agricultura, la pequeña industria o los servicios.

El estudio reveló que los niños que habían trabajado presentaban deficiencias marcadas y un crecimiento físico inferior al de los que nunca trabajaron.

La mayoría de las investigaciones cubren únicamente a los niños a partir de los 10 años. Pero muchos comienzan a trabajar más jóvenes.

En el campo, trabajan desde los cinco, seis o siete años, sobre todo las niñas. El número de niños trabajadores es especialmente alto en algunas actividades como el servicio doméstico o el trabajo a domicilio.

En muchas ciudades del mundo se pueden ver numerosos niños dedicados a la recuperación de basura, como traperos o en pequeños trabajos marginales en las calles, donde están expuestos a las drogas, la violencia, el crimen, el maltrato y los abusos sexuales.

El informe de la OIT indicó que durante los últimos años la explotación sexual de los niños con fines comerciales se ha convertido en un problema mundial que tiende a expandirse.

Cada día más niños son vendidos y se transforman en objetos de una trata internacional a través de cinco redes que aparentemente existen en el mundo, afirmó.

Una de las redes recluta niños en América Latina para destinarlos a Europa y Medio Oriente. Otra entrega menores de Asia meridional y del sudeste para Europa del norte y Medio Oriente.

La tercera red realiza un tráfico regional en Europa. La cuarta, ligada a la anterior, hace la misma distribución en el mundo árabe. Finalmente, la quinta exporta niñas de Africa occidental.

En el este de Europa, precisó el informe, el tráfico se dirige actualmente al oeste. Numerosas belarusas, rusas y ucranianas son entregadas en Hungría, Polonia y los estados bálticos o en las capitales de Europa occidental. Existe una trata de prostitutas rumanas en Italia, en Chipre y en Turquía.

Numerosos circuitos regulares se han descubierto en el sudeste de Asi: de Birmania a Tailandia, dentro de la misma Tailandia, y de otros países incluida Tailandia hacia China, Estados Unidos, Japón y Malasia.

Otros tráficos se encaminan de Filipinas y Tailandia a Australia, Nueva Zelanda y Taiwan, de Bangladesh y Nepal a India, del sudeste de Asia a Hawaii y Japón vía Hong Kong, y de India y Pakistán hacia Medio Oriente.

El comercio sexual de niños y niñas se ha intensificado en Africa, Asia y América Latina debido a la internacionalización del turismo sexual, dijo la OIT.

Pero también incide, explicó el informe, que muchos clientes creen, equivocadamente, que corren menos riesgos de contagiarse el sida si tienen relaciones con personas muy jóvenes. (FIN/IPS/pc/ff/hd/96

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