CUMBRE/ALIMENTACION/HAITI: Préval subraya drama de la pobreza

El presidente de Haití, René Préval, alertó contra el drama de la pobreza y el hambre en su país y en el mundo, al hablar hoy en la última sesión de la Cumbre Mundial de la Alimentación, en abierto contraste con el tono moderado de otros líderes de países del Sur en desarrollo.

Préval, mandatario del país más pobre de América Latina, y Fidel Castro, de Cuba, fueron los únicos jefes de Estado de América Latina que concurrieron a la conferencia celebrada en la capital de Italia, a la que faltaron en masa los presidentes de la región.

La ausencia de los principales líderes de los países latinoamericanos, que estuvieron representados por personajes de segundo nivel -vicepresidentes, ministros de Agricultura o ex presidentes, como en el caso de Chile-, contrastó con la masiva presencia de los gobernantes africanos.

La ausencia latinoamericana fue cuestionada públicamente por el presidente del Consejo de Ministros de Italia, Romano Prodi, en su intervención de bienvenida a Castro, y por el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el senagalés Jacques Diouf.

A la Cumbre, inaugurada el lunes y que se clausuró este domingo, asistieron representantes de cerca de 200 países, casi la mitad a nivel de jefes de Estado y de gobierno.

Préval dijo que hablaba en nombre de millones de hombres y de mujeres que forman parte de una nación que luchó contra el "horror militar y el totalitarismo más abyecto y sangriento".

En Haití, un millón de niños sufren de hambre y malnutrición, sus necesidades alimentarias se estiman en 1,7 millones de toneladas equivalentes de cereales en 1995, mientras la producción alimentaria del país se estima en 500.000 toneladas, dijo el mandatario.

El drama, añadió, se agudiza por una situación internacional particularmente difícil, pues "los almacenamientos mundiales de cereales han caído a los niveles más bajos y los precios de las exportaciones aumentaron de 30 a 50 por ciento durante los últimos años.

Al mismo tiempo, la ayuda exterior, tanto bilateral como multilateral, en favor de la agricultura en los países en desarrollo, bajó en 1993 de cerca de 16.000 millones de dólares en 1988 a poco menos de 10.700 millones, prosiguió.

Préval recordó asimismo que la ayuda pública de los países del Norte industrializado destinada a la agricultura cayó casi a la mitad.

El presidente haitiano subrayó la importancia de algunos de los temas contenidos en la Declaración de Roma y del Plan de Acción refrendados por la Cumbre, el primero de los cuales, dijo, que la alimentación no debe ser utilizada como arma de presión política.

Sostuvo que la liberalización del comercio internacional no es una solución universal a los problemas de seguridad alimentaria y que incluso puede poner en riesgo esa solución en los países más pobres.

El gobernante de Haití se comprometió a garantizar un contexto político, económico y social favorable a la seguridad alimentaria, en favor de una participación amplia de la sociedad civil.

Prometió también trabajar para mejorar el acceso de la población de su país a una nutrición sana y adecuada, que pueda ocupar un lugar en la política global de seguridad alimentaria. (FIN/IPS/jp/jc/ip/96

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