El presidente depuesto de Afganistán, Burhanuddin Rabbani, aprovechó hoy un discurso ante la Cumbre Mundial de Alimentación para atacar a los talibanes que controlan la capital por restringir la libertad de la mujer y agravar la inseguridad alimentaria en ese país de Asia central.
La igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y la capacidad de ambos para obtener empleo remunerado es esencial para lograr la seguridad alimentaria, destacó ante la Cumbre, en curso en Roma.
Rabbani aparece como "el Presidente del Estado Islámico de Afganistán" en la lista oficial de jefes de delegación presentes en la Cumbre.
El movimiento Talibán, integrado por extremistas islámicos, ha sido ampliamente criticado por las estrictas reglas que impuso en Afganistán tras conquistar Kabul, el pasado septiembre.
La ingestión de alcohol es castigada con la muerte, los hombres son obligados a usar barba, y las mujeres deben cubrirse de pies a cabeza y abstenerse de trabajar fuera del hogar. Las niñas tampoco pueden asistir a la escuela.
Con unas 50.000 viudas sólo en Kabul a causa de la guerra civil de 10 años de duración, las mujeres son las principales mantenedoras de la familia.
Agencias de desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas presentes en Afganistán suspendieron sus operaciones hasta que el foro mundial concluya una nueva evaluación de la situación en ese país.
De acuerdo con un informe de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), que organiza la Cumbre, Afganistán encabeza la lista de las naciones en desarrollo incapaces de alimentar a gran parte de su población.
Aproximadamente tres de cada cuatro afganos (unos 13 millones) no logran satisfacer diariamente sus necesidades nutricionales mínimas.
Promedialmente, cada habitante obtiene por día 1.660 kilocalorías. Este promedio es el más bajo del mundo después de Etiopía, con 1.620 kilocalorías. (FIN/IPS/tra-en/mu/mk/ml/dv-ip/96