CUMBRE/ALIMENTACION: ONG temen efectos de reunión en Argentina

Organizaciones no gubernamentales (ONG) acusaron a algunos países que apoyan el Plan de Acción de la Cumbre Mundial de la Alimentación de querer subvertir los resultados de la crucial reunión sobre biodiversidad agrícola en Buenos Aires.

"Algunos gobiernos están diciendo una cosa en un lugar y algo diferente en otro sitio, y eso es absurdo", declaró Patrick Mulvany, de Intermediate Technology, refiriéndose a las conclusiones de la Tercera Conferencia de Partes sobre la Convención de Diversidad Biológica (CDB).

"Están envenenando el proceso", afirmó.

La CDB fue una parte importante del proceso relacionado con la seguridad alimentaria establecido por la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992. Está centrada en la conservación y el uso sostenible de biodiversidad, y el justo intercambio de beneficios proveniente de los recursos genéticos.

Esa coparticipación debe tener lugar a través de transferencia de tecnología y fondos.

El proceso de Río, fue establecido de una manera "participatoria" hasta la conferencia de junio organizada por la FAO en Leipzig, Alemania, la cual culminó con la adopción de un Plan de Acción, según algunas ONG.

Ese Plan de Acción no satisfizo a muchas ONG que trabajan en alimentación y agricultura, y dió prioridad al tema de los derechos de los campesinos y la conservación in situ. Además, se dispuso que informara a la Cumbre Mundial de la Alimentación en Roma.

Sin embargo, despues que se anunciaron las fechas de la reunión en Roma, la CDB informó cuándo iba a tener lugar la conferencia de Buenos Aires, que deliberó entre el 4 y 15 de noviembre.

"Para nosotros es claro que esa superposición fue un acto deliberado para perjudicar la cumbre de Roma", declaró Mulvany.

Otras ONG dijeron que la denunciada superposición estuvo destinada a dar a la Organización Mundial de Comercio (OMC) un papel más importante en el sector agrícola, algo a lo cual se resisten las propias ONG y los países pobres.

Temen que esa situación tienda invariablemente a debilitar el papel de las instituciones de las Naciones Unidas que trabajan en alimentación y agricultura, como la FAO, el Programa del Ambiente (PNUA), el Programa de Desarrollo de la ONU (PNUD) y la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Según Pat Mooney, de RAFI, una ONG canadiense, las reuniones en Buenos Aires estuvieron divididas pero no con líneas Norte-Sur. Argentina, Australia y Brasil trabajaron con Estados Unidos por un lado, impulsando una acción bilateral en el comercio respecto a recursos genéticos.

Eso significará dar un papel más importante a la OMC y, por inferencia, a los gigantes multinacionales en biotecnología, apuntó Mooney.

Desplegados en posición opuesta estuvo el resto del Sur en desarrollo, la Unión Europea y Canadá, que pretenden acuerdos multilaterrales en los cuales la FAO y otras agencias de la ONU tengan predominancia.

"¿Quién controla los genes? Esa es la gran batalla…", señaló Mooney. "Los genes son las grandes herramientas de negociación para las naciones en desarrollo".

Tanto Mulvany como Mooney estuvieron en Buenos Aires.

"Algunos países están realmente atemorizados del estilo de trabajo multilateral de la ONU y pretenden una modalidad de pactos bilaterales acordes con la OMC. Las naciones pobres generalmente actúan mejor en foros multilaterales porque les resulta difícil luchar solas contra las multinacionales", explicó Mooney.

Tambien compartió el punto de vista que las fechas de la CDB fueron establecidas deliberadamente para apartarla de la cumbre de Roma. "Fue muy deliberado. La gente se volvió loca volando de un continente a otro".

Ambos señalaron tambien una asistencia más rala en Buenos Aires que en Leipzig, y manifestaron el temor que la convención estuviera perdiendo crédito. "Una sala de comisión fue suficiente para albergar el plenario en Buenos Aires", indicó Mooney.

Las ONG señalaron además otro hecho curioso, la reunión no fijó fecha de conclusión sino la mantuvo abierta. "Esto se debió a que Estados Unidos no firmó la CDB, la cual permite a todos los países compartir una cuota equitativa de beneficios con recursos de cultivos genéticos, y no pudo asistir a sesiones reservadas".

"Trataron de perjudicar todo el proceso y debilitar los compromisos de Leipzig, quitar las actividades de investigación de la FAO y ponerlas en manos de la secretaría de la CDB", dijo Mulvany.

La iniciativa fue especialmente sorpresiva dados los frecuentes llamados del sistema de la ONU a países ricos para que cesen el desperdicio de duplicación de tareas.

"Existe un centro excelente (de investigación) de la ONU en FAO y, sin embargo, hay otra secretaría que pretende trasladarlo", apuntó Mulvany. (FIN/IPS/tra-en/dps/ego/dv).

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