Ocultas pero al acecho en las sombras de la Cumbre Mundial de la Alimentación, a celebrarse entre el 13 y el 17 de este mes en esta capital, están las corporaciones agrícolas multinacionales.
Las corporaciones, cuyas ganancias anuales superan el producto nacional bruto de numerosos países en desarrollo, son acusadas de manejar los hilos en la Cumbre, organizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Por esta razón, activistas y organizaciones no gubernamentales (ONG) presentes en Roma afirman que la conferencia, que reunirá a unos 100 jefes de Estado o gobierno y a representantes de otros 100 países, carecerá de sentido.
Las ONG acusan a las grandes firmas agrícolas de monopolizar la agenda de la Cumbre y sostienen que los pequeños agricultores, que constituyen el sostén de la seguridad alimentaria, fueron marginados de la Declaración de Roma y el Plan de Acción de la conferencia.
Aunque el director de FAO, Jacques Diouf, insiste en que el encuentro será la más austera de todas las megaconferencias de la ONU celebradas hasta el momento y costará menos de 1,3 millones de dólares, los críticos sostienen que será completamente financiada por las grandes corporaciones agrícolas.
"Todo el mundo comenta que Cargill (empresa estadounidense de semillas y la mayor comerciante de trigo del mundo) financió la Cumbre", dijo M.D. Nanjundaswamy, líder de una organización de campesinos de India conocida por sus acciones en favor de la expulsión de las corporaciones transnacionales del Sur en desarrollo.
Por otra parte, FAO sostiene que los fondos para la Cumbre proceden enteramente de su propio presupuesto, y que los ofrecimientos de apoyo financiero de grandes compañías agrícolas fueron rechazados.
Pero el patrocinio no es el tema de fondo. FAO estima que de los 31.000 millones de dólares necesarios para aumentar la productividad mundial de alimentos, unos 19.000 millones deberán proceder del sector privado.
Los críticos consideran esta posición de FAO como una puerta abierta a los grandes "agronegocios", que en su opinión, en lugar de reducir el hambre agravarán la inseguridad alimentaria.
"La participación de los grupos de campesinos en la organización de la Cumbre ha sido mínima. Ni siquiera nos han dado un minuto para hablar", denunció Paul Nicholson, de Vía Campesina, una red mundial de organizaciones de pequeños agricultores.
Vía Campesina afirmó que se le negó el registro en la conferencia debido a objeciones de carácter técnico. "Para nosotros, la seguridad alimentaria no consiste en el acceso a los alimentos, sino a la tierra y otros recursos de producción", declaró Nicholson, un agricultor del País Vasco, en España.
Para destacar la importancia de los campesinos en la alimentación de la población mundial, 60 miembros de Vía Campesina se proponen este miércoles convertir un pequeño terreno del centro de Roma en un área de cultivo, utilizando tierra y semillas procedentes de 40 países. (FIN/IPS/tra-en/mu/mk/ml/dv/96